𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟎𝟏

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Edla

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Edla.

No quiero llorar, pero no puedo evitarlo cuando me miro al espejo y veo lo que he aceptado hacer. Debería estar feliz con poder ayudar a mi familia en algo por primera vez, ya que al ser la menor de tantos hermanos no tengo mucho valor. En nuestra familia, y posiblemente en la mayoría de las familias metamorfas con dinero, importan únicamente los primeros dos hijos o hijas, y yo soy la sexta, esto significa que solo debo verme bonita, quedarme callada y vivir con todos los lujos que me apetezcan.

No es una mala vida, ya que a la mayoría le gusta, incluyéndome, pero hay veces en las que me siento o sentía inservible por no tener ninguna responsabilidad real y ahora se me ha dado me siento muy egoísta al querer escapar cuando ya he aceptado.

Antes no hubiera puesto mucho drama en casarme con un desconocido, es algo normal en las familias de clase alta e incluso hasta el incesto se considera normal. Sin embargo, esta vez es bastante diferente e injusto, ya que no voy a ser la esposa de alguien que me tendrá en la sombra rodeada de los mejores lujos, es todo lo contrario.

Mi futuro esposo y toda su manada viven como si se hubieran detenido en el tiempo, viven en cabañas que ellos mismos construyeron, cazan y siembran su propia comida e incluso la ropa que llevan las hicieron con sus propias manos.

¿En qué estaba pensando cuando acepté? Ni siquiera había escuchado el apellido de estos cuando ya estaba dispuesta a casarme por mi familia o por un territorio mejor dicho.

Territorio que mi madre desea.

Me gustaría retractarme, deseo hacerlo, pero estuve de acuerdo con lo poco que nos habían dicho e incluso fui la única que se ofreció voluntariamente antes de los detalles "importantes". Mi padre estaba preocupado a diferencia de mi madre que se sintió orgullosa de mí. Sentí que hice algo bueno y me gustó esa sensación, así que no le tome el peso suficiente hasta ahora.

—Te ves hermosa, cariño. —Al escuchar la voz de mi madre, rápidamente me limpio las lágrimas para que no note mi tristeza, aunque creo que es algo imposible, ya que mis ojos se encuentran lo suficientemente rojos e hinchados para que ella se dé cuenta. Sin embargo, no me dice nada, solo sonríe como si todo estuviera bien.

—Todos estamos muy orgullosos de ti. —Se posiciona detrás de mí y con delicadeza levanta un poco la posición de mi cabeza. —Esta unión saca a nuestra familia de un problema bastante tedioso.

—Lo sé, madre.

—La manada Jeon no cuenta con grandes lujos, te lo mencionamos un par de veces. —Me muerdo la lengua para no soltar un "se tardaron en decirlo". —Además, deberás ir con cuidado, después de todo son carnívoros y ya sabes lo inestables que son.

—Lo entiendo... —En realidad no lo hago del todo, mi familia nunca se ha mezclado con los demás a menos que haya un beneficio de por medio, como es en mi caso. —¿Ya es hora? —pregunto temblorosa.

HEAVEN | J.JUNGKOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora