Nueve

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Sabía que no podría encontrarlo sola. Apenas conocía el castillo. Así que aunque no me agradaba la idea tuve que optar por pedirle ayuda a Edward.

Lo tomé por el brazo, lo acerqué a mi y lo llevé lo suficientemente lejos como para que no escucharan nuestros padres.

—Edward, necesito tu ayuda... —Le expliqué lo que pasaba.

—Tranquila Bella, voy a ayudarte —Dijo.
Lo cual me sorprendió.

Se me hizo extraño que no se burlara o pidiera algo a cambio. Pero supuse que buscaba reivindicarse.

Empezó la búsqueda.
Empezamos por los espacios del salón, y la planta baja, incluso hasta salimos al jardín.

Aún no había señal de Nath. Temía que algo le hubiera pasado. Se encontraba en un lugar que no conocía y solía meterse en problemas fácilmente. No sabía que pensar.

Decidimos dejar las habitaciones para el final, ya que se supone que los invitados debían estar abajo.

Al ver que Nath no se encontraba por ninguna parte, decidimos subir hacía las habitaciones. Con Edward empezamos a revisar habitación por habitación. Cómo podrán imaginarse, no eran pocas. Hasta que dimos a parar con una que tenía la puerta cerrada.

Intenté abrirla por mi cuenta, pero no podía y estaba empezando a desesperarme. Ni imaginar cómo debía estar mi padre.

Le rogué a Edward que la abriera como sea. No lo pensó mucho y pateó la puerta.

El impacto rompió el cerrojo. Entramos de golpe. Esta habitación era amplia, tenía un pequeño recibidor, así que precavidamente empezamos a revisarla. Había indicios de qué alguien había entrado aquí, cosas que parecían no estar en su lugar y un jarrón roto. Edward me colocó tras el y fuimos hacia donde estaba la cama.

Al mirar en ella, habían dos personas cubiertas por sábanas. Con un poco de miedo y preocupación procedo a retirarla. Para mí poco agradable sorpresa ahí se encontraba el idiota de Nath. Iba a matarlo.

Se había quedado dormido, semi desnudo al lado de una doncella. Por el olor que se percibía, al parecer ambos habían tomado demasiado.

—Dices que yo soy el idiota pero tú amiguito parece haberse divertido un rato— Dice Edward con ironía.

—Cállate y ayúdame— Le contesté.

El paró a Nath y torpemente me ayudó a a vestirlo. Lo sostuvo y lo cargamos hacía abajo. Donde mi padre se encontraba esperándonos desde hace un largo rato. No estaba feliz.

Al ver cómo estaba Nath podrán imaginarse que solo empeoró. Nos miró decepcionado, pero no dijo nada. Seguro esperaría a llegar al palacio para regañarnos.

Edward lo cargó hacia el carruaje. Mi padre nuevamente se disculpó y nos despedimos de todos. Excepto por Daniel, al cual no había vuelto a ver esa noche.

Nos subimos a la carroza.
Sin duda este sería un día inolvidable, no necesariamente por buenas razones.

Mi padre iba callado, así que me limité a no decir nada. Pero si había algo de lo que estaba segura es de que cuando Nath recupere la conciencia tanto yo como mi padre íbamos a matarlo.

¿Qué habrá llevado a Nath a ese punto?
¿Bella y Edward seguirán llevándose bien?

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⏰ Última actualización: Oct 31, 2020 ⏰

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