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Nunca me había dado cuenta de lo inquietante que era el notar como todos hablan de tí y de la forma en la que has estado actuando, llevaba más de dos semanas haciendo el plan que Horacio me había ofrecido así que era de esperarse, digo, de repente...

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Nunca me había dado cuenta de lo inquietante que era el notar como todos hablan de tí y de la forma en la que has estado actuando, llevaba más de dos semanas haciendo el plan que Horacio me había ofrecido así que era de esperarse, digo, de repente la persona que más se caracterizaba por su mirada fría y charlas distantes, ahora estaba como si nada sonriendo, hablando y ayudándole a todo el mundo sin siquiera protestar.

Las risas de Horacio retumbaban por la habitación —Pero tío, de verdad que lo has intimidado por completo.

Llevábamos ya unos minutos en el despacho del viejo, estábamos sentados dónde ya era costumbre, tras escuchar las palabras de mi amigo torcí los ojos mientras respondía: —No es mi culpa que sea tan inocente.

Horacio detuvo un poco su diversión y me miró fijamente —Haber inocente no creo que sea, pero lo acorralaste con ambas manos al costado sobre la pared, pobre Diego tío.

Cruce ambas manos desviando la mirada no pensaba escuchar más sobre ello, estaba frustrado, las miradas de esa persona habían aumentado con el paso del tiempo, ya no solo sentía el incesante cosquilleo, si no en cambio ahora sentía como si una horda entera de insectos caminara por todo mi cuerpo ¿Sabes lo que quiero decir, no?

—¡Muy bien nenazas! —se escucho como detrás nuestra se abrían las puertas de par en par dejando ver a un frustrado Conway junto a Volkov.

—¿Por qué nos mando a llamar? —pregunto con confusión Horacio.

—¿Qué por qué los mandé a llamar? —en ese instante su risa se hizo presente —...Bien, pues pregúntenle a la puta malla haber si les responden.

Entonces fue cuando comprendí, era un hecho que tarde o temprano nos iba ha echar la bronca, a lo mejor después del todo si me había pasado con Diego y él mismo había venido a quejarse con el abuelo sobre mis actitudes de estos últimos días.

—¡¿Qué se creen que es esto, un puto colegio?! —gritaba azotando las manos sobre el escritorio.

Dirigí mi mirada hacía Volkov, esté permanecía en silencio con las manos cruzadas, pasaron unos segundos cuándo decidí mirar a Conway atentamente, se le notaba distinto, parecía agitado y más enojado de lo habitual —No hable en plural —solté sin pensarlo interrumpiéndole por completo.

—¿¡Qué coño dices!?

—Que el único que ha estado haciendo las guarradas en la malla he sido yo —le dije con una mirada desafiante —Dan no tiene nada que ver aquí.

Sentí la mirada preocupada por parte de Horacio, sé que en el fondo se sentía culpable ya que a él se le había ocurrido todo eso desde un principio, pero no podía echarle al mismo saco al final de cuentas yo era quién había aceptado tal absurdez y el único que estaba aplicando dicho plan desde un comienzo era yo.

—¡Volkov! —el gritó del viejo retumbó por su despacho.

—Si, superintendente.

—Saca a Dan de aquí, qué tengo que arreglar unos asuntos con este gilipollas.

En ese momento sentí una extraña punzada por todo el cuerpo y fue ahí cuando comprendí qué lo que había hecho fue una completa estupidez, pude escuchar cómo Volkov le decía a Dan que lo siguiese y estos salían del lugar.
En cuanto las puertas se cerraron, un ambiente incómodo se tornó por todo el lugar.

—Bien Gustabin —Conway dejó su lugar detrás del escritorio para acercarse a mí —ahora me dirás ¿Qué coño está pasando?

—¿Cómo que qué está pasando? —le dije sin perder la postura.

—Sí coño ¿¡Por qué cojones estás ligándote a toda la puta maya capullo!?

—¿Y por qué no? —Solté cruzando los brazos —en ningún lado dice que no pueda hacerlo —En ese preciso instante decidí levantarme de la silla para poder acercarme a él.

Vi como es que comenzaba a sacar la porra —¡Más vale que te apartes gilipollas!

Decidí no prestarle ni la más mínima atención a sus palabras, era divertido ver cómo se alejaba con cada paso que daba. Pero, en ese instante, todo en mí se paralizó, y no, con esto no me refiero a que haya usado el taser conmigo si no ha algo completamente distinto.
El viejo se adelantó a mí y con un rápido movimiento logró acorralarme sobre la pared mientras apoyaba una de sus manos en está, sentí como enseguida me tomó de la barbilla para así acercarse más a mi rostro.

—No juegues conmigo Gustabin o conocerás las consecuencias.

Si mirada y voz tan penetrante hizo que mi corazón se paralizara, podía sentir su completa respiración en mi mentón, el ambiente se había tornado en algo inesperado para ambos . . .

𝙹𝚞𝚜𝚝 𝚂𝚊𝚢 𝙸𝚝 ∥ J͟A͟C͟K͟S͟T͟A͟B͟O͟ +18 || ᵍᵗᵃ ᵛ ʳᵒˡᵉᵖˡᵃʸDonde viven las historias. Descúbrelo ahora