No trates de salvarme [Editando]

Capítulo 1

R;

Me encontraba recostado en el sofá, y mi mano izquierda sostenía una lata de cerveza. Estos últimos días han sido así, poco interesantes y nada productivas. Solo me he dedicado a pensar sobre el rumbo que tomó mi aburrida vida hasta ahora. Guay, ¿verdad?

Dentro de varios pensamientos, rescaté aquella propuesta que me hizo un amigo hace unos días.

"Conozco un lugar bastante bueno, uno de mis favoritos. Aquí te dejo la dirección, no lo pierdas, ¿eh? Me lo vas a agradecer después."

El pequeño papel donde contenía la dirección aún estaba en el bolsillo de mi polera. Lo saqué para verlo detenidamente. 

Muchos lo hacen, ¿por qué yo no podría? Puede que me falte experimentar nuevas cosas, he estado mucho tiempo encerrado —mis amigos y mi familia lo han notado también— y estoy empezando a aburrirme, a decir verdad. Además, no estoy en una relación, no tengo novia ni me apetece tener una ahora. Lo que necesito es salir y buscar algo de distracción. Quedándome aquí mientras me lamento cosas del pasado no me van a servir de nada.

Me levanto del sillón, tomo mis llaves y salgo del departamento para ir en busca de un taxi. Le digo la dirección al chofer tal y como está escrito en el pedazo de papel. Mientras el auto avanza, me entra algo de nervios, pero seguro que es normal. No puedo arrepentirme de hacer esto ahora.

K;

Hoy definitivamente no ha sido mi día. La mayoría de los clientes se han ido con Dafne, esa oxigenada plástica y barata. La detesto. Y aunque ninguna de las que estamos aquí nos llevamos bien, me va a pagar de todas formas el hecho de quitarme mis clientes. 

Necesitaba un cigarro, así que voy en busca de uno cuando de la nada veo entrar a un chico de alta estatura. No lo había visto antes por aquí. Es mi oportunidad. 

No teniendo a ninguna de las chicas cerca, me dirijo a él con pasos apresurados; de reojo veo a Dafne que ahora también hace lo mismo. Mierda.

— Hola, guapo, ¿buscas diversión? —dijo la plástica tomando la mano del recién llegado.

Bufé y puse los ojos en blanco.

— No te irás con ella ¿cierto? Apenas y tiene experiencia.

El chico se queda quieto, mientras nos mira algo intimidado. Aunque me da igual ya esto, de todas formas, es seguro que la elegirá a ella por su cuerpo voluminoso y cara de ramera profesional.

R;

Dos hermosas mujeres estaban esperando mi respuesta. La verdad es que no sé a quién elegir. Esta rubia tiene un cuerpo que... madre mía. Podría escogerla una infinidad de veces. Luego, me fijo en la otra. Es totalmente diferente; el delineado le ayuda a resaltar su mirada, y el escote le permite que saque su mejor forma. Finalmente me decido por una.

K;

— Prometo que volveré por ti otro día. —le dijo a Dafne.

— Tú te lo pierdes.

Se va enojada, sin antes insultarnos. Eso me provocó una risa interior. El chico me mira y luego sonríe.

— ¿Y bien? —alcanzó a decir, algo tímido.

— Sígueme. —lo cojo de la mano y lo llevo a mi habitación.