9. Un patito demostrando su potencial en Otro Mundo

45 3 0
                                    



Y en casos como estos, solo quedaba recurrir a la violencia...


Mientras tanto, Polnuff se empezaba a impacientar. Le seguía gritando a ese pato, y no recibía respuesta alguna. Ese maldito pato solo se quedó ahí, mirando a la nada, ignorándolo. Los demás patos, por su parte, solo murmuraban, procesando lo que Polnuff había dicho. ¿El pato tenía magia?


— ¿CREES QUE PUEDES IGNORARME? MALDITO PATO, ¡RESPÓNDEME!

— Ah. No, no. Perdón. Mi cabeza estaba pensando y teniendo flashbacks, jejeje.


Ni corto ni perezoso, Polnuff no aguantó más. Haciendo una seña a los demás gallos, como diciendo que de esto se encargaba él personalmente, como ordenando que nadie se acerque, como diciendo que él le dará una lección a ese maldito pato. Y se preparó. Sus plumas se erizaron, cual puercoespín atemorizado, y tomando carrera, fue corriendo directamente hacia ese maldito pato. Ahora que lo veía bien, su cara no le sonaba. Los gallos ya conocían a todos los patos, pero él no era de por ahí. Aunque eso no le importaba. Polnuff siguió corriendo. Preparó sus patas, para darle una buena patada. Y su pico, si era necesario. Ese maldito pato se había burlado de él. Enfrente de los demás. Ya era hora de darle una lección. Con patadas y picotazos, aprenderá cuál es su lugar.


Por su parte, Patito lo veía venir, corriendo, furioso, con sed de sangre, se notaba en los ojos de ese gallo. "¿Fue buena idea molestarlo? ¿Y ahora qué?" Al ver a los demás patos, vio que nadie venía a ayudarlo. O, mejor dicho, los que querían ayudarlo, no podían hacer mucho. Realmente le tenían miedo a Los Protectores. Y ellos, como una barrera, como una jaula que impedía todo intento de solidaridad para con él, estaban ahí, firmes, imponentes.


Polnuff seguía corriendo. Cual cámara lenta, Patito lo veía venir, poco a poco, acercándose. El patito pensó: "¿Y todo esto por impresionar a Perla? No, eso no es de valientes, eso es de estúpidos. ¿Arriesgar la vida para qué? ¿Conseguí alguna recompensa? ¿Acaso me siento mejor después de haber hecho esto? ¿Por qué tengo tanto tiempo para pensar en todo esto?"

Ya estaba hecho, ya no hay vuelta atrás. Polnuff se acercaba. Su rostro solo reflejaba ira, una ira que iba disparada hacia él. Una ira en forma de patada, que el patito pudo esquivar, pero que, a la segunda patada, el patito no pudo hacer más que recibirla.

El patito fue lanzado lejos, otra vez. Aunque esta vez no se quedó inconsciente, pero tampoco pudo decir que esa patada no le dolió.


— ¿QUE PASÓ? ¿NO PUEDES CON UNA SIMPLE PATADA DE UN PICHÓN? ¿AH? HACE RATO BALBUCEABAS Y VOCIFERABAS COSAS, PERO AHORA. ¡MÍRATE! TENDIDO EN EL SUELO. SIENDO INFERIOR A MI.


El patito se levantó. Se quedó callado, parado, mirando hacia abajo, pensando. A Polnuff esto le pareció una falta de respeto, y enfurecido, decidió atacarlo una vez más.

"Esta vez no me dolió, tampoco me desmayé. ¿Pero, a qué hora viene mi poder especial? ¿No se supone que hay uno en estos casos? ¿Ahora qué haré? Si nadie me viene a ayudar, ¿moriré? ¿Moriré a patadas y picotazos? No. Aún no. No sin haber sentado cabez..."


Sus pensamientos fueron cortados por otra patada abrupta. Si bien, no volvió a quedar inconsciente, si esto seguía así, iba a quedar inconsciente una vez más, tarde o temprano.

Soy un patito, un patito en otro mundoWhere stories live. Discover now