Once

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Hoy es un mal día, un terrible, un pésimo día

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Hoy es un mal día, un terrible, un pésimo día.

Daban calificaciones.

  —¡No hagas eso Samantha! —regañó su compañera a su acción de rebuscar en el escritorio del profesor la hoja con las notas finales.

  —Me inquieta bastante saber si reprobé o no. —Pasó línea por línea mientras murmuraba su nombre hasta encontrarlo y cuando por fin lo hizo abrió de golpe los ojos.

Un 6.

Bueno, no había reprobado pero...

  —¡En casa me van a matar! Terminaré vendiendo chicles en el metro y probablemente quiten de mi lado a calcetín. —lamentó escenificando en su cabeza el rostro de su cachorro al ser separado de ella.

  —¿Tan malo fue? —preguntaron al unísono las personas detrás de Samantha.

  —Espero y su resultado haya sido mejor. —Les regaló una sonrisa sincera esperando su respuesta.

  —Pues...para tu consuelo Asher también tuvo un 6, Connor un 9 y yo...

  —Como era de esperarse Maddie tuvo un 10 perfecto —finalizó Connor.

  —Eso quiere decir que iré a clases extra con Asher. —Recargó su rostro en el hombro de su amiga mientras hacia un pequeño berrinche.

¿Qué era lo que hacía mal?

Entregaba todos sus trabajos a tiempo.
Pero con una presentación y letra terrible.

Pasaba a exponer.
Pero leyendo las notas de su brazo.

Contestaba los exámenes por completo.
Pero no asegurando que las respuestas sean correctas.

Bueno, ya sabía el por qué.

Pero eso sí, participaba bastante.

  —¡Mierda...! —susurró Samy.

  —¿Con esa boca besas a la abuela? —regañó Maddie sacando su zapato para lanzarlo en la cabeza de esa sucia maleducada.

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Golosinas para SamanthaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora