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La noche cayó y tanto John como Mileidy intentaban consiliar el sueño. Parecía atormentarles esa pequeña sensación de que el otro pensaba en él, de que el otro tampoco podía dormir, y había esperanzas de volverse a ver.

Eran, tal vez, las cuatro de la mañana cuando Mileidy se levantó de la cama y salió al patio. ¿Cómo era posible de que de la noche a la mañana su vida se haya arruinado? Tan sencillo como pudo resultarle joderse la vida porque el amor de su vida estaba encarcelado.
Aún resulta enfermo, que ella lo siga amando.

Mientras tanto, John seguía sin siquiera cerrar los ojos. Cuando estaba en la cárcel apenas dormía unas pocas horas, ahora no quiere hacerlo. Sus sueños lo aniquilan en las noches.
Pronto el deseo de tener a Mileidy junto a él se apodera de su cuerpo, y una corriente eléctrica hace que este se caliente; bajó sus pantalones y comenzó a masturbarse.

-Oh,John! No debiste abandonarme tanto tiempo - jadeaba Mileidy mientras el hombre la embestía.

Parte de su cabello rojizo cubría su rostro, sólo podía notar sus exquisitos labios rojos y como estos se entre-abrían para soltar gemidos que hacían a John estremecerse.
Su piel estaba tibia, sus manos apretaban la espalda de John intentando que este la embistiece más, más,más, y más.

-¡Te amo! ¡Te amo tanto,Dios mío!
Por favor házmelo toda la noche, extraño tenerte conmigo. Te extraño enfermamente,¡ah!

Se besaban tan salvaje, tan deseosos. Era como si Mileidy quisiese realmente comérselo, no despegaba sus labios de los de él en ningún momento.

- No pares de besarme por el resto de tu vida, John.

Pero fue ella quien rompió sus palabras cuando le rogaba a John bajara a su intimidad.

John, en un éxtasis que le tenía la piel hirviendo, lo dejó en la culmina de acabar cuando escuchó a Mileidy gritar de placer mientras él pasaba su lengua por su intimidad de una manera tan deliciosa.

Ya nada podía parar de excitarlo mientras Mileidy gritaba de esa manera tan celestial para él. Solo el hecho de volver a la realidad, de dejar de soñar despierto.

Esto no es un Juego de Seducción. IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora