Capitulo 1: Alfredo Guzman

9.2K 179 7
                                    



-¡Ay, porfavor Alfredo! No te hagas, que bien y te revuelcas con viejas en montones. ¡Ni los cochis de mi nana son tan puercos como tú!- Le digo ya enfadada con esta conversación, mi boca torciéndose en asco.

-T/n, hay mija... no me diga eso. Que usted sabe que yo si la quiero.- Me dice Alfredo mirando para el suelo, chipilón el tuyo.

-Ay Alfredo no empieces por favor. Que sí voy y me vasco por hay.- Le digo negando la cabeza repetidas veces.

-Mira que usted siempre me desprecia T/n. Usted bien sabe que yo no le ruego a nadie.- Alfredo me reprocha, como que eso sí ya me va tener arrodillándome a sus pies. Pinche pendejo. No sabiendo que me vale verga a mi.

-No vengas a mi ha reprocharme, Alfredo. Que no te queda.- Le contesto ya harta, lo único que hace es incomodarme por tan cínico que es.

-No soy nada mija. Solo un pendejo por ti.- Me mira con cara de perrito triste, que la verdad no le queda ya.

-Si pendejo haz sido desde siempre. Por que para hacer lo que hiciste y con quién.- Ruedo los ojos volteando para otro lado, harta de verle la carota.

Antes de que me diga algo más, sigo -Si tanto me quisieras como dices, no vieras arruinado lo que un día fuimos Alfredo. Como vienes aquí a querer hacerte la víctima, cuando fuiste el culpable de que lo nuestro terminara. Lo que fuera que tuvimos; ¿eso? ¡se acabo! Se terminó por que no sabes que es el respeto y mucho menos como no andar metiéndole la riata a cualquiera que se te acerque. Pinche puerco. Asco me das.- Le digo con enojo, por que todavía viene aquí a rogarme, a querer hecharme la culpa.

-T/n, por favor mija, ya le pedí  perdón. Me arrepiento todos los pinches días de aver hecho esa pendejada. Sé que estuvo mal, y sé que me la tengo que ganar nuevamente. Pero por favor perdóneme ya, mi Sol... se lo ruego. Le juro que me arrepiento de verdad.- Dice casi llorando ya, que la neta ya me da igual. Y cree que decirme por ese sobrenombre me va conmover, pero no.

-No andes jurando babosadas, y no me digas así. Además no vaya ser que por que me pediste perdón- Ruedo los ojos exageradamente  -Y jures que hastas arrepentido se vaya borrar la cochinada qué hiciste.-

-Pero si no son babosadas mija. A usted yo la quiero un chingo. Y aunque no me la crea me arrepiento de aver le fallado como lo hice.- Me dice viéndome a los ojos, bien sincero el pues... ¡Jaj! no vaya ser.

-Aish, ya Alfredo. Mejor vete aver qué haces. Vete a pendejear al modo tuyo, y déjameeeee, ¡en paz! Por una vez en tu vida.- Le contesto poniéndome de pie del sillón en donde me encontraba sentada.

-¡T/n! !Por favor! Mija, no, tiene que entender- Le interrumpo antes que termine lo que tiene que decir.

-Me haces perder el tiempo- Le doy una sonrisa ultra forzada para que se de cuenta de que me tiene hasta el colmó -Y tengo cosas importantes que hacer, así que, ya vete. Si no quieres que te mande a sacar mucho a la chingada de aquí.- Le digo ya con todo el disgusto del mundo.

-Sol... por favor, amor...- Me ruega y yo en eso agarro mi radio y lo prendo, haciendo que Alfredo se pare y alce las manos para calmarme. -Me voy, esta bien, pero no olvides que te amo.-

-¡Alfredo vete ya!- Le grito empuñando las manos. -¡No me vuelvas a buscar en tu pinche vida!- Le digo cuando cruza la puerta. El voltea y me mira derrotado, se voltea y sigue su camino.

Escucho la puerta cerrar y suspiro finalmente tomando el aire que me faltaba todo este tiempo. Su cara al verme... me pedía perdón con los ojos.

Me tallo el ceño, tratando de que este pendejo no me estrese más de lo que ya lo hizo al venir hasta mi pinche casa a 'resolver' algo que no tiene solución. Por que el que me haga engañado con la hija del gobernador no tiene arreglo.

Aishhh, el muy pendejo vino en serio hasta mi casa. No tiene vergüenza es lo que pasa n'mas. Pinche puerco.

Ya pasé por la lloracion, el dolor, tristeza, etcétera y solo me queda el asco y enojo. Enojo no por lo que hizo, si no por que piensa que se merece que yo lo vuelva a tratar, que déjame te digo esta muyyyy equivocado el varoncito. Y pues el asco, por que es un asco de persona.

Tomo mi radio y lo prendo, -Escóltenlo hasta las afueras, tiene prohibido el paso empezando desde su salida.- Dejo ir el botón, recargándome en el marco de la venta de mi oficina, donde se veía hasta el portón de la entrada.

-10/4.- Me responde el jefe de seguridad. Veo cómo sale la troca de Alfredo por el portón y dos trocas lo siguen hasta que ya no los puedo ver más.

Con eso el tiene que entender todo. Eso es señal de que ya no tiene ninguna relación conmigo, por qué para no darle el entre a mi casa, eso da a decir mucho. Yo se que lo entenderá; la señal de retirada.

Para siempre.

TN + Narcos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora