𝑪𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 19-✊🏻

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༺Valentía༻

A medida que el auto se acercaba, Paulo pudo ver la casa; todas las ventanas se veían cerradas. Cuando llegaron, Paulo se bajó enseguida y al ver las puertas cerradas, tocó el timbre.

(Tilín)

Espero un momento....

Tilín, tilín, tilín, tilín, tilín, tilín....

—Wacho ¡pará! —Mauro lo tomó por los hombros haciendo que se volteara—. Mejor preguntemos a algunos de sus vecinos ¿Qué tal si están enfermos y vos molestando con el timbre?

—Bueno está bien.

Se fueron a la casa de enfrente. Tocaron el timbre y salió la señora Julia. Rostro arrugado, pelo blanco por las canas, y menudos ojos.

—Señora, ¿Sabe usted si la familia Richard está en casa? —dijo Mauro.

—Hace tres días que no sé nada de ellos, capaz estén en casa, la verdad no sé —dijo la señora.

—¡Señora, pero necesito saber si hay alguien allí! —dijo Paulo.

La señora entró a su casa y les cerró la puerta.

—Uff que arrogante —dijo Mauro.

Paulo cruzó la calle y volvió nuevamente a tocar. Mauro le dio la espalda y miró a su alrededor. El sol se estaba ocultando, incluso el clima se estaba poniendo frío. Se quedó mirando el cielo.

—Wacho no pensas que el clima está...Hey loco pero que hacés, bajáte de ahí, eso es invasión.

Paulo estaba en la cima del portón, luego saltó quedando al otro lado de la casa.

—Mas te vale que sepas trepar porque la puerta está cerrada —dijo Paulo.

—¿Qué? ¿Cómo pensás que voy a subirme?

—Loco subite o si no entraré solo —dijo Paulo.

—No, no vas a entrar solo, espérate, déjame subir.

Mauro trepó la metálica puerta hasta que saltó quedando dentro de la casa.

—¿Y si la puerta principal también está cerrada? —dijo Mauro.

—Nos entraremos por alguna ventana.

—Boludo están cerradas —dijo Mauro.

—Buscaremos una manera, ahora vamos a tocar.

Paulo sentía miedo. Daría lo que fuera por no haber visto a Any esa última noche confesándole esas cosas, ahora estaba imaginando catástrofes, pero nadie sabía, nadie podría saber a menos que no entraran a la casa.

Tocó la puerta, una, dos, tres, cuatro, cinco veces y nada. Entonces atrevidamente colocó su mano en la manivela.

—Loco ¿Qué vas a hacer? —dijo Mauro preocupado.

—Voy a entrar a la casa, y si vos no vas a ayudarme entonces no me detengas.

Giró la manivela y para su sorpresa estaba sin seguro. La casa estaba oscura, todo estaba desordenado. Había fundas de comida por doquier, los cojines de los muebles dispersos, vasos y platos sucios en la mesa, incluso...

—¿Manchas de sangre? —dijo Mauro—Loco mirá allá, cerca de los muebles ¿esas son manchas de sangre?

—Creo que si —dijo Paulo casi sin aliento.

Lo que sus ojos apreciaban era el rastro de un desastre. Él quería pensar en flores y arcoíris pero solo podía pensar en lo peor. Tras ver esas manchas se vió envuelto por el miedo. Las manos empezaron a sudarle y el corazón ya perdía su ritmo natural.

—Que oscuridad —murmuró Mauro. Intentó encender una de las lamparás de la sala pero al parecer no había electricidad.

Se adentraban con pasos lentos y vacilantes, cargados de miedo e inseguridad, como dos presas indefensas esperando a que el lobo hiciera su aparición.



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A Paulo y a Mauro solo les puedo decir, cuídense Chikis✌🏻:'v

Nena maldición; Paulo LondraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora