Huí de mi “hogar”, y no en buenos términos, bueno...
Nadie huye de su hogar en buenos términos sino todo lo contrario...
Ciegamente le entregué mi amor pero el no era capaz de dar lo mismo a cambio, solo destrucción, desde el inicio que llegamos ahí, a ese triste y maquiavélico lugar el sospechaba, por mis poderes sentí sin quererlo, todas las emociones de los seres que yacían en ese lugar, una ola infinita de dolor transformado en mi como jaqueca...
Sin duda las emociones de quienes eran torturados por si solas ya causaban que en mi un dolor increíble, pero eran superadas...
Por mucho...
Por la de los torturadores, estos tipos emanaban sensaciones de satisfacción, sin escrúpulos torturaban tanto a adultos como niños por igual...
Si tan solo dijera que yo no aguantaría ni un mísero minuto con ese daño...
Me quedó corta, no hay palabras existentes que reflejen lo que se sentiría ser torturado por años, seguramente décadas.
Esa ola de dolor y satisfacción llegó a mí como una bala directa al cerebro, no resistí y caí inconsciente al momento de pisar ese lugar...
Grave error...
Mi padre me recordaba que en algún momento me uniría a el y reinaría este lúgubre lugar...
No...
Yo no soy capaz de ver tanto dolor, y mucho menos sentirlo, razón por la que mi padre siempre sospechó que lo traicionaría, y sabía el momento preciso en el que lo haría...
Pero desconocía el poder de mis cualidades mágicas, nunca subestimes a tu enemigo me decía siempre...
“Y menos si es un híbrido con magia oscura”
Cayó en su propia trampa...
Lo último que me dijo fue;
“Nos volveremos a ver muy pronto...”
“Ingrata hija mía...”
Salí lo más rápido que pude del lugar y llegué a un planeta llamado
“La Tierra”.
Mi magia me transportó a un condado llamado “Kansas”, en un callejón dónde nadie podría ver el destelló morado de mi portal, un callejón más oscuro que la propia noche que había caído en el lugar...
Tenía puesta la túnica blanca del pueblo de madre...
Pero decidí que no debería verme tan llamativa, no sabía si existían seres mágicos o demonios rondando por doquier, no debería levantar sospechas...
Tal parece que soy un imán para las desgracias...
Pero me alivió saber que solo eran dos hombres que me seguían, nada relevante...
No usaría mi magia ya que podría de alguna forma llamar cosas peores, por lo que apresuré el paso y traté de tomar un atajo entre dos edificios, mala suerte para mí...
Este no tenía otra forma de salir, solo por dónde entré, pero los dos hombres ya habían cerrado ese pasó
“Maldición...”
Me giré a verlos en el momento que sentí sus presencias a unos cuantos metros de mi
—Tal parece que nos vamos a divertir mucho esta noche, Edvard...
—Tienes toda la razón Tristán es muy jovencita y muy bien contorneada...Su tono de voz de ambos al instante erizaron mi piel y se oían asquerosos
—Dime preciosa... ¿Cómo te llamas?
Si era necesario terminaría usando mis poderes, pero al sentir una tercer presencia detrás de ambos y no dejarse ver, supe que no tenía porque temer así que seguí mirando detrás de ambos y me recargue en la pared de detrás mío
En retrospectiva se dieron cuenta de que ya no los veía a ellos por lo que se alertaron y empezaron a voltear a todos lados
“¿Hay algo de lo que tengan que temer?”
Aún sabiendo las intenciones de esa tercer presencia igual me alerté, aunque fueran simples humanos no significaba que pudieran sentir algo que al parecer yo no.
“Mierda”
Otras 3 presencias aparecieron pero ahora en los tejados de la derecha e izquierda y eran igual de poderosas que la primera que apareció, pero me alertó el no saber sus intenciones, no podría vencerlas a todas...
Un rayo de color azul metálico seguido de un shuriken impactaron en medio de ambos hombres lanzando los lejos de cada uno...
Uno quedó más cerca de la entrada al callejón que el otro, y fue atacado por la primer presencia que sentí...
Una mujer alta, pelirroja y con un traje muy pequeño de colo rosa con delineados con plateado...
Sin duda no era humana...
Pero si muy instruida en las artes del combate cuerpo a cuerpo, el otro hombre huyó y con mucha sabiduría en sus acciones...
Hasta yo habría hecho eso...
Pero no solo era un hombre...
El otro al parecer tenía una navaja y estaba dispuesto a asesinar a esa chica ya que se le acercó por atrás haciendo mucho escándalo
Pero la alienígena simplemente actuó como si el tipo no estuviera ahí; seguía mirando por dónde el otro tipo huyó y el otro ya estaba a escasos centímetros de ella, cuando por detrás de el salió un insecto verde que se fue transformando en un oso del mismo color y se paró en sus dos patas traseras...
El hombre por la sombra que este generó en la mujer con miedo se volteó solo para que el oso le rujiera en la cara y salir corriendo despavorido, no sin antes soltar la navaja
El oso se fue convirtiendo en un joven igualmente verde con un traje rojo y algunas líneas blancas quien volteó a mí
Y de los tejados bajaron otros dos, uno con al parecer un tumor azul con semicírculos rojos en su espalda y un traje azul con negro.
Y el otro con un tipo de “ave azul” en el pecho de su traje completamente negro y un antifaz negro quien rápido se juntó a la chica alienígena por unos segundos, ya que ella se acercó primero a mi...
—Holaa...
Usó un tono amigable para dirigirse a mi
—Hola.
—¿No eres de por aquí?, ¿Cierto?“Cómo lo supo? Es decir, no hay persona que pueda conocer todos los habitantes de una ciudad, ni el presidente municipal de la misma, pero bueno, me salvaron de usar mis poderes, creo que es lo menos que merecen saber”
—No, ¿Cómo lo supiste?
—Somos los Jóvenes Titanes, superhéroes de estás ciudad, bienvenida a JumpCity...
—Raven... Mi nombre es Raven...
—¡Oh claro!, Raven, mucho gustó, soy Koriand'r pero puedes llamarme Kory
—Ninguno de ustedes es normal... ¿Cierto?
—Estas en lo correcto, por algo somos protectores de esta ciudad, y creo que tú tampoco lo eres
—¿P-por qué lo dices?Eso sí era ya raro, ¿Cómo sabe que no soy una humana normal? ¿Todos lo demás pensarían lo mismo?
—Vamos, es fácil, no existe persona que tenga los ojos de la tonalidad de los tuyos...
—Son unos ojos Raros...Habló el más alto de los chicos, el del antifaz
—Ojos Violeta...