Los tesoros de la Manada (M-preg) (Sterek)

25. Quien dejo de serlo.

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La situación fue explicada detalladamente por Stiles, Los tres mayores se habían mantenido atentos y silenciosos todo el tiempo, cuando la explicación termino se podía ver el miedo en sus expresiones, pero a su vez, había confianza y seguridad.

-¿Entonces lo enfrentaremos nosotros mismos? -Pregunto Melissa con un poco de preocupación.

-Entendemos lo riesgoso que es.- Aclaro Malia. – Pero siendo realistas no tenemos casi ninguna opción.

-Sabes bien que no nos quedaríamos con los brazos cruzados. – Complemento Stiles con una media sonrisa.

Natalie, la madre de Lydia por su parte no podía apartar su mirada del prominente vientre de Stiles. Ella sabia de la manera en que estaba compuesta la extraña familia de los Stilinski, pero jamás soñó con verlo con sus propios ojos. Chris y Melissa también miraban la panza de Stiles, pero con otros pensamientos en mente.

-¿Estas seguro Stiles? -Pregunto Melissa mortificada. Ella amaba a Stiles como su propio hijo, no quería que él y su bebe se vieran en peligro por una emboscada sin un plan en concreto.

-No estaría aquí si no estuviese seguro. – Informo con tranquilidad. Stiles entendía la preocupación de la enfermera.

-Entonces en mejor movernos de casa antes de que descubra que ustedes están aquí. – Hablo Chris mientras daba media vuelta.

Los cinco integrantes de la manada McCall le siguieron, junto a los cuatro niños y los integrantes de la manada de Stefan.

Todos se movilizaron en la enorme camioneta del ex cazador, terminaron en una cabaña a las afueras del pueblo. Alison había mencionado que su padre la había comprado solo para mantener todas las armas e implementos alejados de casa.

-¿A que nos enfrentamos? – Pregunto Melissa cuando todos estuvieron acomodados en el comedor de la pequeña cabaña.

-Se trata de un nigromante. – Contesto Stiles. – Son seres totalmente espirituales, se encargan de ejercer la magia, algunas veces blanca y otras negra.

-¿Cómo estas seguro de que es un nigromante? -Pregunto Chris.- Son seres realmente fuertes y complicados de atraer.

-Desde la antigüedad han sido culpados de la desaparición de personas. Ellos se encargan de buscar a alguien que este solo, en este caso atraparon a alguien quien pasaba mucho tiempo encerrado en su propio trabajo. Él fue la victima perfecta. – Explico suavemente, Había muchas otras cosas que decir, pero no lo haría hasta hablarlo en privado con Lydia.

-¿Qué tienen en mente? -Pregunto Melissa refiriéndose a un plan.

-No tenemos nada planeado. – Rebelo Theo con media sonrisa. – Solo tomamos nuestra ropa a los niños y nos tienen aquí.

-Esta bien para iniciar. – Comento Chris con un poco de humor. – Pero realmente necesitamos un buen plan.

-No creo que sea necesario. – interrumpió Stiles.

Todas las miradas se posaron en él.

-¿Quieres que nos lancemos a esa cosa como carne fresca? – Pregunto Liam medio escandalizado.

-Exactamente. – Respondió el chico después de guiñarle el ojo.

-¿De que demonios estas hablando? – Le interpuso Chris.

-Hablo de no crear un plan. – Repitió con lentitud. – Es decir tenemos las personas necesarias de nuestro lado, además no vamos a ir a matar esa cosa, vamos a advertir a los demás. – Tomo una pequeña pausa. - Pensándolo bien, tenemos que comenzar a buscar a los chicos, Nadie conocido en el pueblo los ha visto en semanas.

Los amigos del humano miraban al chico con extrañeza, se suponía que no habían viajado desde un lugar seguro solo para buscar a la manada que obviamente estaba escondida.

Esa noche todos se acomodaron de tal forma que nadie sufriría de un terrible dolor de espalda gracias al duro y frio suelo.

A mitad de la noche, Liam y Lydia fueron despertados. Stiles había mantenido una mano en la boca de ellos para que no hicieran ruido al ser despertados.

-Vamos a la cocina. – les susurro.

Los otros dos se levantaron y atendieron a la indicación del humano.

-¿Qué sucede Stiles?

-Ese hombre no es Chris Argent. – Anuncio susurrando.