Rogué Cheney

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Natsu pov

Oh Dios mío...¿en verdad había pasado? ¿En verdad había tenido esa increíble y excitante clase de sexo oral con Lucy? Sí, por supuesto que si...aún tenía el sabor de su cuerpo en mis labios...simplemente perfecto. Oir sus gemidos y sus jadeos mientras la besaba de forma íntima había hecho que me sintiera como el puto amo. Y sus labios...esos labios sobre mi polla iban a hacer que tuviera sueños eróticos durante el resto de mi existencia.

Y si no hubiera sido por mi hermano de los cojones todavía estaríamos en esa cama dando clases prácticas...Grrr, estaba como un león en celo así que me metí en la ducha y giré el grifo hacia el agua fría todo lo que pude aguantar. Cuando conseguí domar mi erección salí de la ducha, me envolví en una toalla y salí a la habitación. Lucy aún seguía con mi camisa puesta dejandome ver esas delicionsas piernas desnudas...sin duda esa camisa le sentaba mejor a ella que a mi...Me miró de arriba abajo y se mordió el labio...mierda. Fui hasta el armario para escapar de su mirada y hasta que no oí cerrarse la puerta del baño no me tranquilicé. Definitivamente esta mujer alteraba mis alocadas hormonas...

Me vestí rápidamente con otro de los modelos que Erza me había dejado preparados ya que aún no se fiaba de mi buen gusto al conjuntar la ropa...como fuera...me puse los vaqueros desgastados y una camisa oscura y fui hasta la puerta del baño. La ducha había dejado de oirse, lo que quería decir que en breve saldría Lucy envuelta solamente en una pequeña y esponjosa toalla y...toqué la puerta...

- ¿Lucy?

- ¡Ya salgo! - gritó desde el interior.

- ¡No! - chillé – No hace falta...es que...te espero abajo con los chicos, ¿vale?

- Vale, no tardaré.

Entré en el ascensor, pero no estaba solo. En él había una mujer de unos treinta años muy atractiva, rubia y con los ojos verdes. Cuando me vió me miró de arriba abajo, como minutos antes lo había hecho Lucy, y me sonrió.

- Hola – sonrió.

- Eh...hola – me quedé mirando la puerta cerrada del ascensor como si fuera lo más interesante.

- ¿Qué hace un chico como tu tan sólo? - dijo con voz seductora. Parpadeé varias veces antes de hablar.

- ¿Perdón?

- ¿Estás sólo? Porque yo puedo hacerte un poco de compañía – dijo tocando sugerentemente el escote.

- Eh...yo...

La campana me salvó y nunca mejor dicho. El timbre del ascensor nos anunció que habíamos llegado al piso cero salvándome de esa mujer. ¿Me estaba ofreciendo su compañía? Arggg. Salí escopetado sin mirar hacia atrás, afortunadamente vi a Jellal y Gajeel en el hall.

- ¿Qué te pasa, tio? Pareces un poco acojonadillo – dijo Jellal.

- Esa mujer, la rubia – ambos miraron hacia donde yo señalaba.

- No es precisamente de nuestra edad, pero está buena – dijo Gajeel.

- Me ha...ofrecido su compañía – los chicos me miraron serios...para luego mirarse entre ellos y estallar en una sonora carcajada.

- ¡No me jodas, Natsu! - dijo mi hermano – Al final va a resultar que eres todo un rompecorazones...

- Cállate – espeté.

- No te enfades, Natsu – me calmó Jellal – Eso quiere decir que las clases y los cambios de Lucy están dando resultados...

- Supongo, pero es que no me acostumbro a estar expuesto a las miradas de las mujeres...- dije pasándome la mano por el pelo - ¿Y las chicas?

Mi profesora de seducción [Adaptación] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora