Uno

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Damian no es un niño normal. A decir verdad, la palabra normal no podía ser aplicada en ningún ámbito de la vida de Dick Grayson. Pero, aun si todo lo que tuviera que ver con él y su familia era raro. El último de sus hermanos era el más extraño de todos. Un niño nacido de dos alfas. Criado en un útero artificial. El mero hecho de que el chico estuviera ahí sentado frente al ya era una hazaña extra normal.

Su madre Talia Al Ghul, la actual líder de la cabeza del demonio. Lo hizo de una mezcla de sus propios genes y los del mejor detective del mundo. Lo mantuvo los meses de gestación en un "tubo de ensayos" como solía decir Tim. El chiquillo debía ser claramente un alfa, su madre controló cada meticuloso aspecto de su creación. No dejaría pasar algo tan importante como su raza. Además, tenía la actitud de uno, déspota, prepotente, confiado y arrogante.

Faltaba poco más de un mes para el treceavo cumpleaños del niño, aprovechando que Damian tenía vacaciones de verano su padre decidió tomarse el tiempo para finalmente tener su luna de miel con Selina. Asi que ahí estaba Damian, sentado en el sillón. Con los brazos cruzados sobre su pecho. No quiso quedarse solo en la mansión, no sabiendo que Dick tomaría el manto de Batman para cuidar de Gotham mientras Bruce se tomaba unas merecidas vacaciones. Alfred el gato, vagaba por el departamento oliendo y curioseando los muebles.

La pequeña maleta donde lleva su uniforme y un gran portafolios donde guarda el traje de Batman que le ha traído, se encuentran perfectamente alineados cerca de la puerta. Dick suelta un largos suspiro, ama a Damian. Cuando no debería hacerlo, él también es un alfa y el niño posiblemente se presente como uno. Sabe que el joven lo quiere, más que a cualquier otro miembro de su "familia".

Existe un secreto a voces en los barrios bajos de Gotham, habría quienes pudieran corroborarlo con esas típicas anécdotas de: el amigo de un amigo, dice que es verdad. Habría quienes lo negarían de manera rotunda. Solo dándole algunas vueltas y sobre pensándolo mucho podría cobrar un poco de sentido.

Se decía que, si un alfa follaba lo suficiente a alguien que no se había presentado su raza todavía, podía hacerlo un omega. Era estúpido, el mero hecho de siquiera pensarlo era una tontería. Pero no perdía nada con arriesgarse. Aún si Damian resultaba ser un alfa, su amor por el chiquillo no cambiaría en lo absoluto. Dejó su lugar en la barra de la cocina y caminó hasta el sillón. Tendió al niño un vaso con jugo, tomando asiento a lado de él.

―Babybat...―comenzó a hablar, Damian era un chico inteligente. Entendería lo que le tuviera que decir. Confiaba en que lo haría. El niño bebe del vaso y lo deja sobre la mesa de centro que corona la sala.

― ¿Qué pasa?

―Sabes que te amo... ―el niño lo mira

―Yo también te amo Grayson, ¿A qué viene todo ese sentimentalismo?

―El próximo mes cumples 13... ―el hombre solo dice frases sueltas, no sabe cómo decirle eso al niño. ¿Quiero que seas mi pareja? ¿Esperaba que nos emparejemos? ¿No tienes idea de cuanto deseo que seas un omega? ― Creo que te presentaras como un alfa.

―Yo también creo eso.

―Damian...

―No hay algo que podamos hacer. ―dice el niño, mira Richard con sus voraces ojos verdes. De alguna manera tiene razón, está mal que le diga eso. Estaría abusando de él, el celo se presenta como una señal de que el cuerpo ya está listo para mantener relaciones sexuales. No antes, nunca antes. Pero si existían al menos una misera posibilidad, debía agotarlas todas para pensar en darse por vencido―. Oí de unos sujetos... que si tenemos sexo antes de que tu raza se presente existe mayor posibilidad de que seas un omega.

Stay Clean |DickDami|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora