Las mañanitas

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—pensé en hacerme crecer el bigote—
—¿que?—
—que me gustaría hacerme crecer el bigote, Diego—
—¿que?—dijo nuevamente riendo.
—¡ahhhg!—gruñí algo estresado y me fui a mi habitación.
Azotando la puerta.
Me tire en mi cama algo estresado.
—¿sabes?, te prefiero sin pelo—
—¿que?—
—ahora eres tu quien se hace el menso—
Sentí como se sentó en mi cama y me agarro la pierna.
—que tampoco me estas prestando atención—
—tranquilo Jorge—dijo Diego acariciándome la pantorrilla.
—¿como puedo estar tranquilo Diego?, mi primo está infectado con coronavirus, es muy estresante—
—pensándolo bien te quedaría el bigote—
Me reí un poco.
—ya Jorge, ven, siéntate—
Me senté y lo mire.
—se que esto no es fácil para ti, tampoco lo es para mi—
—¿porque no lo sería para ti?—
—porque no es fácil para mi verte así, porque verte triste también me afecta mucho—
Sentí como paso su mano por mi mejilla.
Yo solo recargue mi cabeza en su hombro.
—tranquilo coqui, ya verás que todo pasará más rápido de lo que esperas—
—¿como estas tan seguro?—
—porque toda tu familia es fuerte, como tu—
—gracias Diego—
Lo abracé.
—no me agradezcas—
Me separé un poco y lo mire.
—esto debe hacer que te derritas por el chef, ¿no?—dijo el sonriente.
—seguro que si—dije yo igual de sonriente.
Sentí como llevo su mano a mi barbilla.
—Diego.....—
Me miro con intensidad.
El se acercó a mi y cerro los ojos.
¿Va a hacerlo?,¿voy a hacerlo?,¿vamos a hacerlo?.
¡Jorge!,¡tranquilo!.
Escuche como se abrió la puerta y rápidamente me separé.
—¡Gaelini!—dije yo sentado en la cama.
—¡mis hermanos!,¿que andaban haciending?—dijo Gael con una sonrisa picara.
—¡nada!,¡yo estaba apunto de salir a nadar!—Dije yo levantándome.
—s-si—dijo Diego avergonzado, estaba rojo.
Agarre mi toalla y salí por la puerta.
...
El solamente empezó a evitarme, ese día hicieron ejercicio solo Gael y Jorge, yo me quedé en casa con la excusa de jugar con Gabo y hacer la limpieza.
Pasaron los días y Jorge se puso aun mas incomodo conmigo, aunque con Gael no lo demostraba.
Por suerte sus padres vinieron a verlo, así que ya no estaba esquivándome tanto.
Y cuando regreso se puso de buen humor, así que le pedí que me corte el cabello.
¿Porque?, ni siquiera yo lo sabía, supongo que quería que nos olvidemos un poco del tema del otro día.
Termino cortándonos el pelo a Gael y a mi.
Quedó super.
Luego hicimos ejercicio, parecía haberse olvidado del tema.
Así fue como terminamos el día viendo televisión.
—¿has terminado Dark?—
—no aún no, la verdad es que no le entiendo nada—dijo Jorge.
—¿que hacen?—
—vemos que ver—
Me senté alado de Jorge en el sofá.
El se levantó.
—¿quieren algo?—
—no, gracias—
—yo tampoco—
Se puso rojo y se fue a la cocina, para después volver con su bebedero de niño y se sentó alado de Gael.
Lejos de mi.
Recibí un mensaje de mi hermana, quería que Gael vuelva porque tenía que despertar temprano.
—Gaelini, tu mamá me escribió—
—¿que te dijo?—
—que ya te vuelvas, que tienes que despertarme temprano—
—esta bien creo que si.—se levantó y se estiró.—bueno mi hermanos ya me voy, nos vemos mañana—
—¿no te quieres quedar a dormir?—dijo Jorge.
—¿tu invitándome a quedar?—dijo Gael riendo, a Jorge no le gustaba mucho la idea que digamos.
—si, porque no, puedes dormir en mi cama de abajo—
—no lo se, hablare con mi mamá, tal vez no quiera—
—esta bien—
Agarro su teléfono y me volteó a ver.
—estoy sin batería, Diego, ¿me prestas tu teléfono?—
—si, claro—le di el teléfono.
El desapareció por el pasillo.
Llamó a su mamá.
—el internet esta algo lento....—dijo el frustrado.
—hay que hablarle a la empresa de internet—
—si...—
—bueno chicos, me dijo que no, mi papá llegara mañana temprano—
—ah, me lo saludas a mi cuñado—dije yo.
—esta bien, pero vuelves mañana, ¿no mihijo?—
—si, si, adiós—dijo tomo su mochila y salió dejando el teléfono encima la mesa.
—bueno....me voy a dormir—
—espera—
—no Diego tengo sueño—
—¿no tienes hambre?—
—no gracias—
—podríamos hacer una hamburguesas—
—todo el tiempo hacemos hamburguesas, ¿no te cansas?—
—¿alguna sugerencia?—
—no gracias, iré a dormir—
El se levantó y se dio la vuelta.
Yo me levanté y lo tomé de la mano.
