7. Un patito en el Día de los Protectores (I)

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Al patito se le apagó la curiosidad. No podía creer, que los protectores fuesen simples gallos...


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—Magia en Carnimor, 3% como siempre. Magia en Alashyama, 3%, igual. Magia en Orinom, 3%, sin cambios. Magia en Budawhe... Ah, buenas noches jefe, que hace despierto a estas horas ¿desea algo?

— Peter, ¿cómo va el reporte mágico mensual?

— Sin cambios, jefe. Aunque, nuestros informantes en Mornum dicen que la gente se quejó con el virrey Frank. Sobre que necesitan más magia, la que se les provee es muy poco, y la corte imperial de Mornum nos ha pedido hacer cambios en la distribución de la mag...

— No te preocupes por eso. Es más, puede que, a partir de ahora, la gente deba acostumbrarse a usar menos magia.

— Pero jefe, ¿no cree que es un poco excesivo? Hay varios informes de que existen grupos de personas en Mornum que empiezan a desconfiar de nuestra alianza con el Gobierno.

— Peter, te preocupas de un grupo de gente tonta que no sabe agradecer lo que se le da, cuando hay una preocupación mayor.

— No me diga que...

— Sí, vengo de una reunión con ellos. Y no están precisamente felices con su parte. Así que, llegamos a una conclusión. No es suficiente la magia que nosotros recibimos.

— Ti-tiene razón, jajaja. La gente de Mornum es exagerada, ¿no?

— No, creo que es verdad. Pero la gente de Morn... No, todas las personas deberían estar conscientes de esto. Lo que ellos hacen es tan sólo un pequeño sacrificio, que terminará en un gran beneficio. La gente debería entender eso, y adaptarse al cambio. Y un gran cambio se acerca.

— ¿A que se refiere con un gran cambio?

— Ya lo verás, ten paciencia.

— ¿Les dirá a los demás socios las medidas que tomó con ellos, jefe? ¿Quiere que prepare una reunión?

— No, no será necesario. Ya encontraré un buen momento para hablar con los socios. Pero eso será después, de momento esto se queda entre nosotros. Muy bien, me voy a dormir. Nos vemos el lunes, Peter.

— Adiós, jefe.


Para el jefe, la oficina era su casa. Tenía un cuarto en el piso más alto, y el jefe vivía ahí. Decía que así podía estar más cerca al trabajo, y estar alerta ante cualquier problema que hubiera. Peter trabajaba como su mano derecha un tiempo, pero aún había dos cosas a la que no estaba acostumbrado. La primera, era que su jefe era muy raro. La segunda, eran las reuniones del jefe con ellos. ¿Quiénes eran ellos primeramente? Ningún trabajador, ni siquiera Peter los había visto. Solo el jefe. ¿Qué tipo de reuniones hacían? ¿Sobre qué? ¿Serán humanos, siquiera? Peter no lo sabía.

Pero había una cosa que si sabía. Tenía que apurarse en terminar de supervisar los reportes mensuales. Ya era algo tarde, las carrozas de alquiler dejarían de circular por las calles, y Peter no quería dormir en la oficina.

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¡BIENVENIDOS A LA ALDEA PATHURNA DEL SUR! ESPERAMOS QUE SU ESTADÍA SEA MUY BUE....

— Sisisi, ya lo sabemos. Ya me hartan, siempre dicen lo mismo cada que venimos. — dijo Polnuff, el líder de los "protectores".

— Buenos días, Sr Polnuff, ¿que lo trae por aquí tan temprano? Usualmente vienen más tarde. —

Soy un patito, un patito en otro mundoWhere stories live. Discover now