ᴅᴇsᴀʜᴏɢᴏ

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Viernes 14 de Febrero, año 792

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Viernes 14 de Febrero, año 792

Hola de nuevo, diario:

El día de hoy ha sido uno de los más alegres para toda la gente del circo, justo hoy el show de los fenómenos no se presentó en ningún momento del día, eso me hizo reflexionar... ¿Kyabe y Kale estarán bien? Quiero decir, sé que ellos están quebrados mentalmente, sí; pero me gustaría saber si ellos tienen algún malestar físico. Kyabe probablemente no tenga algo taaan grave para el estado en el que se encuentra ahora, pero Kale... Ella ha comido carne de todo tipo durante años ¿Realmente nunca se ha enfermado? Esas preguntas rondan mi mente bastante seguido, sobretodo en la noche o en mis tiempos libres. Aunque bueno, no es cómo si yo pudiera hacer mucho realmente, todas las veces que lo intenté únicamente empeoré las cosas para ellos y ocasioné que los sometieran a torturas incluso más inhumanas... En fin, mejor hablemos de otra cosa.

La radio había anunciado que los militares harían un "Censo de popularidad" la próxima semana en cada rincón de la isla 6, una de las Doce Islas del Cuadrángulo Tenebris, las cuáles se encontraban bajo el dominio de la familia Tenshi. Obviamente sabía de lo que trataba el supuesto censo, no soy una estúpida. Desde niña mi hermano mayor, Rensou, me lo explicó con detalle, él solía decirme que debía fingir ser simpatizante del gobierno costara lo que costara si es que deseaba seguir con vida, yo en ésa época ya bastante lejana sí deseaba estar viva, a diferencia de ahora, que lo único que me mantiene en pie es el deseo de volver a ver a los chicos cómo antes; ya que si no fuera por eso me hubiera matado hacía tiempo.

Aún me duele procesar que la miseria de vida que los chicos y yo hemos tenido probablemente permanecerá así hasta que seamos simples sacos de carne putrefacta, tal y cómo le sucedió a muchos de los trabajadores del circo, siendo devorados por animales, por accidentes en un acto fallido o producto de un suicidio.

Vaya, sí que me deshaogué demás en esta página, tal vez debería dejar de escribir así que adiós.

⛥ᶜᵃᵘˡⁱᶠˡᵃ ʸ·

╚»★«╝

Luego de terminar su escritura Caulifla se recostó y comenzó a mirar hacia arriba, triste, vacía, con unas ganas inmensas de llorar ¿Por qué? ¿Por qué tenía que estar allí? Maldecía el día en el que se dejó secuestrar, aunque a la vez sentía un hormigueo en sus entrañas al recordar aquel día, porque ahí conoció a sus amigos; las dos razones por las que ella se levantó tantas veces luego de tocar fondo y a los que incluso ha llegado a querer acariciar y besar cómo si no hubiera un mañana.

Al principio le costó aceptarlo cómo suele pasarle a muchos, toda la gente de su alrededor decía que los que sintieran algo especial por alguien del mismo sexo eran enfermos y que estar con dos personas a la vez era algo bastante malo también, ¿Entonces el sentirse así por alguien del mismo sexo y del opuesto al mismo tiempo la volvía doblemente asquerosa? El pensamiento la hacía sentir un bicho raro, alguien que debía ser repudiada y una mala influencia. Aquel tormento fue tal que estuvo a nada de intentar terminar con su vida, algo tan simple en medio de todas las cosas horribles que le pasaron ocasionó que casi se quitara su propia vida. Por fortuna, sus queridos compañeros la salvaron de ése punto sin retorno.

Ahora, sólo deseaba dormirse de una vez, por lo que permaneció viendo hacia arriba hasta que por fin cayó dormida. La noche era tranquila, silenciosa; Botamo estaba ocupado ensayando para la visita de los militares, por lo que no se acostaría temprano esa noche, sin embargo, Caulifla sintió a alguien más, despertó y ahí estaba.

- ¡AHHH SANTO KAMISAMA!

Su voz de pronto fue interrumpida por un par de manos que cubrieron su boca, el joven frente suyo frunció el ceño.

- Shhhh.

Caulifla molesta por haber sido callada comenzó a reclamarle (A susurros para que nadie se diera cuenta)

- ¡Eres un grandísimo imbécil, si Frost se entera de que estás aquí quién sabe qué podrían hacerte! U-un momento ¿¡Cómo saliste de la jaula en primer lugar!?

El chico retrocedió un poco intimidado pero sin decir absolutamente nada, solía permanecer callado todo el tiempo desde que fue sometido a una laringectomía parcial y nadie debía darse cuenta de que aún podía hablar. Tomó una hoja de papel doblada y se la entregó a Caulifla, ella comenzó a leer con cierta curiosidad el contenido de ésta, haciendo una mueca de sorpresa.

- Kyabe, con todo respeto, eres un idiota de primera ¿Cómo piensas que éste plan va a funcionar siquiera? La última vez que intentamos hacer algo así él te quitó la voz ¿Qué te hace pensar que no te quitará los dedos de las manos o los pies la próxima vez? Por favor ¿Tú planeas hacer que nos odie incluso más de lo que ya de por sí nos odia?

El más delgado bajó la cabeza, triste, Caulifla entonces le tomó de la barbilla en un intento de que el chico le mirara directamente, pero él se resistía.

- Kyabe por favor mírame. Sé que detestas éste sitio con todas tus fuerzas pero no deberías volver a meterte en problemas cómo hace cuatro años.

Él entonces quitó bruscamente la mano de la contraria en señal de disgusto, más ella volvió a posarla e incluso le acarició brevemente, Kyabe terminó por calmarse y sonreír tranquilamente.

- Bien, así está mucho mejor.

Ambos permanecieron quietos conforme se miraban mutuamente, así se la pasaron un par de minutos cuándo de pronto, el chico le robó un beso a su compañera, ella soltó una risa.

- No tienes remedio jajaja... Ah ojalá Kale estuviera aquí.

Ambos chicos entonces bajaron la mirada, Kale era la menos cuerda de los tres, ni siquiera Kyabe se atrevía a acercársele por miedo a que ella le arrancara uno o más dedos, era lamentable el que la morena tuviera que sufrir tanto.

- B-bueno, supongo que debes irte ¿No?

Kyabe asintió con desánimo.

- Está bien. ¡Ah! Y antes de que te vayas, tendrás que contenerte un poco cuándo vengan los militares, no quiero perderlos y tampoco que ustedes me pierdan a mí ¿Ok?

El chico asintió frenéticamente.

- Buenas noches.

- Buenas noches

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ƒєиόмєиοѕ ∂є ϲιяϲοDonde viven las historias. Descúbrelo ahora