Detroit : Become Human •"Schrödinger II"• (PAUSADA)

Capitulo 206

.
.
.

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

Miro con preocupación a Markus, quien veía con detalle la tumba de un viejo pintor al que solía servir como asistente y compañero. Sus ojos a través de la blanca nieve que caía alrededor reflejaban miedo y ansiedad, pero también irradiaban una  pizca de esperanza y melancolía cada vez que leía su nombre grabado en aquella lapida.

Después del incidente de Jericho, todos los sobrevivientes se instalaron en una vieja iglesia abandonada y apartada de la humanidad, dónde podían estar a salvó por al menos unas cuantas horas. Aún así, aún después de convertirse en líder, Markus seguía guardando inseguridades en su programación divergente. Sentía que no estaba haciendo las cosas bien y aunque yo estuviera a su lado para alentarlo, a mí también me hacían falta motivos para continuar nuestro camino. Aún habían cosas que les estaba ocultando a todos y me daba miedo revelarlas...Ambos sentíamos que aún no éramos nosotros mismos y pensábamos que nuestras decisiones no estaban completas del todo. Nadie podía ayudarnos, ni siquiera nosotros mismos podíamos aconsejarnos.

El único que podía guiarnos ahora era él: Carl Manfred...O eso es lo que esperábamos, ya que no podríamos volver a escuchar sus palabras nunca más...

Respiró hondo. Markus sólo se limitó a dirigirme la mirada y con una sonrisa sincera y amable, tomó mi mano y la entrelazó con la suya. Sentimos nuestra pequeña y distintiva descarga eléctrica recorrer nuestras manos y después, con miedo y tristeza, habló.

—Te extraño, Carl...No sabes cuanto te extraño —su voz se empezó a cortar, aguantando no llorar en ese momento—...Daría lo que fuera por que pudiéramos volver atrás en el tiempo...Tenía un hogar sólido, una acompañante amorosa —dice esto mientras me dedica una mirada fugaz, acompañado de una sonrisa—, un padre amoroso —su rostro vuelve a mostrarse decaído—...Eramos felices...Yo era feliz...y ni siquiera lo sabía —suspira y yo solo me dedico a estar a su lado, escuchándolo a profundidad—...Sólo quería que mi gente fuera libre...en lugar de eso solo armé un desastre. Solamente busco respuestas, pero todo a mi alrededor se sigue desmoronando —guardó silencio un momento—. No quiero que corra sangre, ni roja ni azul...Pero tampoco puedo dejar que nos masacren...Tengo que tomar una decisión que afectará a millones de vidas...y no sé que hacer —paso mi mano libre sobre su espalda, dando pequeños masajes circulares en ella y logrando que Markus se sienta un poco mas tranquilo. Éste me sonríe y hace el mismo gesto conmigo, indicándome que ya había terminado de hablar con Carl.

Es ahí cuando saco de mi bolsillo una flor artificial y la dejo en la tumba de mi viejo amigo con gentileza, pasando mis dedos por cada detalle de la piedra que contenía su nombre y queriendo fundirla con el regalo que le había llevado para que se quedara con él para siempre— Puede que esta flor sea artificial, pero el sentimiento con el que te la entrego es real...Y yo soy esa flor, Carl...Espero puedas perdonarme por no habértelo dicho... —el moreno a mi lado hace que recueste mi cabeza en su hombro y el coloca su mejilla en mi cabello, descansando su rostro en mí y dejando que yo descanse en él. Ambos nos grabamos en la mente aquel encuentro y permanecemos juntos, disfrutando de nuestros últimos momentos con Carl antes de irnos a un desastre mayor.

Poco a poco, nos separamos y vamos alejándonos de ahí, caminando a la salida del panteón; pero nuestros pasos se detienen cuando alzamos la vista y nos encontramos con el hijo de Manfred, quien había visto y escuchado todo lo que le confesamos a Carl.

Markus toma mi mano y hace que sigamos con nuestro rumbo.

—(TN)_____...

Sin embargo, Leo pronuncia mi nombre y volteo a verlo. Su mirada me indicaba que quería hablar conmigo, pero la presencia de Markus le intimidaba de cierto modo. Observo a mi novio y le digo que se adelante, que lo alcanzaré enseguida. Él, aun con duda, asiente con la cabeza, besa mi frente y antes de irse, le dedica una última mirada a Leo, mostrándose totalmente serio.