Caí en un sueño recóndito, tanto que comencé a soñar cosas muy raras, características de los sueños, mismas cosas que sabía que se trataba de un sueño ya que eran muy disparatadas. Mi celular vibraba desde mi mesa de noche, rápido respondí, era una llamada, aparecía el número 12 solamente como remitente a lo cual me pareció muy extraño.
—Si… ¿Quién habla? —los nervios me apresaban cada vez más mientras escuchaba un simple jadeo del otro lado del teléfono.
Un sonido agudo me despertó, se trataba de la alarma de mi móvil, una alarma que yo ni siquiera había programado, eran las 12:12 p.m. Volteé a ver el reloj de pared, como siempre, modesto, marchando a la perfección marcando las 12:12 p.m y para colmo marcando nueve, diez, once y finalmente doce segundos.
—¿Cómo es posible que haya dormido tanto? —murmuré para mí mismo mientras tomaba mi celular buscando el mensaje de la noche anterior. Por más que mi búsqueda fue insaciable entre los mensajes de texto no logré encontrar nada.
Fuera el día era radiante, las hojas yacian inmóviles y el parloteo de una que otra persona pasando por la calle. Tomé el celular y llamé a Dinora, para ver qué planes haríamos para salir.
—Si, hola, buena tarde, ¿Pasa algo? —me dijo Dinora en tono sospechoso.
—Buenas tardes Dinora, no pasa nada, ¿Por qué debería pasar algo? —me puse rápido a la defensiva.
—Oye Dante, tranquilo, pregunto si pasa algo porque siempre acostumbras a hablarme más temprano.
—Ah, disculpa, me he levantado tarde y con un dolor de cabeza insoportable —trate de disculparme para no comenzar una pelea.
—Te noto tenso, sé que algo pasa Dan, dímelo por favor —comenzaba a notarla tensa y trate de sonar lo más relajado posible.
—Tranquila querida, en verdad no pasa nada, ¿Podemos salir ahora?
—Si, ¿Te parece si vamos a la exposición del libro? Habrá autores reconocidos —la emoción invadía su ser, lo sabía por la efusividad que denotaba su voz.
—Bueno me parece perfecto, ¿A qué hora y dónde nos vemos? —un estado de parsimonia se apoderaba del ambiente, di un respiro profundo esperando la respuesta de mi chica.
—A las seis de la tarde, la exposición será en el parque central, ahí nos vemos.
—Está bien, mientras iré adelantando unos proyectos, me baño y salgo para allá cariño. Adiós. —colgué la llamada, y casi instintivamente vi hacia la ventana, la luna menguante estaba al revés, bueno estaba al revés porque yo siempre he estado acostumbrado a verla de cierta manera cuando está en menguante. La locura quería tomar parte de mí, pero recordé algo que mi abuelo me dijo dos meses antes de fallecer: "hay algo más fuerte que cualquier cosa, más fuerte que la locura, y eso se llama voluntad". Entonces por mi voluntad no dejaría que la locura tenga parte en mi vida, que por alguna extraña razón quería entrar en mí.
Un escalofrío recorría mi cuerpo a pesar de la tranquilidad de hacia unos segundos, una corriente de aire golpeaba la ventana haciéndola sonar como si se tratase de una película de terror. Tenía que hacer un proyecto, más bien dicho unos ensayos sobre los diferentes textos de dramaturgos españoles reconocidos en la época colonial. Mi carrera parecía que iba ir en declive, no tenía humor debido a los recuerdos nefastos de mis padres hipócritas, si, les tengo cierto rencor porque siempre me atacaron diciéndome que la carrera de literatura me iba a dejar comiendo del basurero. En fin, estaba dispuesto a tomar un baño, para relajarme y salir como quedé con Dinora, entré a la ducha e irónicamente el bote de shampoo decía en letras rojas y brillantes: 12% GRATIS.
—Maldita publicidad —me quejé casi sin ganas y me dispuse a tomar un buen baño.
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Luna y trece
ParanormalCuando el amor, la superstición y la luna se mezclan no se sabe que viene después. Acompáñame en mi locura, en mi historia donde lo onírico y surreal yace en cada momento. 03/07/2020 #463 en Paranormal