Senpai -toshinori x izuku

23: El Pasado Regresa

[Izuku]

Mi infancia no fue la mejor, pero creo que tampoco la peor.

Tenía una madre que era muy cariñosa y un padre igual de amoroso, lo que hacía que nuestra familia estuviera llena de apoyo y cariño.

Pero eso fue al inicio.

Tenía dos hermanos mayores, Jack un chico serio pero que le encantaba la tecnología, poseía una gran inteligencia por la cual era alabado en su escuela.

Mi segundo hermano, Yamikumo, un chico muy apático, siempre cubriendo uno de sus ojos con su flequillo, él era muy callado y reservado. Pero era muy bueno en el análisis, ya que su carácter tranquilo lo ayudaba en esos casos.

Los tres éramos muy unidos, siempre apoyándonos y motivándonos.

Y más cuando aquello sucedía.

El tener un kosei mental te puede dar muchas oportunidades, pero también muchas desgracias.

Y eso fue lo que le paso a mi madre.

Ella era muy cariñosa cuando estaba en sus cinco sentidos, pero a veces se salía de control.

La telequinesis es un poder que debe ser trabajado por varios años, debes de fortalecer tanto tu cuerpo como tu mente.

Y mi madre no lo hizo, lo que la llevo a tener momentos de descontrol.

Donde ella se pierde a sí misma y empezaba a atacar a todos a su alrededor.

Sin importar que sea su propia familia.

Mi padre la amaba muchísimo, por lo que busco alguna forma de controlarla, así obteniendo una inyección con una sustancia algo peligrosa. Pero que era muy eficaz

Lamentablemente acercase a mi madre en esos ataques era muy difícil, por lo que siempre estaba lleno de golpes y fracturas.

Así viví gran parte de mi vida, ocultándome y protegiéndome de mi madre en esos ataques de poder.

Escuchando los gritos de dolor de mi padre por tratar de retenerla, siempre siendo abrazado por mis hermanos para que esto no me dañara.

Por qué lo sabíamos, los tres tendríamos el Kosei de mamá, y con ello escribimos nuestro mayor error, ocultar la verdad de ella.

El día llegó, jack manifestó el Kosei de nuestra madre, un poco tarde pero lo logró.

Mi padre al ver esto lo llevó a diversos lugares donde le ayudarían a entrenar, para que él no le pasara lo mismo que a mi madre.

Después pasó lo mismo con yami y papá tomó la misma decisión.

Así solo faltando yo, el último hermano y la última esperanzan de mi padre, de que fuera el único que no manifestara ese odioso poder.

Los años pasaban y mi poder no se manifestaba, aunque no había momento en que lo comprobáramos ya que siempre nos cambiábamos de casa por los destrozos que hacía mamá.

Llegó el momento en que nuestra madre se tranquilizó y eso nos dio paz pues pensamos ilusamente que habíamos conseguido alguna cura.

Pero no fue así.

Lo recuerdo perfectamente, era un día viernes y todos nos encontramos en nuestra nueva casa viendo algunas películas.

Era un momento muy familiar, pero el cual se vio interrumpido por el insistente golpeteo en la puerta.

Era nuestra vecina, una mujer joven que se la vivía molestando a todo el mundo

Ese día llegó a quejarse de que nosotros habíamos dejado unas hojas secas de nuestro árbol en su patio.