01

5.5K 160 10
                                    

3 de la mañana.

El teléfono sonaba a todo volumen. Había olvidado que debía ponerlo en vibrador para que este tipo de cosas no pasaran.

Miré la pantalla y una foto de Jean estaba ahí, junto con su nombre y su numero de teléfono.
Ignoré por completo esa llamada, pero cuando volvió a sonar, no tuve más que hacer que contestar.

¿Qué demonios te pasa?. Jean Carlo. ¿No puedes solamente dejarme dormir?.

Te necesito. ¿Puedes bajar?.

—Ah, sí claro, es que como es hora para ir a rescatarte.–Mencioné un tanto molesta escuchando como soltaba aire.

Solamente te pido 5 minutos para que me escuches.

Vete al carajo.

Por favor, mierda... Baja..–Gritó haciéndome escucharlo en la parte de afuera.

Callate.

Terminé la llamada y me puse de pie para ir por él. Jean hace poco ha comenzado a hablarme, pero tiene un carácter tan malo que a veces suele dar miedo, no solo a mi, también a otros chicos de nuestra colonia. Donde sea que se para, hace que la gente se sienta intimidado por su mirada. He intentado que deje de hacer eso, pero no puedo. Jean es... Difícil de educar.

¿Cómo terminé siendo su amiga?... Comencemos.

Tiempo atrás...

Me dirigía a mi auto el cual estaba en un estacionamiento fuera de mi preparatoria.

Normalmente salía a las 12:30 de la tarde, pero esta vez me tocó quedarme Un poco más porque como era mi ultimo grado tenía que liberar mi servicio y justo ese día lo hacía.

Había pedido permiso a mis padres y ellos se ofrecieron a ir por mi, o mandar a Fredy, pero no quise. Tenía mi auto y no lo dejaría ahí solo con tanta delincuencia.

Llegué y me quedé unos segundos pensando, no recuerdo qué porque ya tiene tiempo, pero cuando intenté entrar a mi vehículo, alguien me apuntó con un arma blanca y yo me quedé en shock. Lo único que hice fue levantar las manos y mirar al tipo a la cara. Error.

—Deja de verme y dame las llaves del auto.

—Oye.–Ese era Jean.–Dejala en paz.

—¿Tú quien eres para decirme qué hacer?.

—Pues no soy nadie. Pero date cuenta que es una chica y te Aprovechas de eso.–él ya estaba parado a mi lado viendo al asaltante.

—Ah... Jeansito. Que gusto verte. ¿Por qué no mejor te largas por donde vinste y me dejas hacer mi trabajo?.

—¿Y si mejor te vas tú?.

Yo no sé porqué yo seguía ahí parada. Estaba en un cierto shock, nunca antes me había pasado eso y jamás pensé que podría ocurrir.

A este punto ya mucha gente había visto el arma, Jean, mi rostro de desesperación y muchas cosas más a mi alrededor. Solo deseaba que esto se acabara pronto pero al parecer no sería así.

—Baja el arma y pelea conmigo como hombre.

—Jean. No vengas a hacerte el valiente. Van a matarte.

—¿Lo harán?. No me interesa.-Sacó su labio inferior mientras elevaba sus hombros en señal de no importarle.

Fue cuestión de segundos cuando ellos ya estaban uno encima del otro peleando. Tenía miedo, de verdad lo tenía, pero no podría dejarlo ahí y que lo mataran.

Educando a JeanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora