Capitulo 204

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—¿Estás listo? —cuestiono con preocupación mientras observo a Markus, quien veía con detalle la casa en la que solía trabajar como asistente de un viejo pintor. Sus ojos a través de la blanca nieve que caía alrededor reflejaban miedo y ansiedad, pero también irradiaban una pizca de esperanza cada vez que veía la entrada a lo que fue su hogar.

Después del incidente de Jericho, todos los sobrevivientes se instalaron en una vieja iglesia abandonada y apartada de la humanidad, dónde podían estar a salvó por al menos unas cuantas horas. Aún así, aún después de convertirse en líder, Markus seguía guardando inseguridades en su programación divergente. Sentía que no estaba haciendo las cosas bien y aunque yo estuviera a su lado para alentarlo, a mí también me hacían falta motivos para continuar nuestro camino. Aún habían cosas que les estaba ocultando a todos y me daba miedo revelarlas...Ambos sentíamos que aún no éramos nosotros mismos y pensábamos que nuestras decisiones no estaban completas del todo. Nadie podía ayudarnos, ni siquiera nosotros mismos podíamos aconsejarnos.

El único que podía guiarnos era él: Carl Manfred...O eso es lo que esperamos.

A mi pregunta anterior, Markus solo se limitó a dirigirme la mirada y con una sonrisa sincera y amable, tomó mi mano y la entrelazó con la suya. Sentimos nuestra pequeña y distintiva descarga eléctrica recorrer nuestras manos y después, nos posamos frente a la puerta de entrada. Segundos más tarde y para nuestra sorpresa, ésta se abrió paso a nosotros.

Alarma desactivada. Bienvenido a casa, Markus. Bienvenida a Casa, (TN)_____ Kamski

Ambos nos dedicamos una sonrisita aliviada tras escuchar la bienvenida. Aún teníamos permitido entrar a su hogar. Nos adentramos a él y soltamos nuestro agarre para explorar un poco la evolución de nuestra ausencia en su vida cotidiana.

—Tienes un mensaje —murmuré al leer el artefacto que tenía Carl para revisar sus notas, llamadas u mensajes cómo el que le había llegado y no había sido leído aún. Mi curiosidad fue tanta que abrí el susodicho y un vídeo con el rostro de Leo apareció—...¿Leo? —Markus se acercó cuando oyó el nombre salir de mis labios.

Hola papá...Mañana saldré del hospital —anunció Leo con voz nerviosa y avergonzada—...Me contaron que te quedaste conmigo mientras dormía —soltó una carcajada, pero no asumía gracia, sonaba más a una carcajada que soltaba alguien cuando no sabía que decir y se sentía incómodo al respecto—...Hum...Yo, de verdad... Lamento...todo lo que pasósu voz comenzó a sonar decidida—...Voy a dejar toda esa mierda...Me pone mal, me convierte en alguien que odio...Justo cómo (TN)_____ lo dijo...Ojalá le hubiera hecho caso desde un principio...Lo lamento, papá —guardó unos minutos de silencio para relajarse ya que parecía que en cualquier momento soltaría en llanto. Suspiró y sonrió con alegría y timidez—...Oye, me gustaría pasar a saludarte mañana...Si te parece bien...Yo —volvió a suspirar, buscando valor—...Yo, sólo quería que supieras...que me enorgullece ser tu hijo...

Sonreí con estimación cuando el vídeo llegó a su fin. A veces Leo Manfred podía sacarme de mis casillas y podía odiarlo hasta querer matarlo, pero...también podía comprender que no todo era su culpa y que lo que en verdad necesitaba era algo de ayuda. Ahora me doy cuenta que hizo falta un buen golpe de parte de Markus para hacerle entrar en razón y en parte me alegra que eso haya pasado. Cuando vea al chico le pediré disculpas por todo lo que hice en su contra y le daré un fuerte abrazo.

Detroit : Become Human •"Schrödinger II"• (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora