Crónicas por el mundo

El misterio

Para gentes como ella el misterio empezaba precisamente con la explicación.

Juana, quien era alguien muy curiosa, siempre estaba al tanto de lo que sucedía a su alrededor, y lo que no también. Pero, al ser un poco tímida, le costaba acercarse a los demás.

Un día se encontró con un científico, quien era vecino del barrio, a quien le preguntó porqué cada vez que ella pasaba por un lugar encontraba una piedra violeta, que titilaba sólo cuando ella pasaba.

El señor le contestó que todo es debido a ella, ya que como ella misma había observado, con las demás personas no sucedía lo mismo. Este señor, llamado Carlos, era un hombre muy serio debido a su profesión y nunca mostraba una sonrisa en su rostro.

 -Se trata señorita -le dijo Carlos- de un poder que tiene usted en su ser, tiene una gran fuerza que hace que aquella piedra se ilumine y titile al pasar usted por su lado.

La muchacha se quedó vislumbrada al enterarse de semejante noticia. Gracias a la respuesta de aquel hombre, Juana se sintió más tranquila, pero a su vez estaba más intrigada y quería saber más sobre aquella piedra.

Al día siguiente lo fue a visitar a Carlos a su laboratorio.

-Hola Carlos, soy Juana tu vecina, vengo a preguntarle por la piedra.

-Si querida, pasá.

El lugar era muy oscuro, sólo había dos pequeñas ventanas que poco iluminaban. Juana se encontraba asustada, no tomó conciencia de haber ido sola sin ningún mayor.

Al entrar, se dio cuenta que había varias piedras violetas como las que había en su barrio. Carlos, entonces le explicó:

-Ya ves muchachita, yo soy el que pongo esa capacidad de iluminarse en cada persona, haciendo de esta manera que sólo a la gente que yo decido darle esa fuerza y ese poder para que las piedras brillen sólo con determinadas personas, y tú has sido elegida por mí para darle brillo a estas pequeñas piedras cuando pasas cerca de ellas.

Así fue como Juana sin decir ni una sola palabra, se marchó del lugar pensativa, pero había encontrado al fin una explicación al misterio que no la dejaba dormir.