XV

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Me dolia todo el cuerpo, tanto que no podia abrir mis ojos, cuando por fin los abrí había una luz blanca dandome directamente en el rostro y me sentia perdida.

-¿Dónde estoy? -dije mirando a todos lados.

Tenia puesta una bata blanca, recostada en una pequeña cama con banas del mismo color, cables conectados a mi cuerpo y una maquina que reflejaba los latidos de mi corazón.

-¿Señorita? -dijo una chica de pequeña estatura apareciendo por el humbral de la puerta de la habitación en la que me encontraba.

-¿Dónde estoy? -volví a repetir.

-¡Llamen al doctor!, la paciente recobro la conciencia.

¿Doctor?

¿Estaba en un hospital?

Un hombre alto con el cuero cabelludo canoso y con su bata blanca apareció por la puerta.

-¿Te acuerdas de tu nombre?

-Sí.

-¿Edad?

-Sí.

-¿Cuantos dedos ves? -dijo y movio 3 dedos frente a mi rostro.

-Tres.

-Bien, ahora sigue mi dedo -dijo y yo seguí su dedo.

>>Bien, ¿cómo te sientes?, ¿algún malestar? -pregunto el doctor.

-Me duele todo el cuerpo y un poco la cabeza.-dije y el doctor asintio con una sonrisa ladina.

-¿Sabés?, es usted muy suertuda señorita. Me atrevo a decir que es un milagro.

¿Milagro?

Infierno ~Saga Cortos 05~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora