Las flores se marchitaron. Era invierno. El frío era demasiado, parecía que no había importado que viviera durante cinco años en Alaska y que había recorrido todo el mundo, el frío de mi ciudad seguía estremeciendo mis huesos. Fui al librero de la sala y saqué nuestro viejo álbum familiar. Me puse a hojear todo el contenido y mientras cambiaba de página cayó una carta.
"Espero que cuando leas esto no sea demasiado tarde. Te amé, te amé intensamente. Te amé hasta donde pude. Te amé tanto como Dios me lo permitió. Y Él sabe que lo intenté, de verdad lo intenté. Pero creo que simplemente hay veces que sin importar que tanto lo intentes no pasará. Te amé pero me di cuenta de que ya no podíamos dar más. Te agradezco todo el tiempo que estuviste a mi lado, pero es hora de despedirse. Yo sé que ésta no es la manera correcta pero sé que es como te dolerá menos. Sé que me amas, siempre lo has hecho. Pero yo simplemente ya no puedo. No sé si alguna vez volveré a verte. Mediante este mensaje te digo: me voy de casa, es hora de que nos separemos. Sé que no lo esperas pero yo ya no puedo fingir más. Sé que me amas y créeme, yo te amé tanto como pude pero creo que nuestro amor se asfixió. No sé si volveremos a vernos y si ese día yo quiera volver a tener algo contigo. Sé que vas a llamarme cruel por haber hecho esto, pero créeme que es por el bien de los dos. Siempre te voy a querer pero en este momento no te puedo amar como tú quieres que te ame ni como te amé antes. No espero que me entiendas pero me gustaría que lo aceptaras. ¿De acuerdo? Siempre te voy a querer porque cambiaste mi vida. Me ayudaste a crecer. Es hora de irme. Te quiero, siempre te voy a querer. Si algún día quieres probar tu suerte y volver a verme aunque sea para que puedas cerrar un ciclo y avanzar o para volver a iniciar todo... estaré muy emocionada de verte. Si quieres, te espero en Francia. Te esperaré en el puente de los candados en París, todos los días. Estaré en ese lugar durante una hora a diario. Te quiero. Espero que puedas aceptar todo esto."
Una lágrima se deslizó por mi mejilla.
Tomé mis maletas, no había desempacadado. Me dirigí al aeropuerto y compré un boleto a París.
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Llévame a casa
Short StoryTodo lo que hago aquí está escrito en el momento. Todo es improvisación. Nada está planeado. Estos son pequeños pensamientos sobre lo que ha pasado. Todo esto son solamente extractos de mi vida o del día a día o de mi imaginación. Son simplemente gr...