Cap 2

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La vida está hecha de cosas inesperadas, ya sea por obra del destino o como consecuencia de nuestras acciones, algunas producto de la impulsividad y la adrenalina del momento quienes nos llevan a tomar decisiones pero solo el tiempo nos dirá si fueron buenas o malas.

— Vaya… pensé que a éstas alturas ambos ya serían novios o se habrían matado —


Comentó en un tono calmado y sereno pero lo suficientemente fuerte como para que sea audible ante el escándalo, al menos para los que no estaban tan concentrados en sus cosas, por ejemplo, un zorrito de dos colas quien con un gesto de resignación volteó para comentar.

— Eso mismo pensamos pe-… —


Quedó atónito al verla, ahí, parada a casi un metro de distancia, boquiabierto y con los ojos abiertos, trató de no parpadear pues temía que fuera una alucinación como las muchas veces que pasó por lo mismo, que al cerrar sus ojos por esas milésimas de segundo, desaparecería, vanos fueron sus esfuerzos cuando los ojos empezaron a arderle pero cuando lo hizo ella aún permanecía delante suyo, con ese brillo en sus jades y esa sonrisa tan dulce característica de la eriza. Pronto su vista empezó a tornarse borrosa y casi se inmediato sus mejillas se humedecieron, tenía el cuerpo completamente paralizado, incapaz de mover ningún músculo pero con mucho esfuerzo logró articular una palabra.

— … ¿Amy?… —

— ¿Dijiste algo Tails?… ¿Tails? —


Preguntó el erizo albino sin apartar su vista de Rouge y Knuckles quienes aún discutían a pesar de estar elevados en el aire, a falta de respuesta volvió a preguntar mas tampoco la obtuvo, lo miró de soslayo y notó que permanecía estático mirado hacia algo que estaba en su delante, curioso giró su cabeza y su sospresa fue tan grande que perdió la concentración haciendo caer a la pareja.

— ¡Auch! ¡Oye, eso dolió! —

— Cállate, que esto es culpa tuya   rata con alas —

— Escuse me?… ja, mira cabeza de nudillo, yo-… —


De repente un grito se oyó por el lugar evitando que la murciélago termine su frase, aunque el tono fue bastante alto eso no fue lo que la sorprendió sino la palabra que dijeron esos dos sujetos al unísono…

"¡Estás aquí!"

Las voces pertenecían a Silver y Tails pero ¿Porqué gritaron? La idea de que tal vez Sonic y Shadow por fin llegaron pasó por su mente pero ese pensamiento fue rápidamente descartado al ver los rostros sorprendidos de Blaze y Knuckles… ¿Podría ser? No, solo es un juego de su mente, la única forma de descubrirlo era voltear.

Lentamente giró su cuerpo y la vio, ahí estaba ella, abrazando a sus amigos con lágrimas brotando de sus párpados cerrados y una enorme sonrisa melancólica.

El azulado estaba molesto y no se daba el lujo de esconderlo, sus reproches estaban cansando al veteado que con la vista buscaba un espacio libre para estacionar el vehículo, se contuvo bastante para no tirarlo por la ventana en el camino pero su ...

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El azulado estaba molesto y no se daba el lujo de esconderlo, sus reproches estaban cansando al veteado que con la vista buscaba un espacio libre para estacionar el vehículo, se contuvo bastante para no tirarlo por la ventana en el camino pero su paciencia estaba llegando al límite.

— Ya cállate Faker —

— ¡No me callo! Por tu culpa llegamos tarde y ahora nos espera un sermón de Rouge, sin mencionar que-… ¡Oye! ¿¡A donde vas!? ¡Te estoy hablando! —


Para evitar un posible homicidio, el erizo con vetas rojas salió del automóvil apenas apagó el motor, estaba a unos metros del café por lo que no tendría que caminar mucho; llegó a la entrada del lugar, empujó la puerta y cuando se disponía a entrar un destello azul pasó por su lado entrando primero, gruño fastidiado por la actitud inmadura de Sonic pero decidió dejarlo pasar… al menos hasta que se encuentren en un lugar más vacío.

Ya dentro buscó con la vista a los demás y los pudo ubicar entre las mesas del fondo, al parecer estaban todos pero con ellos había alguien más, estaba de espaldas por lo que no pudo reconocer al sujeto pero podía asegurar que se trataba de una mujer, tal vez una de las amigas de Rouge y por lo visto alguien importante pues todos tenían su atención en ella.

— Mira, al parecer Rouge te trajo otra amiguita —


Comentó pícaro el erizo cobalto, a lo que Shadow solo bufo por lo estúpido de su comentario, aunque en su mente se hizo presente esa idea recordando las otras veces que la albina hizo lo mismo, de ser así tendría que hablar definitivamente con Rouge.

— No reniegues Darketo y mejor vamos a conocer a tu novia —

— ¡Pero si serás idiota! —


El azabache estaba por golpear a Sonic pero éste, adelantando su reacción, corrió hasta la mesa de sus amigos.

— ¡Hey! ¡Hey! Chicos, ya llegué… ¿Quien es la nueva? —


Esa frase fue suficiente para sobresaltar a la peli-rosa, volver a oír la voz que siempre alborotaba su corazón aún después del tiempo, su cuerpo temblaba con su presencia pues verlo por el televisor no se comparaba en nada a tenerlo en vivo; Rouge, al notar la presencia de los faltantes habló primero.

— Hasta que llegan Sonic The Hedgehog, ¿Porqué tardaron tanto? —

— Shadow se empeñó en terminar sus cosas, pero dime ¿Como se llama señorita? —

— ¿Estás bromeando? O realmente estás mal de los ojos —

— ¿De que hablas Rouge? —

— Descuida Rouge, es obvio que no me reconozca, después de todo ya pasaron varios años —


La eriza tomó la mano de la albina para tranquilizarla, el azulado abrió los ojos sorprendido al escuchar esa voz, tan dulce y armoniosa, solo conocía a persona con tal tono pero ¿Podía ser?

— … ¿A-ammes?… —

— Jaja… ¿Hola? —


Dijo a la vez que nerviosa se levantaba de su asiento y volteaba, su rostro no había cambiado casi nada, seguía manteniendo esa expresión tierna en su rostro pero ésta vez la veía más hermosa que antes,  Amy se quedó mirando al cobalto en espera de su reacción y de un momento a otro sintió unos brazos cálidos rodearla con fuerza.

Los reencuentros con viejos amigos son un tesoro, esos momentos en los que pueden contar mil y un historias hasta que el sol se despida y las estrellas empiecen a hacer aparición de una en una sobre el manto oscuro encima nosotros.

Reír a carcajadas, llorar a cántaros, abrazarse sin querer separarse y mucho menos despedirse, aunque no queramos siempre llega una despedida y posiblemente un "hasta luego" sea la única esperanza de volver a verse, para no sentir ese enorme vacío en el pecho al decir "adiós".

¡No lo ocultes más!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora