La enfermedad

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Sergio traía planos a la sala de Andrés, claramente el gallego le había dado a su hermano un lugar lugar en la misma ala que le corresponde. A Andrés le corresponde dos lugares de esa ala, una donde comparte con Martín, habitaciones diferentes, muchas habitaciones; y Sergio en el otro lado de la misma ala con muchas habitaciones pero lejos de su hermano y del argentino. ¿Porque?

—Ave María Purísima —dice Andrés abriendo la pequeña ventana de la puerta al ver a su hermanito.

—Dejate de hostias.

El de gafas no suele usar palabras de esa magnitud y Andrés esta seguro que su hermano esta muy, pero muy encabronado. Lo deja pasar.

—Has de contestar "sin pecado concebido", estamos en un lugar sacro.

Sin embargo Sergio ignora a su hermano y camina a paso decidido a donde esta la pizarra, donde ya esta Martín desde seguramente temprano.

Sergio sabe que siempre esta Martín en esa habitación o sala, Andrés esta un par de horas nada más porque tiene que ver a su amada y Sergio se suma casi todas las tardes; pero se va a la hora de dormir. Antes que Andrés y Martín.

—De verdad, cómo te pones...—dice Fonollosa.

—Buenos días ¿me permites?—pregunta Sergio frente a una mesa donde estaba Martín con una pecera y dos muñequitos de buceadores.

—Por supuesto, Sergio, claro.—dice el argentino pero mira a Andrés buscando una respuesta y retira la pecera donde Sergio pone sus planos y estrategias.

—He estudiado a fondo los dos planes. Los he estado comparando y debo decir que—mira a Berlín— el plan de la fábrica de la moneda es muy difícil, pero es posible, es hasta caval.

Martín no puede evitar mirar a Sergio, la forma en que habla el de gafas le parece sexy.

—Pero el del banco de España, es un locura—Martín busca la mirada de Andrés que esta detrás de Sergio— Y sobre todo, es imposible.

—Parece—dice Andrés restando importancia, de manera hostil

Sergio le mira con frustración, Andrés no entiende.

—Lo es.

—Y que parezca imposible... es lo que lo hace tan bonito—responde Andrés con una sonrisa.

Andrés camina y se pone al lado del que es y siempre ha sido su mano derecha.

—Pero ¿como coño vais a entrar?—reclama Sergio

Esas pocas veces donde se le escucha a Sergio ser grosero le parece a Martín sexy, Sergio siempre ha sido un caballero como Berlín, pero más educado que el gallego.

— Hay un destacamento de la Guardia Civil, 20 hombres de seguridad privada. La escolta del gobernador, es un lugar estratégico. El ejército acudirá en minutos.

—Es imposible entrar si llegas disfrazado de ladrón— explica el argentino de ojos claros— Ahora Sergio, imaginate que sos el héroe que todo el mundo espera en una situación de caos.

Ambos amigos se miran y comparten sonrisas. Sergio se siente fuera de lugar.

—Y es tan fácil provocar el caos, hermanito, te lo digo... Nos van a recibir con los brazos abiertos.— puntua Berlin con seguridad.

Sergio niega, no esta convencido y entonces esta seguro de lo que ve. Martín secua todo el plan de su hermano, el argentino parece perderse cuando mira a Andrés y sobre todo cuando ese sonrie.

Solo un observadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora