Soy Como Soy

8.7K 281 62
                                    


Me miré en el espejo antes de salir de mi cuarto. Me maquillé y me peiné mi melena rubia hasta la cintura en perfectas ondas. Mi falda negra muy por encima del muslo combinaba a la perfección con mi camiseta escotada morada. Para mi, para Lucy Heartfilia, era un deber ir a la universidad perfectamente arreglada y maquillada.

¿Que si era popular? No en el sentido estricto de la palabra, aunque me conocían todos. Era envidiada por las chicas y perseguida y deseada por los chicos, simplemente. Era cierto que tenía reputación de calienta pollas, de guarrilla o de putón...¿y a mi qué? Sólo quería pasarmelo bien, y eso era lo que hacía. No me hacía falta ser amigas de esas huecas niñatas santurronas que me llamaban guarra por pegarme un par de revolcones por semana; como si ellas no hicieran lo mismo a escondidas.

Pero esa gente me daba igual. A mi, lo único que me hacía falta para estar cien por cien bien eran mis amigos de siempre. Ellos nunca me fallaban. Además eran mi único apoyo, ya que mis padres vivían entre viaje y viaje por sus negocios. Desde que cumplí los dieciseis, una buena edad para madurar según ellos, apenas los veía unas cuantas semanas al año. Y realmente aprendí a vivir sin ellos. Desde los 18 vivía en la gran casa familiar que teníamos en Seattle completamente sola. Bueno, no completamente.

Justo en frente de mi vivían los Fernández. Los asquerosamente hermosos hermanos Fernández, Jellal y Levy. Nos conocimos en la secundaria cuando me mudé a Seattle por el trabajo de mis padres. Sus padres, al igual que los míos, vivían la mayor parte del año fuera del país. Aunque para ellos era diferente, ellos se tenían el uno al otro...yo en cambio estaba sola.

Levy era guapisima, una modelo jodidamente hermosa y con una mala leche directamente proporcional a su belleza. Era algo enana pero eso no disminuía su belleza, peliazul y con las curvas perfectas. Sus ojos marrones podían ser tan cálidos como amenazadores dependiendo del momento y la persona. Sin duda era la mejor amiga que había tenido jamás; ella sabía todos y cada uno de mis problemas...que habían sido unos cuantos.

Jellal, por el contrario, era la calma en persona. Era igualmente hermoso, obviamente. Peliazul oscuro, alto, ojos marrones y unos perfectos musculos distribuidos perfectamente por toda su anatomía. Él era el único que podía calmarme cuando estaba nerviosa y el único que podía darme ánimos cuando lo necesitaba. Básicamente, era uno de mis mayores apoyos.

Los tres éramos inseparables hasta que hace algo más de seis meses el grupo se agrandó. Nos encontrábamos a mitad de curso cuando llegaron a la universidad tres alumnos nuevos procedentes de Canada. Eran hermanos y se mudaron también por motivos laborales de sus padres. El padre, el doctor Dragneel, era un eminente cirujano al que se le quedó pequeño el hospital donde trabajaba.

En seguida conectamos con ellos, al menos con dos tercios del grupo. Erza fue la primera en hablar conmigo. Al principio se me hizo raro, ya que por lo general las chicas no quieren ser amigas mías, me repelen porque se creen que voy a intentar follarme a sus novios...en fin, no logran entender que, al menos, respeto a los chicos que están pillados. Sin duda Erza era diferente. Era una chica alta, como yo, su pelo era de una tonalidad escarlata jamás vista, el estilo de su peinado era suelto y liso hasta la cintura, aunque aveces solía adornarlo con algún broche, sus ojos marrones eran sinceros y su sonrisa grande y sin falsedad. Su hermano mayor, Gajeel, la llama compradora compulsiva. Sí, quizás Erza era un poquito adicta a las compras.

Gajeel era el hermano mayor, tenía casi los veintiuno. Era tan enorme como un oso, fuerte, alto y con el pelo negro. La primera vez que le vi reconozco que me dio un poco de miedo por sus dimensiones. Aunque cuando abrió la boca y soltó una de sus bromas no pude evitar reirme. Desde entonces somos como hermanos. Era un niño grande, sus ojos café rojizos y traviesos chispeaban en cuanto se le ocurría alguna de sus locas ideas.

Mi profesora de seducción [Adaptación] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora