Los tesoros de la Manada (M-preg) (Sterek)

7. Thomas.

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Thomas desayunaba en medio del ruido matutino que su familia emitía, después de desayunar todos se dividieron para asearse e ir a la escuela. Esa mañana sus padres le habían comentado que Derek no volvería al trabajo sino hasta un tiempo, entonces el tío Isaac había sido el encargado de monitorear las cosas mientras no estaba. Claro que se le hizo extraño, su hermana menor aun le faltaba tiempo para nacer, ¿Entonces porque sus padres parecían tan alerta? ¿Tendría que ver la pólvora de la otra vez?

Thomas Stilinski jamás se quedaba con la duda. El descubriría que tanto ocultaban sus padres, Se prometió mientras cepillaba sus dientes ya vestido.

-¡Thomas, ya es hora de irnos! – Grito Stiles desde la primera planta.

Thomas tomo su mochila y bajo rápidamente, en menos de cuarenta minutos sus padres lo dejaban frente a su escuela.

-Ten un buen día, cariño. – Le deseo su madre, mientras que Derek solo se despedía con su mano.

Thomas murmuro un gracias y cerro la puerta del miniván. Después entro en su escuela mientras escuchaba al auto alejarse.

-¡Thomas! – Le llamo un chico pecoso, Thomas detuvo su paso para permitir que el otro le alcanzase.- ¿Qué tal amigo? – le pregunto mientras pasaba su brazo por los hombros del Stilinski.

-Solo ha pasado un día Jack. – Bufo Thomas mientras seguía su paso.

-Debes saber que en un día miles de cosas puedes suceder. – Contesto el otro. – Por ejemplo; yo tengo un hámster nuevo.

-¿Otro? ¿No te eran suficientes los cuatro que ya tenías? – Pregunto mientras guardaba sus cosas en los pequeños lockers que tenían.

-Tu sabes bien lo mucho que me encantan esos animales. – Contesto el otro con felicidad.

Thomas tuvo que contener una sonrisa tras lo dicho por su amigo. Había conocido a Jack desde los ocho años, y ahora, el estaba a punto de cumplir los trece años, Jack era el único amigo de su temprana niñez con el que aún seguía en contacto.

Ambos tomaron asiento uno al lado del otro, esperaban a la maestra de ciencias.

-¿Has visto a Daniel? – Pregunto el pecoso después de inspeccionar a las personas en la clase.

-No. Apenas llegaba cuando me tope contigo.

Thomas también reviso a las personas en el aula, Desde la tarde del día anterior no había sabido nada de su amigo. En el momento creyó que se había quedado dormido, pero ¿Y si estaba enfermo?

Los nervios de Thomas se dispararon a mil, Si Daniel estaba enfermo le habría avisado ¿No? Entonces ¿Es algo mas grave?

Thomas estuvo a punto de mandar a la mierda su día escolar, Daniel era mucho mas importante. Pero todas sus ideas de fugas se evaporaron al ver entrar al casi rubio al aula de clase.

-¡Daniel! – Exclamo sin poder evitarlo.

Casi corrió hasta su amigo y lo atrapo entre sus brazos.

Sus compañeros de clase ya no estaban impresionados ante demostraciones como esas. Desde que el Chico nuevo Daniel había entrado en la escuela, Thomas Stilinski el cual todos respetaban debido a su apariencia y sus miradas que mataban , había quedado en el pasado desde la primera vez que le vieron abrazar a Daniel McCall.

Algunos se preguntaban que sucedía entre ellos. Pero no querían meterse con Thomas, asique finalmente les dejaban hacer lo que quisieran.

-Ya, ya, Thomas, todos nos están mirando. – Hablo Daniel mientras sonrojado daba palmaditas en la espalda de su amigo.

-¿Por qué llegaste tan tarde? – Pregunto Thomas después de haberle soltado.

-Mi padre. -Contesto mientras rodaba sus ojos.

Thomas rio ante su acción y lo guio a su asiento, el cual quedaba frente al suyo.

Todo el bloque transcurrió entre pequeñas notas enviadas a escondidas y golpecitos en las piernas. Era un día normal Para Thomas Stilinski.

Cuando llego la hora del recreo, Jack tuvo que dejar a sus dos amigos solos, pues él tenía un compromiso con Maya Berrón de cuarto año. Entonces Daniel y Thomas decidieron pasar el tiempo bajo el árbol que daba sombra a la cancha de futbol de la escuela.

Daniel estaba inusualmente silencioso, Normalmente él era el de mas energía.

-¿Qué sucede contigo hoy? -Pregunto el más grande después de un momento de silencio.

-¿Cómo es la vida en tu casa? -Contesto Daniel con otra pregunta.

Thomas levanto su ceja como buen Hale. - ¿A qué te refieres?

-¿Cómo viven tus hermanos, tus padres y tú?

-Vivimos bien...Daniel tu conoces nuestra casa, sabes como vivimos. – Contesto aun mas extrañado.

El otro lobo parecía aun mas decaído. Thomas no lo soporto más, tomo a su amigo por lo hombros y le obligo a verle a la cara.

-Dime que esta sucediendo Daniel. – Demando con voz dura, una que nunca había usado en Daniel.

-Yo solo...Solo quiero ser feliz. – Admitió después de echarse a llorar.

Thomas quedo paralizado ante eso, pero no le detuvo a tomar a Daniel en brazos y permitirle llorar en su pecho.

Después de unos segundos por impulso acaricio lentamente el cabello de Daniel, quería reconfortarlo.

-¿Me puedes decir que tanto te atormenta? Por favor. – Pidió Thomas con voz suave.

Daniel se desahogo en ese receso. Thomas escucho atento sus palabras. Después de hablar le prometió a Daniel que nadie ni nada jamás los iba a separar.

Y que ganas no le faltaban de golpear a aquel adulto.