Capítulo 3

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11 años antes...

Ya han pasado dos meses desde que supe que Abner era el que vivía en esa casa, y desde que supe que su mamá era amiga de la mía.

Todos los días por la tarde ella va a esa casa, creo que ayuda a Sara con el almuerzo, también me ha comentado que quieren poner una venta de almuerzos en su casa, ya que los hermanos mayores de Abner pueden ir a entregarlos en una moto que tienen.

No eh querido volver a ir, ya que veo a Abner en la escuela por la mañana y es raro verlo también por la tarde.

Pasamos los recreos junto a Fátima y Hernán, es un niño bastante divertido y travieso, le gusta molestarme y a mi me gusta que me moleste.

Y después de inventar muchas excusas, mi mamá me está obligando a ir a esa casa, ya que Sara nos invitó a un almuerzo para celebrar el cumpleaños de Abner, creo.

Hoy cumple 8 años, y tres días después, yo cumplo 8 años.

Sip, justamente 3 días antes que yo.

Mi mamá insistía en que me pusiera un vestido, los cuales odio con mi alma, pero mi hermano me salvó, el es dos años mayor que yo y casi siempre dejo que elija mi ropa, ya que me gusta el estilo que tiene, así que un pantalón azul, una blusa rosa y mis tenis rosados, sería mi vestuario del día.

Mi madre se vistió con un pantalón negro, una blusa roja y sus zapatillas negras, se ve linda.

Cruzamos la calle y nos dirigimos a la casa que eh estado evitando los últimos dos meses, mientras mi mamá toca la puerta y esperamos a que nos abran, observó la calle, casi siempre está vacía.

Y cuando volteó a ver quién nos abrió la puerta, lo veo, ahí está el, sonriendo como siempre, con un pantalón azul, sus tenis y una camisa roja con el dibujo de un auto, tan lindo cómo siempre.

- Hola, pasen - dijo el, entramos a la casa, creí que habrían más personas, como familiares o algunos amigos de el, pero no, solo eran sus padres, sus hermanos y nosotras.

Nos sentamos en la mesa mientras mi madre hablaba con sus padres, nosotros hablamos sobre la escuela y el me comentaba sobre las travesuras que quería hacerle a sus hermanos.

Cuando sirvieron el almuerzo hice una mueca, era caldo, desde siempre eh odiado todo tipo de caldos y verduras.

- ¿Tampoco te gusta el caldo? - escuché que pregunto Sara, y yo me quedé en blanco, no creí que fuera a notar mi cara de asco y no sabía que responder, entonces caí en cuenta que dijo "tampoco".

- ¿Tampoco? - pregunté

- A Abner tampoco le gusta - respondió y note que él tenía una cara parecida a la mía. Me pregunto porque habrá echo eso, si sabe que a su hijo no le gusta, no entiendo a los adultos, pero ella respondió a mi pregunta no formulada - Deben comerse las verduras y tomarse el caldo, porque es bueno para su salud, y sino se lo comen no les daré pastel - y entonces comencé a comer aunque haciendo caras y Abner también.

- Son iguales - dijo el papá de Abner

Y sonreí.

TRAGEDIAS DE MI VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora