•De Claveles a Camelias... II•

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⚠️ ADVERTENCIA: mención indirecta de suicidio.


Shen Yuan abrió los ojos, las lágrimas corrían por su rostro.
 
Corriendo hacia donde guardaba ese diario, tropezó y se arrastró hasta que lo sostuvo en sus manos. Al abrir el diario, miró la primera página.
 
Shizun, por favor vuelve.
 
Esas palabras que había descartado como una pieza de literatura curiosa retuvieron su corazón. Inconscientemente había mirado los recuerdos de Binghe. Como un extraño, se había atrevido a inmiscuirse en el corazón de alguien.
 
Al mirar esas mismas palabras ahora, no sintió nada de esa curiosidad. Todo lo que sintió fue dolor.
 
Y en la última página, escrita con los mismos trazos meticulosos, temerosos de cualquier error, Luo Binghe había vertido lo último que quedaba de su amor.
 
Shizun, estoy muy cansado. Lo siento, no puedo cumplir mi promesa.
 
Shen Yuan, Shen Qingqiu recuperó sus recuerdos completos esa noche.
 
Las promesas hechas y las promesas rotas.
 
Su dolor desesperado lo llevó a buscar a su Binghe. Había esperado tanto tiempo por él, y su egoísta Shizun se había negado a volver con él. Siglos, Binghe se había mantenido fiel a su promesa durante siglos. Esperando a un hombre que nunca vendría. Hasta que se cansó de estar solo y se fue también.
 
Shen Yuan intentó todo para buscar a alguien llamado Luo Binghe. Utilizando la influencia de su familia, había revisado todas las bases de datos que podía revisar. Sin embargo, el nombre de esa persona nunca apareció. Luo Binghe realmente se había cansado de esperar.
 
Hasta que un día, vagando a casa después de uno de sus episodios de locura y desesperación, Shen Yuan vio una cara que había anhelado durante mucho tiempo, mucho antes de que sus recuerdos le fueran devueltos. Al otro lado de la calle, saludando a una pareja de ancianos, estaba su Binghe, con la misma sonrisa que tanto había echado de menos.
 
Al estacionar su auto en la parte delantera, sus pies lo llevaron al lugar donde Binghe había desaparecido.
 
De pie junto al mostrador, escuchó esa suave voz que lo llamaba. Dulce como la miel, pero a Shen Yuan le dolió escucharla.
 
Cuando Luo Binghe entró en su visión, lejos desde una barrera de flores, las flores se negaron a dejarlo fuera de su vista. Temiendo que su cruel Shizun dejara atrás de nuevo a su dueño.
 
Lo primero que salió de su boca cuando vio a su amante fue una simple palabra.
 
Claveles.
 
Todas las emociones que no podía expresar con palabras, esperaba que las flores en su nombre se las susurraran en secreto a Luo Binghe. Los claveles, esas flores hablaban de recuerdos, de anhelos y añoranza, de un amor tan puro e inocente. Una flor que hablaba de un corazón que ansiaba a otro con tanta devoción.
 
Cuando se fue ese día, se sintió libre. Luo Binghe estaba feliz. Eso fue suficiente para él. Incluso si no lo recordaba en absoluto, estaba contento con el simple hecho de que Luo Binghe ya no era perseguido por su destino anterior. Feliz y alegre, eso es todo lo que Shen Yuan había deseado para él.
 
Los días que siguieron había planeado mantener su distancia. Binghe estaba feliz, la presencia de Shen Yuan solo traería desgracia para su ex esposo.
 
Cuando ya no pudo mantenerse alejado de su amante, incluso si eso significaba arriesgar la paz duramente ganada de Binghe, arrastrando del olvido recuerdos causados por él, regresó. Esta vez pidió Dientes de león y NoMeOlvides. De amor fiel, queriendo desearle a su amor una vida de felicidad. De querer que su verdadero amor lo recordara al mismo tiempo de que no.
 
La tercera vez que regresó, recordó sus tres reverencias ante el cielo y la tierra, sus padres y ellos mismos. Y así, pidió Hiedra y Flores de Azahar. De fidelidad, afecto y amor matrimonial, inocente y eterno. De pedir una eternidad de felicidad en su matrimonio.
 
La semana siguiente había estado ocupado con asuntos familiares, uno que no podía ignorar. Entonces, cuando regresó sintiéndose culpable, Binghe se lo sacudió de encima. No debería haber tenido un significado más profundo, pero esa distancia marcada trajo a colación sus crímenes, su larga ausencia de la vida de Binghe. De hacerle esperar hasta que no pudiera esperar más.
 
Pidiendo peonías blancas, hablaba de su vergüenza, vergüenza de no poder regresar hace tantos años. Sin embargo, también de timidez, como los nuevos amantes que se reúnen en secreto, los primeros encuentros y la valentía de querer un nuevo comienzo.
 
Cada vez más y más cerca con cada día que pasaba, dio un salto de fe y pidió tulipanes. Luo Binghe sería el amante perfecto, ya había experimentado su amor, así que lo sabía. Los pétalos amarillos contaban sobre la luz del sol en su sonrisa, sus ojos que guardaban todos los secretos del universo. Los pétalos rojos hablaban de la determinación de Shen Yuan. La audaz declaración de su amor. Una vez más, pidiéndole a Binghe que le crea, que confíe en él. Esta vez cumpliría su promesa.
 
Cuando finalmente le pidió a Luo Binghe una cita, pidió una variedad de violetas. Solicitando a Luo Binghe que le dé una oportunidad más, que se arriesgue con su amor. Prometiendo ser fiel siempre a su amor.
 
Comenzando su amor de nuevo, Shen Yuan no pudo evitar añorar todo el ser de Binghe. Sentía que aún faltaba una parte de él. Incapaz de contarle a su amante el secreto y abrir viejas heridas, pidió por Camelias. Te amo, eres el único que está en mi corazón y aún te anhelo. Una parte de ti, esta mejor sin otra parte de ti. Una parte de ti que ha pasado por tanto dolor.~

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