Esto no es un Juego de Seducción. II

VII

Había pasado poco más de una hora recorriendo las calles buscando cualquier empleo, incluso estuvo a punto de entrar a un club para hombres sino fue porque le carcomía el coraje de recordar al imbecil de Michael, imaginar trabajar allí y encontrarselo, pidiéndole que le baile desnuda y no negarse. Eso sí que no.

Se detuvo cansado frente a una cafetería, de hecho era muy grande como para serlo pues era de dos pisos, pero anunciaba ser una cafetería.

-Buenas tardes, estoy buscando empleo, cree que pueda ayudarme. - explicó a la recepcionista frente a ella.

- ¡Claro que sí! De hecho estamos contratando meseros y un cocinero, ¿Te interesa? - dijo siempre sonriendo.

- Por supuesto, - suspiró aliviada.

- Ven conmigo.

Mileidy siguió a la chica hasta llegar a una oficina. La chica entró un momento y luego salió indicándole a Mileidy que podía entrar. Nerviosa, miró a su alrededor, habían algunos cuadros y frente a ella una mujer sentada en su escritorio que al verla pronto se levantó de su asiento.

- Buen día, mi nombre es Edna. - la saludó estrechando sus manos.

- Yo soy Mileidy. Un gusto - sonrió.

- El gusto es mío,Mileidy. Por favor siéntate. - le indicó y ella también acató su indicación. - Así que, quieres trabajar aquí.

- Claro que sí, señorita. Me interesa mucho el puesto de mesera.

- ¿Tienes alguna experiencia trabajando como mesera o algún otro puesto?

- La verdad no, es mi primera vez buscando empleo. Actualmente estoy estudiando la universidad y necesito trabajar.

La mujer la miró seria.
Mileidy no paraba de sudar y comenzaba a ponerse nerviosa a su intensa mirada.

- Tengo mucha seguridad. - continuó hablando - En mi universidad tengo un "puesto" - hizo comillas - para dar avisos o planear cualquier tipo de evento, las personas me consideran algún tipo de líder porque transpiro confianza.

Luego de ya no saber qué más decir para convencer a la mujer, ésta retiró sus pequeños anteojos y volvió a analizarla.

- Pues, confiaré en tu confianza y te daré una oportunidad - Mileidy sonrió aliviada. - ¿Puedes venir mañana a las siete en punto?

- Por supuesto, señorita.

- Entonces, nos vemos mañana, Mileidy - se levantó de su asiento y se despidió de la pelirroja con una basta sonrisa.

Luego de cerrar la puerta detrás suyo, Mileidy caminó feliz a la salida. Quería hacer una salida triunfal donde todos la miraban admirados y ella con la frente en alto sino fue porque recordó olvidar su maleta afuera de la oficina. Dió un brusco giro para volver pero chocó con algo haciendo que cayera.

Sostuvo su cabeza pues empezó a dolerle.

- ¿Por qué? - dijo aún sin ver qué había causado su caída.

-Es que tú te atravesaste, Mileidy.

La pelirroja reaccionó al oír su nombre y volteó a ver a la persona quién le daba una mano para ayudarla a levantarse.

- Sí, discúlpame. - lo miró.

- Vienes a tomar algo o...

- No, nada de eso, Iván. - interrumpió - Vine a buscar empleo. Aunque, no sabía que tú trabajabas aquí.

- Bueno, nunca supiste mucho de mi - espetó firme.

- Es cierto - bajó la mirada. - ¿Sabes? No quiero que pierdas tu tiempo, además ya me iba - se hizo a un lado y siguió caminando hasta que el chico volvió a hablar.

- Michael me dijo que tu madre te echó.

-Maldito. - susurró.
- Sí, - lo miró - Es por eso que buscaba empleo.

- Y tienes donde quedarte.

Mileidy hizo un gesto de confusión pues no entendió si se trataba de una pregunta o una afirmación, pues suponía que Michael le había contado todo, incluso que ella se fue de su casa.

- No. Pero no importa, ya tengo el empleo, así que lo resolveré pronto.

El chico sólo asintió levemente, así que Mileidy volvió a lo suyo. Esperaba que no le hayan robado su preciada maleta que tenía dentro su preciada ropa,y por suerte no fue así.
Feliz, caminó a la salida y una vez más fue interrumpida por alguien que la sostuvo del brazo.
Se giró y, otra vez, era su exnovio Iván.

- Sí quieres, puedes quedarte en mi departamento.