No había extrañado tanto en mi vida...
Había pasado regular tiempo sin verla, la comunicación desde aquel 20 de diciembre -tenía un mes de haberla conocido- hasta este día había sido muy escasa. Necesitaba urgente su mirada, sus ojos, su sonrisa, sus abrazos y qué su voz viajara hasta mi oído y endulzara mi alma.
Los días posteriores de ese 20 de diciembre, ella fue a pasar las festividades de fin de año, en casa de su mamá. No podíamos hablar porque tenía tiempo de no ver a su madre.
Entre las pocas ocasiones en las qué pudimos comunicarnos, me dijo el día que volvería, y empezamos a coordinar un encuentro.
Este tan afanado encuentro quedaría con la fecha 6 de enero.Desde que desperté ese día 6 de enero, los nervios y la ansiedad me envolvían y se apoderaban de la mente que tenía como único pensamiento a ella.
Salí de mi casa, me dirigí hacia la parada de buses más cercana a mí y esperé emocionado a que pasara el bus, tanta fue mi emoción que por error casi subo a uno equivocado -muchas gracias al cobrador por mandarle saludos a mi madre-.
Rápidamente después de ese momento bochornoso pasó el bus que finalmente me llevaría hacia donde ella me esperaba -cabe recalcar que llegué tarde-.
Bajé del bus, con un caminar muy lento y un corazón más que acelerado...
Mis ojos ciegos -los cuales no ven de lejos- la identificaron fácilmente, sabían que era ella, estaba tan hermosa y deslumbrante...Me acerqué, pegué su nombre al viento, ella alzó la mirada y me vio caminando hacia ella. Se levantó de la berma en la que estaba sentada. Mis sensores detectaron una adentrada tristeza y amargura que rodeaba su existencia en ese momento. Por dentro me sentía culpable -sabía que había llegado a destiempo- el saludo que nos dimos fue un tanto frío y fúnebre, no esperaba que el tan ansiado encuentro iniciara con ese paso tan brusco.
Se puso de pie, con voz suavemente triste me dio un hola y abrazo mustio...
Empezamos a caminar por una ruta ya marcada anteriormente por nosotros, lo habíamos coordinado entre esas pocas veces que hablamos.
Iniciada la caminata, en pocos pasos ya dados, me atreví a soltar un pregunta peligrosa -esperando que ésta no empeorara ni detonara en algo desastroso-
Mientras caminábamos, mi mirada estaba pegada al pavimento, en mi mente no paraba de dar vueltas aquella pregunta...
Cómo si de un drama de película se tratase, la hice detenerse, que prestara toda atención y que
mirara fijamente hacia mis adentros oscuros.
Lo hizo en un instante efímero, el cual lo aproveché para preguntar.Decidí hacerlo -estaba temeroso y tiritando- pero pregunté: ¿estás bien?
Ella, hizo en escaneo de pies a cabeza de mí, que me encontraba delante de ella, nos miramos e hizo silencio por un tiempo hasta que respondió.
Sabía que tras ese silencio tan interminable la respuesta sería nada favorable... lo peor estaba por llegar.
Me miró una vez más, cogió mis dos manos las levantó un poco, entrelazamos los dedos... todo aquello sucedía en cámara lenta -era capaz de detener mi mundo- era un acto de magia.
En su rostro empezó a asomarse una tímida y nerviosa sonrisa.
Ella, Estaba triste, por un asunto familiar del cual yo tenía cierto conocimiento sumémosle a eso que llegué tarde -queda claro que las mujeres odian esperar-
Después de la repuesta que recibí, ya estaba con la duda resuelta, proseguimos a continuar con nuestra caminata."Quien diría que después de verte desde tan lejos, hoy estoy tan cerca a ti y acariciando tu mano"
Fue lo primero que dije al llegar y sentir la brisa y humedad de una zona cerca de alguna playa.
Y el movimiento de una suave brisa de mar se encargó de llevar mis palabras hasta su destino.
ella me regresó una sutil carcajada acompañada de un abrazo -uno muy fuerte- se trepó en mí y muy cerca a mi oído me susurró con alegría y ternura -entre risas- "tú no estás a mi lado, tú estás dentro de mí... te llevo aunque no quieras, te pienso sin decírtelo, te hablo sin hablar y te sueño estando despierta"
Aquello que dijo tan cerca a mi oído y con la voz exageradamente dulce, mas dulce aún con el sonido del mar salado, hizo que alguna lágrima mía saliera desprendida junto al viento y quizás a juntarse con la inmensidad del mar, que fue testigo de tanto amor acumulado.Bajamos hasta la orilla, estaba la playa totalmente vacía, éramos nosotros, el viento pegando caricias, la arena acogedora, las olas relajadas y el sol mirándonos fijamente desde el horizonte.
Durante la puesta del sol, donde el cielo se convierte en un espectáculo, las aves se van hacia alguna dirección, se pinta todo de un degrado sobrenatural y perfecto desde el celeste hasta el rojo, en ese momento tan especial donde todo es distinto y único, en ese paisaje majestuoso estábamos nosotros sentados en silencio e hipnotizados por las olas naranjas, puse mi mano sobre la de ella, pegue mi cuerpo al suyo, puso su cabeza en mi hombro, vimos cómo lentamente moría la tarde y como sigilosamente la amaba más...

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PLEIN AMOUR
Novela JuvenilUn amor divinamente humano, en dos jóvenes corazones. Una pareja llena de aventuras amorosas que dejarán a más de uno con ganas de enamorarse