28 de enero

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Después de aquella salida a la playa, seguimos hablándonos por llamadas que parecían interminables, horas tras horas hablando desde lo más absurdo hasta lo más profundo, todo parecía ser importante en ese momento.

En una de esas tanta llamadas de madrugada, en las que nos confesábamos todo aquello que sentíamos,
aún después de tantas llamadas no nos cansábamos de decir cuanto nos queríamos, y hasta en el enojo o pelea más absurda no falta un te quiero.

El reloj marcaba las 2:34 de la madrugada, la llamada en la que estábamos comenzó a tornarse más profunda, tocando temas sensibles para ambos, desbordándose hacia el campo de lo incómodo.
No la veía, pero sabía muy bien, cuando sonreía, cuando se sonrojaba, cuando se enfurecía. Estudié detenidamente cada uno de sus gesto casi hasta el
punto de hacerlos míos.

Su voz se había vuelto un placer para mí.
-Entre ojos medios chinos y casi dormidos- del otro lado de la llamada oí un "así que no podremos seguir hablando" e inmediatamente cortó la llamada.
En mí sentí un vacío, dudas por doquier, desesperación en su máximo esplendor, no encontraba ni una lógica a lo que hizo y dijo, mi respiración se aceleró, mis ojos se dilataron, mis latidos estaban descontrolados, ese día me descubrí en una nueva faceta, dejé de ser el yo tan tranquilo que creía conocer...

La llamaba desesperadamente, llamada tras llamada, todas ignoradas, la llamé toda la madrugada, no contestó ni una llamada mía.

Al amanecer de ese día fui a buscarla a su casa, esperando que saliera, estuve alrededor de 2 horas parado frente a su casa, las manos me sudaban, estaba tiritando, lleno de escalofríos y en mi cabeza no paraban de surgir nuevas preguntas, tenía más dudas por resolver.
¿Por qué dijo eso? ¿Será mi culpa? ¿Qué dijo antes de eso? ¿Por qué no esperó que yo respondiera? ¿Por qué no contestó mis llamadas?
Esas y muchísimas preguntas más daban vueltas en mi mente que estaba completamente aturdida y demasiado confundida.
Quería acabar con todo esto, no soportaba tantas dudas que me carcomían... crucé la calle con un dudoso caminar, las manos me temblaban por dentro de los bolsillos de mi abrigo, todo parecía ir más lento, la calle se hizo más larga, creí que no llegaría, me detuve frente a la puerta -no podía tocar- me quedé alrededor de 5 minutos parado frente a ella, en lo que me armaba de valor para tocarla, se abrió la puerta, mi corazón saltó, ¡era ella! se sorprendió ella al igual que yo -me quedé mudo- me preguntó ¿Qué haces acá?
-termina de abrir la puerta y sale- la miro y rápidamente me acerco a ella y sin responder su pregunta ni decir una sola palabra la abrazo, le doy uno muy fuerte... oigo un llanto cerca a mi oído, nos soltamos -ella miraba al piso- le acomodé el cabello, puse mi mano en su mentón y suavemente hice que levantara la cabeza, estaba con los ojos húmedos, tenía ojeras -parecía no haber dormido- entre lágrimas me dijo "lo siento, lo siento mucho" -yo aun seguía sin entender nada- se secó las lágrimas, sus cristalinos y húmedos ojos habían quedado rojizos.
Su tono de voz era de tristeza, para nada entendible.

Le pregunté ¿a dónde vas?
Me respondió que iba a salir a caminar, que no se encontraba bien, por todo lo que me había contado durante la madrugada.
-de todo lo que había dicho en la madrugada, no escuché nada, estaba hecho un zombie, estaba somnoliento.
Ella me preguntó ¿y tú a qué haz venido?
-está claro que no le diría que me había quedado dormido y que no oí nada de lo que dijo en la llamada de la madrugada- respondí algo nervioso "vine porque creo que lo que me dijiste en la madrugada era algo que debíamos hablar en persona" estaba temeroso, por saber que tan creíble sería lo que dije...
"Sí, creo que es lo mejor" respondió ella. El alivio que sentí en ese momento fue único.

Me invitó a hablar al lugar donde ella se refugia cuando se siente mal, lo describía como un lugar de absoluta paz, donde puedes pensar en tranquilidad, era notoria la emoción con la que describía ese lugar.
Llegamos al lugar, era una casona abandonada, entramos por una de las ventanas, no era tan escalofriante como se podría imaginar una casona abandonada, ella en todo el tiempo que estaba ahí la había limpiando y ordenado.
Tenía un aspecto muy acogedor, un viaje en el tiempo en su totalidad.
Me preguntó ¿qué te parece?
Le respondí en un tono irónico "un delito" atinó a reírse, ya estaba más calmada.
Me dijo, estar acá es despejarse, alejarse, huir del mundo que está cruzando aquella puerta, si imaginas que estás en la época de esta casona te olvidarás por completo del exterior, -cuánta razón tenía- me bastaron pocos 30 minutos para sentirme en otro tiempo.

Nos sentamos en uno de los antiguos muebles de aquella casona, estaba limpio el mueble, muchas de las cosas estaban limpias gracias a ella.
Cerró las cortinas gruesas que no dejaban pasar casi nada de la luz del día, era todo muy oscuro, prendió algunas velas, las cuales nos dieron una vaga luminosidad, empecé a interiorizarme con el lugar.
Todo estaba calmado, pero teníamos un asunto pendiente.
Inicié la conversación con un "bueno, hablemos lo de  que sucedió esta madrugada, cuéntame ¿qué pasó?" -dio un suspiro tembloroso y un movimiento de hombros-
-agachó la cabeza- y dijo:

-soy yo... no estoy segura de esto.

-pensé que te gustaba -respondí-

-si me gusta, de hecho me encanta, nunca antes me habían robado un beso con la ternura con la que tú lo hiciste, nadie había valorado tantos mis abrazos como tú, hiciste que esa tarde en la que vimos morir al sol en la playa, se convirtiera en el pensamiento al que recurro cuando te extraño...

- ¿entonces, qué es? -pregunté-

-soy yo... -respondió con voz de susurro-

-¿Por qué dices eso? -tratando de entenderla-

-me conozco, sé que de alguna manera arruinaré todo esto, y luego te alejarás de mí, suena muy tonto, pero es que no quiero decepcionarte.

-solo la miro, no sé que decir.-

-perdón si te incomodé. -lo dice avergonzada-

-(se levanta y empieza a apagar la velas)-

-(Yo, en toda esa oscuridad, sin saber donde está)- digo, te amo... -se queda todo en silencio, se oye de fondo un llanto que se va acercado-

-no sabes cuanto esperé oír eso... yo también te amo y mucho -no paraba de repetir cuanto me amaba- Sé que es malo que piense que todo me irá mal, pero TÚ tienes un "no sé", me haces sentir en las nubes, tu timidez me hace derretir, me haces sentir más de lo que crees -termina de hablar y me abraza muy fuerte- no te alejes de mí lado nunca -me abraza mas fuerte.-

Volvió a mi lado -con una emoción desbordante hasta las lágrimas- al viejo mueble en el que me quedé a oscuras -empezó a ponerse todo de colores vivos- ella cayó como un pétalo de rosa en mis piernas, entre tantos arrullos amorosos que le hice se quedó dormida, no me cansaba de mirar su bello rostro de niña dormida, la veo dormir, le acaricio suavemente el cabello, con delicadeza su rostro angelical y en el se dibuja una sonrisa -sabía que, aun estando dormida sentía con agudeza mis caricias, esa sonrisa es la que imagino cada noche antes de dormir- entrelazamos los dedos, le beso su tibia mejilla y dejo que el tiempo pase...

Feliz cumpleaños beck :3
Gracias por el apoyo💙

PLEIN AMOURDonde viven las historias. Descúbrelo ahora