Capítulo 4 🌈

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"Un deseo egoísta cegaba la razón, mi corazón fue dividido. No hay verdad en nuestras mentiras."

Y Shinichi ya no sabía que estaba haciendo. Cuando se besaron, todo se fue a la mierda. A él le encantó, fue tan dulce y... ¿Exitante? Tal fue su agrado, que continuó el beso aún con poco aire.

Más que obligación, se volvió costumbre. Encontrarse todos los días, salir juntos, divertirse, preguntar el estado del otro, esas eran citas. Shinichi podía evitar tanto rollo si quería, pero nunca lo hizo.

—¿Qué sientes por mí?
—preguntaba nada interesada de vez en cuando.

Él solo sonreía.

—No lo sé. —¿Cuándo dejo de ser una mentira? ¿Cuando dejo de ser una verdad? —Solo sé que eres importante.

Los constantes mensajes y charlas divertidas eran comunes. "¿Cómo estás?¿Quieres que vaya a verte?" Y él siempre comprendía si no quería verlo, paseándose cercano a su departamento.

—¿Ya lo olvidaste, detective idiota? —mencionó Akai, molesto, cuando apareció de la nada el nombre de la chica en su plática. —Esa Brandy es de la organización, debe ser detenida cuánto antes después de recuperarse.

¿Qué fue más egoísta? ¿Salir con ella por investigar un caso?¿Enamorarse dejando a un lado su misión?

La policía japonesa ya lo sabía, incluso su secreto, pasaban investigando también de lejos a la chica, y no fueron la excepción al reprenderlo.

Sin embargo, un día ella no respondió el teléfono. Shinichi asumió que tenía algún episodio, así que por la noche fue a verla.

Ella estaba ahí, de pie, en el techo de su complejo de apartamentos. Se giró a verlo, no mencionó nada desde su altura pero aún así, el detective se las arregló para subir a su lado.

—No deberíamos estar juntos, Shinichi. —sentenció serena.

Y una vez frente a ella, Shinichi trago saliva, ¿Recordó sus memorias?

—El reporte de la organización sobre tí indicaba que tu personalidad era capaz de esto y más. Te lo agradezco, sin desearlo me ayudaste, aunque todo sigue siendo una mentira.

El chico solo veía, analizando sus próximas acciones.

—¿Qué harás, Brandy?

—Ah... Brandy, no me gusta pero... Yo no lo elegí. Soy un juguete del líder, aún siendo de su propia familia, debe ser porque no soy descendencia directa suya. Es por eso que todos me toleran. Soy una de las asesinas de la organización, y Okino Yoko sabía más de la cuenta cuando se involucro con algún miembro de clases baja.

—¿Por qué me dices todo esto, Brandy? —preguntó, intentando mantener en el fondo sus sentimientos.

Ella miró para otro lado.

—Porque te quiero. —dijo seca, inexpresiva. —Las parejas son honestas mutuamente ¿No es así? O eso creía yo.

𝙐𝙣𝙖 𝙘𝙝𝙞𝙘𝙖 𝙙𝙚 𝙘𝙤𝙡𝙤𝙧𝙚𝙨. ♡ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora