Habemus Niña

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Lucy pov

Cinco meses y medio después...

- ¡Hijo de puta!

Natsu y yo pusimos cara de dolor al oir el grito de angustia de Erza; llevábamos en la sala de espera más de dos horas... y los gritos no habían cesado ni un poquito, ni en intensidad ni en potencia.

- ¡Pobre de ti, Jellal Fernández, como te atrevas a ponerme de nuevo un dedo encima! ¡Dios!

- ¡Erza, mi mano! - se oyó desde la sala del parto.

- No se quién me da más pena de los dos...si mi hija o mi yerno – reconoció Irene.

- Que se haya adelantado el parto dos semanas es culpa del idiota de mi hermano...- espetó Levy – Así que se joda...

- ¡Levy! - la regañé – No seas tan dura con él... si Erza se ha puesto de parto es porque el bebe quiere salir ya...

Sonreí interiormente al recordar el momento en el que Erza empezó a sentir las primeras contracciones...hace apenas tres horas.

Nos habíamos reunido todos en la casa de los Fernández para hacer una barbacoa y cuando digo todos... son todos; los Dragneel al completo, los Fernández y hasta mis padres. La reunión era por dos motivos, el primero por haber terminado todos nuestro segundo año de carrera y el segundo por la sorpresa que dinamitó toda la situación y de la que ninguno teníamos noticia hasta que lo vimos.

La tarde estaba pasando sin ningún problema; carne a la parrilla, refrescos para todos y buen rollito en el ambiente... En un determinado momento Jellal fue hasta Erza, que estaba hermosa con su enorme barriga de ocho meses y medio, se plantó de rodillas delante de ella y sin decirla nada le sacó una pequeña cajita. Toma ya con el derroche de palabras de mi amigo...

- Eh... - me acerqué más aún a Natsu y le susurré - ¿Jellal le está pidiendo a tu hermana... que... se casen? - Natsu no me contestó ya que estaba en shock. Mierda, esa contumbre no se le había quitado... seguramente estaría pensando ahora mismo que su hermana era muy joven para eso...

- ¿Qué quieres que haga con esto? - preguntó Erza mirando a Jellal. Este rodó los ojos.

- Cariño... quiero que lo abras...

Erza la abrió... y se hizo un silencio... la cara de mi amiga pasó por una gama enorme de colores hasta llegar al rojo profundo, casi igual al de su cabello.

- Oh, Dios... - murmuró. Jellal sonrió.

- ¿Te gusta?

- No, no, no, ¡no! - la cara de Jellal cambió de feliz a hundido en menos de un segundo.

- ¿No? ¿No te gusta o... o no te quieres casar conmigo? Oh, mierda... se me ha olvidado hacerte la pregunta, ¿verdad? Erza... ¿quieres casarte conmigo? - todos rodamos los ojos y volvimos a centrarnos en la extraña reacción de Erza.

- No... oh, mierda – se encogió un poco hacia adelante - ¡No! Aún no...

- Vale... podemos esperar si quieres... no... no hay problema, nos casaremos más adelante y...

- ¡Idiota! No estoy hablando de eso... joder... tengo contracciones...- ugh...todos fuimos hasta donde se encontraba la parejita "feliz".

Ugh de nuevo... en efecto. Erza tenía una cara de dolor que no podía con ella y Jellal no estaba mucho mejor. Igneel se adelantó hacia su hija y la palpó el vientre.

- Parece que son contracciones de parto...

- Erza... ¿te... te estás haciendo pis? - preguntó Gajeel como con miedo.

Mi profesora de seducción [Adaptación] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora