Mío || [Tododeku]

Intimidad.

¿Cuándo fue que me enamoré de ti? Me preguntaste una vez.

Lo tengo claro, fue cuando nos encontrábamos en la escuela secundaria. Desde tanto tiempo atrás, comencé a profesarte esta devoción casi irreprochable.

En aquel entonces fui el alumno nuevo y no tuve con quién hablar ni trabajar, gracias a est creí que mi vida estudiantil sería bastante lúgubre... Sin embargo, te acercaste a mí, con tu radiante sonrisa, con tu alegría característica y me miraste, como nadie jamás lo hizo.

— ¿Todoroki-kun? —preguntaste con demasiada energía; algo que debo confesar me asustó— ¡Soy Midoriya Izuku! ¡Seamos amigos!

—Sí —respondí con mi habitual estoicismo.

Al principio pensé que sería grosero de mi parte negarme a la propuesta genuina que me brindabas y siendo honesto no pensé que una frase tan directa fuera seria. Es decir, ¿quién se aventuraba a ser amigo de una persona que no conocía para nada? Escuché de alguien que solías ser un completo "tonto" por ofrecer así tu amistad a los desconocidos... Y, aunque me impresionó demasiado, eso fue lo que me salvó: tu confianza ciega depositada en mí, desde el primer momento en que cruzamos palabras; aunque estuviera seguro de que sería momentáneo, deseé poder disfrutarlo lo mejor posible lo que me ofrecías... Pero con el paso de los días, de los momentos juntos y los recuerdos que comenzábamos a crear y compartir... Comprendí que ibas demasiado en serio, al grado de comenzar a preguntarme qué clase de amistad se estaba forjando entre nosotros.

Y esto se convertía en un peligro latente para mí.

¿Por qué de entre todas las personas en el mundo, tenías que ser tú quién me ofreciera su calor? ¿Porqué mi corazón se agitaba cada que te veía sonreír? ¿A qué se debía mi necesidad de protegerte, de cuidarte, de amarte, de tenerte?

Izuku, tu luz me cegó desde el primer momento en que nos conocimos, tu bondad ablandó mi nostálgico corazón y tu sonrisa radiante me conquistó.

Fue por esas y otras razones que deseé formar un vínculo especial contigo, una intimidad que no pudiera compararse con nadie más al grado de únicamente pensar en mí... y aunque mis intenciones en primer momento fueron otras; tú me diste mi espacio, me dejaste ser con libertad y jamás objetaste la manera tan posesiva con la que llegué a comportarme.

¿Cómo es que no querías que me enamorara de ti, Izuku?

A raíz de tu bondad y la calidez con la que me trataste, fue que comencé a desear ser más que tu amigo, anhelé convertirme en tu pilar, en tu confidente y compañero... Porque mis deseos aumentaban al querer retribuirte al menos en una parte de todo lo que me ofrecías, de todo lo que me dabas, sin esperar nada a cambio. Fue tanto mi deseo que llegó un momento en que todo el amor que tenía por ti, me era cada vez más imposible de ocultar.

Y creí, como en toda mi vida; que no merecía ser feliz.

Pero como siempre, terminaste superando mis expectativas.

—Estoy enamorado de ti, Todoroki-kun... —murmuraste cierta tarde, cerca de las vacaciones de invierno, en nuestro último año de secundaria— He tratado de reprimir estos sentimientos, pero creo que es algo que no puedo seguir negando... Yo entenderé...

—También yo —me apresuré a responder. Odiando por primera vez, mi inalterable manera de ser— Estoy enamorado de ti, desde hace mucho.

Tu rostro pasando por diversas facetas como la sorpresa, la alegría y la vergüenza son expresiones que no podré olvidar jamás en la vida y que llenaron de felicidad mi corazón.

Fue así que comenzamos a salir, y aunque algunas veces tocamos el tema de cuándo empezamos a gustarnos, debo confesar que no fui del todo sincero contigo; porque yo te amé desde ese día, cuando ingresé a la misma escuela que tú. Gracias a esta oportunidad que la vida me dio,comencé a tener más momentos íntimos contigo, formé a tu lado recuerdos que sólo nosotros podríamos recordar, utilizamos palabras claves o referencias que fueron parte de nuestro día a día...

Y nos permitían estar dentro de nuestra burbuja, como la pareja enamorada que somos.

¿Lo has notado, Izuku? Tus sueños y los míos, tus metas y las mías, las esperanzas que ambos tenemos, se han convertido en nuestros; desde hace seis que dejamos de ser tú y yo para ser un nosotros. Izuku... ¿Este sueño puede continuar un par de años más? He descubierto lo que es la felicidad a tu lado, entendí que mi hogar está en donde te encuentres tú, la paz que tanto busqué siempre reposó en tus cálidos brazos y el bálsamo para mis problemas reside en tus dulces labios.

Finalmente te encontré. Cariño, después de tanto tiempo; solamente quiero estar contigo por el resto de mi vida contigo, para poder hacer cualquier cosa a tu lado, disfrutar de tu presencia, trazar una línea con la forma de nuestro destino y caminar rumbo a ella tomados de la mano.

Mi amor es tuyo, Izuku; si estás dispuesto puedes tomarlo y guardarlo en tu pecho, ten por seguro que puedes darme tu corazón; pues amor, jamás romperé algo tan precioso.

Así que Izuku, continuemos juntos esta bella historia de amor.