Kaito estaba ahí, parado, mojando su traje con la lluvia.Tenía el ojo de la luna en manos, la primera y última joya que decidió buscar. Ahora, con toda la policía rodeándolo, tenía todas las intenciones de entregarse.
Cansado, dicha palabra justificaba su actitud. Fastidiado de la rutina de robar y mentir a sus cercanos decidió acabar con todo, aún sin encontrar respuestas. Chikane suspiró con una sonrisa: "Si es lo deseas,no puedo negarme." Y Jii se opuso al principio: "Está bien, joven amo."
Al final, solo él era el culpable. No mencionaría a Jii ni a su madre, se encargaría que no descubrieran sus secretos familiares.
—Esta noche, es la última, Inspector Nakamori. —señaló. Las palabras desconcertadas de todos fueron omitidas por su cabeza, se hallaba en el medio de una avenida en plena calle repleta. —Hoy me voy a entregar a la policía. —sentenció con firmes palabras.
Pero, un milagro sucedió, y no de sus propias manos.
Ante la mirada sorprendida de las personas quienes creían que él era el creador del truco, un pequeño punto de luz se elevó arriba de él, a unos pasos de distancia. Este brilló y se amplió en un gran tamaño, que incluso ante los ojos del ladrón, cubrió al Inspector que tenía al frente.
Recordó ahí, en aquel momento, las palabras de Akako.
"El día de tu adiós, un inevitable y destinado encuentro sucederá; la respuesta a todas tus dudas aparecerá frente a tí y se esfumara cuando más la necesites."
Del brillante círculo con fondo blanco, salió una mujer. A penas y portaba un delgado vestido del mismo color que su entorno original. Sus entrecerrados ojos brillaron con la luna y su largo cabello se revolvía con su femenina figura. Llevaba una joya como collar.
Cayó dormida sobre él. Y cuando lo hizo, el gran círculo blanco desapareció.
Kaito la cargó entre sus brazos. Examinó su rostro, jamás la había visto. Joven, de una edad similar.
La joya roja también brillaba, hasta que después de unos segundos se apagó en un profundo negro. Ella estaba viva, jadeaba un poco.
Y el corazón del ladrón se conmocionó cuando la tuvo en brazos.
Antes de que la policía volviese a reaccionar, salió volando de ahí a toda prisa cargando a la chica.
ESTÁS LEYENDO
𝐿𝑎 𝑐𝑖𝑢𝑑𝑎𝑑 𝑟𝑒𝑓𝑙𝑒𝑗𝑎𝑑𝑎 𝑒𝑛 𝑒𝑙 𝑐𝑖𝑒𝑙𝑜.
أدب الهواةKuroba Kaito x Lectora. "El último saludo desde el escenario de 1412 está a punto de empezar." En el mismo momento en que el gran ladrón se rindió en su búsqueda de una misteriosa joya y decide dar su último show, aparece justo frente a él una miste...