El me miro con cara de pocos amigos.
—quiero hablar contigo, ya vas dos días ignorándome—
—claro que no—
—claro que si—
—no, claro que no—
—¿enserio quieres seguir con el elefante de la habitación?—
—¿cual elefante?, ¿de que rayos estás hablando Diego?—dijo confundido.
Se volteó soltándose de mi agarre.
—no es literal...—dije yo algo frustrado.
—¿de que estas hablando?—
—de que lo que pasa entre nosotros—
—¿entre nosotros?, entre nosotros no pasa, paso o pasara nada, Diego—
—Coqui, hay que hablar—
—no hay que hablar de nada—
—creo que si debemos hablar—
—no Diego, ya déjame en paz—
Se dio la vuelta.
Le agarre de la mano y lo jale a mi; lo tome de la cintura para que me mirara.
—Coqui yo—el no me dejo decir nada cuando me jalo de la nuca y me beso.
Fue corto, muy corto, pero basto para dejarme callado y en estado de Shock, el se fue y se encerró en su habitación.
No dije nada.
¿Porque me beso?,¿Siente algo por mi?.
No logre dormir bien ese día.
Al día siguiente era el cumple de Danita.
La llamé temprano en la mañana para cantarle las mañanitas.
—se que tal vez, no tengo la mejor voz o no son las mejores circunstancias pero te las canto con la mejor intención—
—no me importa Yeyo, gracias, fue hermoso—dijo ella sonriente.
—te vez guapísima mi hermana—
—gracias amor, ya pienso levantarte, tengo muchas cosas que hacer—
—bueno hermana, espero te la pases super el día de hoy, me hubiera gustado estar contigo, pero no se puede—
Me puse a cantar su canción, "Contigo", y ella me hizo dueto.
—jaja, ¿no esta Coqui por ahí?—
—ah, no, el esta en su cuarto—
—¿me lo pasas?—dijo ella haciendo un puchero.
—esta bien—
Me levanté de la cama y me dirigí hacia el cuarto de Jorge.
Toque la puerta.
—¡¿que?!—dijo malhumorado.
Mire a Danna, estaba sorprendida.
—¿que sucedió?—
—estamos en medio de algo, pero no importa, ¡Jorge!, ¡Sal a hablar con Danna está aquí!—
—¿con Danna?—salió y abrió la puerta, estaba con camiseta y bóxer, como siempre anda por la casa.
—no te me quedes viendo como tarado y pásamela—
—s-si....—dije algo sonrojado y le di el teléfono.
El me cerró la puerta, aproveché para ir al baño.
Luego salí a ver que pasaba.
Mire a Jorge hablando en la puerta, esta sonriente.
Me encanta su sonrisa, me provoca algo en mi estomago, que hace que me de un no se que.
—ven, Danna nos quiere ver juntos—
Me acerqué a el.
Ella nos miro sonriente.
—¡Lo extraño mucho chicos!—dijo ella lanzando besos.
—y nosotros a ti hermana—dije yo.
—nosotros también, ya quiero verte—
—yo igual—
De la nada, siento como empieza a temblar.
—Jorge, esta temblando—
—¿que?—
—¡¡Jorge!!—dije yo alterado.
Corrí a mi habitación, saque la computadora y una camiseta.
Hasta que en eso un vaso se cae de la mesita y se rompe, yo salí corriendo.
Jorge estaba agarrando a consomé a panela de sus correas con una mano.
Lo tome de la mano y salimos corriendo de la casa.
Fue muy rápido, pero seguía temblando.
Sentía el ardor en mi pie.
Mire a Jorge estaba pálido.
—¿estas bien?—
—s-si—
Lo abracé, estaba nervioso, sentía como temblaba.
En un rato mas se detuvo.
—ya, ya paso—dije acariciando su cabeza como niño chiquito.
—¡Chicos!—escuche a Gael.
—¡Gael!—dijo yo mientras Jorge no se levantaba de mi hombro.
Vimos a Gael llegar donde estábamos.
—esta viniendo hasta que lo sentí—
—si, nosotros también lo sentimos—
—estuvo muy fuerte—dije yo algo asustado.
—si, lo estuvo—
Miro a Jorge quien no se levantaba de mi hombro.
—ya Jorge, tranquilo—
Sentí como recargo su peso en mi, lo sentamos en una tumbona alado de la alberca.
—ya coqui...—dije yo acariciando su cabello.
Panela y consomé se acercaron a el.
Sentí a Jorge respirar pesado.
—¿estas bien?—dije yo muy sorprendido.
—s-si.....—escuche como hablo levemente.
—ya paso Coqui, tranquilo—
—si Jorgini, tranquilo—
—neta me asuste horrible...—dijo el recargando su cabeza en su mano.
No se veía su rostro se la tapaban los chinos.
—Diego te cortaste—dijo Gael.
—¿que?—
Volteé a mirar mi pie, donde estaba señalando.
Tenía una herida y me estaba sangrando, debe ser del vaso.
—diablos...—
Jorge
Me miro mi herida mientras Gael hablaba con sus papás.
Noté como Jorge entrelazó sus dedos con los míos, fortaleciendo nuestras manos.
—gracias—dijo el.
—a ti—dije yo.

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