Un irreal olor a tocino friéndose le despertó.
Sangre seca cubría su ropa y cara, estaba aturdido, el golpe de verdad dolía aunque no era nada que la magia no pudiese solucionar con un conjuro sanador básico.
Estaba en el mismo lugar donde cayó inconsciente.
No supo cómo reconoció el lugar cuando se levantó y vio el castillo entero en ruinas, la ira del vampiro arraso con todo a su paso, el rubio recordó el rostro de su pequeña adoración.
Golpeo la pared con fuerza, estaba furioso, se suponía que él le protegería, ahora se sentía como la damisela en apuros, justo como se sentía cuando eran niños y el vampiro se encargaba de cubrirle la espalda en sus travesuras y metidas de pata.
-Guarda el enojo para cuando debamos pelear mocoso- Esa voz a su espalda era...
-Rookery- Murmuro receloso.
-Tampoco me agrada verte de nuevo pero no estamos en disposición de pelear. El enemigo que tenemos en común nos asesinara si flaqueamos aunque sea de broma.
-¿Enemigo? ¿Hablas del vampiro que hizo esto?
-No, me refería a mi tía Büdlick- ironizo- Por supuesto que hablo del malnacido de Peter Kürten.
Tony le vio confundido.
-Ni siquiera sabias su nombre, eres bastante tonto muchacho.
-Bueno solo tuve una semana para encontrar información y prepararme- respondió brusco.
-Muchos se prepararon una vida entera y aun así murieron sin la mínima oportunidad de respirar en su presencia- La melancolía en su voz le hizo parecer cansado, el menor se fijó en su apariencia, se notaba por cuanto había pasado.
Le hizo una seña para que comiera junto a él, aun desconfiaba, pero las palabras del anciano eran ciertas, el enemigo les orillaba a unirse.
Desayunaron en silencio.
Trataron de tardarse el menor tiempo posible, así se pondrían en marcha y, con algo de suerte, encontrarían una pista de utilidad antes de que el sol cayera.
Buscaron entre los escombros, cuarto a cuarto.
El menor se cansó de hacerlo a la manera antigua y con apoyo de varios hechizos levanto la mayoría de las piedras.
Rookery se mostró notablemente sorprendido, era obvio, cuando se conocieron el aún no había descubierto su don para la hechicería y al principio no estaba orgulloso de tenerlo pero se dio cuenta de lo útil y bueno que esto podía ser.
-Vaya, guardas más sorpresas de las que se espera, eso es un punto a tu favor podría ser nuestro as bajo la manga.
-¿Podría?
-Digamos que sí.
Tony siguió con su tarea hasta bien entrada la tarde, su esperanza de obtener el mínimo rastro de su mejor amigo se estaba desvaneciendo entre una bruma de cansancio y desesperanza.
Creía que nada podía ponerse peor; tentar a la suerte no es una buena idea, mucho menos en los casos donde estas hundido hasta el fondo, créanme, no lo hagan.
Levanto la antigua habitación de sus padres.
Allí los encontró, tendidos en lo que fue una cama.
El cadáver de sus padres, sin una sola gota de sangre, tenían las manos unidas, aun en la muerte estaban juntos.
Intento creer que era una cruel mentira, una burla de su exhausta mente por usar magia durante tanto tiempo. Cerro los ojos, se golpeó el rostro pero nada lograba tráelo de vuelta de aquella pesadilla. Deseaba despertar, tener a Rudolph esperando a la orilla de su cama a que se levantara o quedarse durmiendo juntos hasta bien entrada la noche. Eso jamás sucedió.
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El monstruo dentro (Tony x Rudolph)
FanfictionEl paso de los años pinta un mejor panorama para la peculiar amistad entre un vampiro y un mortal, pero el bien nunca llega sin mal y en esta ocasión un nuevo enemigo les obligara a ver otra perspectiva de sus vidas y sentimientos. Un fanfic inspira...