Primer intento.

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Tengo frío, tengo mucho frío. Extraño que tomes mis manos y les soples, siempre sabías si tenía frío. Y siempre sabías juntar nuestras manos para que se me quitara el frío. Siempre sabías como hacerme disfrutar cada momento. Siempre sabías cómo hacerme sentir bien. No importaba si había tenido un mal día o si había sido el día más emocionante, siempre al llegar a casa me hacías sentir mejor.

No sé si alguna vez te lo haya dicho pero quiero decírtelo ahora: eres lo más importante que existe para mí. Desde que fuiste he zarpado los mares de mi imaginación tratando de buscar un motivo, un momento, un recuerdo, un regalo, una frase, un gesto, algo, lo que sea que me haga regresar a ti. Te sigo queriendo tanto o más que el día en que te conocí y me enamoré de ti. Han pasado algunos años y sigues siendo la única chica en mi cabeza. Sigues siendo la única mujer con la que quiero pasar toda mi vida. Sé que suena cursi o empalagoso o alguno de esos adjetivos que la gente usa pero yo sigo intentando.

No pretendo que salves mi alma. Solamente quiero decirte que te sigo recordando. Sigo recordando los días de verano, las tardes de invierno, las conversaciones a medianoche, los años más bonitos de mi vida.

Eres hermosa. Me encanta el luna que está cerca de tu labio inferior. Me enamoran tus ojos. Adoro tus pecas. Y me fascinan los lunares de tu espalda. Sé que sueno algo cliché cuando digo ese tipo de cosas pero es verdad. Siempre te digo la verdad.

Si decides regresar, aquí te voy a esperar. Si quieres que vaya, solamente dímelo.

Estoy esperando una señal. Y ambos estamos esperando la casualidad más grande de nuestras vidas. Te sigo queriendo infinitamente, dormilona.

Duerme, yo te cuido. Si pasa algo, yo me haré cargo. Estarás bien. Estaré bien.

Espero que pronto estemos bien.

Te quiero.

Llévame a casaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora