Las horas fueron pasando y era casi la media noche, John y yo seguíamos pasándola muy bien, pero aun en mi subconsciente estaba presente que en la habitación de Thomas había una zorra.
-¿es tu novio?- ¿Qué? Esta pregunta me saco de mi pequeña guerra interna- ¿Quién?- el chico que está aquí, con quien discutiste cuando llegamos- no, no, no es nada para mi, solo mi compañero de apartamento, es mi mejor amigo- pero… ¿sostienen algún tipo de relación?- ¿Qué? ¿Por qué dices eso?- por la manera en la que te miró, por eso creí que era tu novio- no, oh, no, es solo un amigo, igual él ahora está con una de sus “amiguitas”, si sabes a lo que me refiero- oh, sí, si lo entiendo, disculpa mi pregunta, no debí entrometerme, igual no soy nadie para interrogarte, pero, ¿tienes a alguien?- ¿Por qué tanto interés en saberlo?- para saber si no hay problema en tener otra agradable cita contigo-¿una cita?- si por supuesto, ¿crees que solo pasaría hoy y ya? ¿Qué dejaría que pasaras por mi vida como una grandiosa noche y nada más? Pues no señorita Melanie, así que, ¿aceptarías salir conmigo una próxima vez?- acepto pero con una condición- ¿Cuál?- quédate hoy, en la mañana te llevo hasta dónde está tu auto, solo que estoy un poco cansada y no creo que deba conducir así- y mucho menos volver sola señorita perezosita, creo que acepto, pero, ¿no se enojará tu “compañero”?- podrá superarlo, igual no puede echarme de aquí simplemente porque tú estés.
Las horas siguieron su curso, John y yo seguimos hablando, riendo, conociéndonos más, creo que es un tipo genial, pero solo eso.
-¿nos quedaremos aquí toda la noche?- pregunta John, no logro decir nada, se me atoran las palabras en la boca y ahora estoy balbuceando como tonta, ¿qué quiere decir con esto? ¿A dónde quiere ir acaso?- eh… no lo sé, ¿A dónde quieres ir tú?- vamos a tu cuarto, quiero verlo- ¡¿QUÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉ?!! Grita mi subconsciente- por supuesto- dice mi boca, ¿por qué demonios dije que si? ¡Ah, sí! Por esos malditos labios, como deseo besarlos. Logro pararme y me dirijo a mi cuarto con este guapo chico siguiéndome, subo al primer piso y lo conduzco por el pasillo, pasó por el cuarto de Thomas y ¡BAM!, aun está en su apogeo con la zorra, lo bueno es que esta no hace mucho ruido. Llego a la puerta de mi cuarto, ¡espera! ¿Hoy arreglé mi cuarto?, volteo a mi derecha y ahí está John, taaaaaan guapo con una disimulada sonrisa en sus labios, abro la puerta y para mi alivio si tengo una habitación decente que presentar,- entra- digo tímidamente- después de ti preciosa- paso a mi cuarto y por primera vez me siento realmente tímida, no sé que tiene este chico pero me está haciendo sentir extraña,- tienes un lindo cuarto, esto realmente eres tú, no como estabas en la discoteca, y discúlpame si te ofendo, pero preferiría no volverte a ver así, al menos no en nuestra próxima cita- tranquilo, fue mi amiga quien me vistió así para salir a “conquistar un chico guapo”- digo entre risas cuando me percato que no es tan gracioso para él, ya que su mirada se oscureció y sus labios se hicieron una línea, ¡mierda!,- según ella necesitaba conocer a alguien, y pues, al parecer no todo salió como ella quería,- ¿así que solo soy una “conquista”?- ¡¿qué?! No, no, por supuesto que no, tú realmente eres agradable, ella es una tonta, tú eres realmente agra…-interrumpió mi estúpida disculpa con un suave y dulce beso, ¡oh, por todo lo que es santo! Este chico besa muy bueno, que labios tan suaves, que lengua tan dulce, creo que podría quedarme aquí el resto de noche.
John lentamente me acerca a mi cama, y con tal sutileza me pone sobre ella, ¡oh, cielos! ¡Tendré sexo con un chico guapo! ¡Urra!, patada en el ego de Thomas, seguimos con aquel delicioso beso, cuando John para de repente, ¿pero por qué?, - Melanie, eres una mujer muy bella, no creo que te querría solo para tener sexo, déjame pasar la noche junto a ti, prometo que no te tocaré- ¡¿pero qué carajos?! ¡Yo quiero sexo! Maldita caballerosidad de este guapo hombre, quería patearle el ego al estúpido del Thomas,- lo que tú quieras John- serás marica, le dije mi subconsciente, me paro de la cama y voy al armario, tomo una pijama, y me dirijo al baño para cambiarme, unos diez minutos después estoy de regreso en la cama, y ahí está él, aquel pelmazo sexy que no quiere tener sexo hoy, se ha quitado la camisa, así que pude ver su hermoso torso blanco y trabajado, creo que cuando duerma lo violaré, se gira y me observa con deseo, este hombre me desea, y yo empecé a desearlo desde que me besó, bueno, desde antes. Me acuesto a su lado y me abraza, y ahí quedamos, acurrucados, como nunca lo había hecho con Thomas, amanecer en mi cama, como si solo existiera ese momento.
ESTÁS LEYENDO
Un deseo más.
Romancelo triste de todo es que ella cayó en la rutina de estar con él,aun sin tenerlo,de verlo,de quererlo,de tener que compartirlo yde amarlo en secreto,por que todo era "placer carnal" como ella valientemente se atrevía a clasificar tratando de ignorar...