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Asimilar que viví una posible realidad alterna no es algo fácil, incluso cuando todo se había sentido tan real

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Asimilar que viví una posible realidad alterna no es algo fácil, incluso cuando todo se había sentido tan real.

Había escogido el día en el que se cumplían 3 años en que Camila abandona la banda para morir de una sobredosis, ahora lo recuerdo bien. Todo este tiempo no ha sido lo mismo, empecé a buscar otras formas en las que no sintiera el dolor y el enojo que me había provocado su partida. ¿Había sido lo mejor? Tal vez sí, pero se sentía jodidamente mal su ausencia.

No tengo como explicar el porqué de aquella alucinación pero si pudiera buscar un significado sería porque después de su salida me sentí nuevamente esa mini Lauren vulnerable en la que se dañaba con facilidad y sin importar los golpes que recibía seguí ingenuamente ahí; porque en el fondo creía que llegaría el día en que todo ese dolor volvería siendo felicidad. Las humillaciones que recibió se reflejaban con lo rota que me sentía, lo único que envidie de aquella mini Lauren fue que cada persona que llegaba a su vida era como ayudarla a salir de ese pequeño vacío en el que estaba cayendo aunque algunos de ellos después terminaran fallándole; en cambio yo, deje de frecuentar a mis amigos, deje de hablar con las chicas y vi como salida las drogas porque seamos sinceros me hacían sentir bien pero no todo lo que te haga sentir bien está bien. Eso me costó casi la vida.

¿Debería llamarla? Sé que ya eran 3 años tarde pero esto me sirvió a darme cuenta que no di un fin, simplemente se fue y por mi orgullo decidí vetarla de mi vida, ¡oh gran error! Porque aunque no lo quiera admitir, ella siempre estaba presente en las cosas más mínimas que me sucedían día a día. Otra razón más para perderme.

Ahora entiendo porque mini Lauren escribía, ayuda un poco a soltar.

Enero, 2020.

— Atte. LJ

Cerré mi libreta y la guarde junto con la maleta que estaba sobre la cama.

Después de que me dieran de alta, el doctor les recomendó a mis padres que podría ir a grupos de rehabilitación para que pudiera evitar tener una recaída en el futuro. Pasé la navidad y el Año Nuevo con mi familia y con todos mis amigos como una forma de despedida. Se sentía como si fueras una nueva persona y todo fuera completamente extraño pero apreciaba el esfuerzo que todos hacían para que me sentirá en casa nuevamente.

Tome asiento en la cama con la vista fija al número que aparecía en la pantalla, con presionar un solo botón estaría cometiendo lo peor o mejor de mi vida; bueno creo que no podría haber peor... listo, la estaba llamando.

Tal vez no me conteste y posiblemente era lo mejor, aunque no mentiría que sentía una pequeña decepción.

— ¿Aló?

Había contestado, me sentía más nerviosa de lo normal, mis manos sudaban y mi voz no salía.

— ¿Hola? ¿Hay alguien en la línea?

El diario de la FenómenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora