Ashton.

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El conocido, estruendoso y molesto sonido de la alarma del despertador a un costado de nuestra cama me hizo estremecer, nuevamente convirtiéndose en mí peor enemigo desde la última vez que lo escuchaba cada mañana antes de partir a la preparatoria. Eran mis intentos de poder llegar temprano al salón de clases y sobre todo alcanzar a desayunar sin que Charlie, mi mellizo mayor por 5 segundos, me robase el desayuno que siempre mamá nos tendría justo antes de que papá despertara.

Mamá fundida siempre en su delantal de flores favorito, fundida siempre en actividades domésticas, fundida siempre en moretones de maltrato, fundida en amor falso y dañino.

Éramos una familia dañada.

Sí tan sólo hubiésemos tenido la osadía de enfrentarlo a él.

Enfrentar a nuestro papá.

Enfrentar a nuestra sangre.

A tientas logré encontrar el botón del despertador y proporcionarle un golpecito para detener el sonido que me remontaba a aquellos dolorosos, extraños y horribles años de sufrimiento en mí familia.

Deseando no recordar nada acerca de ello, deseando no tener los constantes ataques de ansiedad y pánico, deseando no volver a aterrar al hombre yaciendo a mí lado que me había salvado. Realmente quería sólo aterrizar en mí vida presente con él, aterrizar en nuestra vida presente.

Un usual y fuerte brazo reposaba sobre mí cintura, abrazándome, dejándome pocas posibilidades de moverme o posiblemente posicionarme de una mejor manera. No quería despertarlo debido a que yo sabía que Ashton estaba teniendo problemas para dormir por su constante y arduo trabajo en el nuevo lanzamiento del álbum CALM que recientemente anunciaba la nueva gira de su exitosa banda, de 5 Seconds Of Summer y yo estaba técnicamente feliz de que fuese así.

No lo culpaba, Ashton daba todo de sí mismo, al igual que el resto de sus mejores amigos, en cada presentación de la gira y lo notaba desde la emoción que resurgía en él durante cada entrevista que veía en YouTube, Twitter o simplemente en los mensajes que me enviaba en cada momento libre de su vida, Ashton francamente ocupado procurando nuestra comunicación.

Ashton me importaba.

Ashton me importaba más que nadie ni nada en este mundo.

Volví a mí guerra contra su fuerte, contorneado y musculoso brazo. Un ligero movimiento mío a su costado provocó que Ashton se moviera, suspirando y provocando un gemido quejumbroso en respuesta a mis intentos matutinos de encontrar una mejor posición para mis piernas. Ya sentía mí cuerpo adormecerse y estaba siendo dolorosamente divertido y extraño. El fuerte aferramiento que Ashton tenía en mí, me hizo sonreír instantáneamente, logrando ver que se estaba convirtiendo en una costumbre suya cada mañana en que teníamos la oportunidad de estar juntos.

En que podíamos ser un noviazgo normal, cotidiano y fuera de paparazzis.

Estos eran el tipo de mis días favoritos con Ashton.

Despertando a su lado, luchando contra los enemigos que nos impedían estar juntos y sobre todo recordando que la alarma anunciaba de alguna forma su partida, su adiós y su despedida. No me bastaron siquiera dos segundos para perderme en las facciones de su rostro y de la forma en que dormía abrazado a mí cuerpo casi como buscando refugio propio, sentí el incrementado latir nostálgico de mí corazón de solamente saber que hoy partía por segunda vez desde nuestro último encuentro.

Las hebras de su cabello semi-largo, café mieloso y ondulado, caían sobre su frente, esparciéndose y ocultándole su rostro ante mí vista. Amaba la nueva manera e imagen que le sentaba a Ashton, inaugurando una nueva obsesión para toda la 5SOS fam, aquella familia de fanáticas enamoradas de cada uno de ellos.

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⏰ Última actualización: Jul 20, 2021 ⏰

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