Meli

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Sábado 5 de febrero del 2005.

Toco el timbre de la casa de mi vecina, mientras espero a que me abra la puerta, respiro profundamente intentando tranquilizarme, siento el ambiente tenso y estresante.

Cuando al fin me abre la puerta, después de una eternidad, aunque solo fueron unos minutos, entro precipitadamente y me siento en el sofá. Su casa es acogedora, pero en esta ocasión no es así. Mi vecina, Lara, se empieza a preocupar y me pregunta que es lo que sucede.

-Es que, al llegar a casa no encontré a mi gatita en donde normalmente duerme y... - respondo muy nerviosa- ...la empecé a buscar pero no aparece. Lo más raro fue que la puerta estaba entre abierta, estoy segura que había cerrado con llave todas las puertas- mis lágrimas empiezan a recorrer mis mejillas.

Lara me abraza fuertemente y dice— ya verás que encontraremos a tu gatita, además ya sabes que siempre se esconde entre los muebles.

—Pero esto no es normal, Lara. Mi gatita NO está en casa— me empiezo a alterar cada vez más.

—Bueno, yo te ayudaré a buscarla en tu casa, si no está ahí, llamaremos al Buscador de Mascotas Extraviadas*— respondió Lara.

Y así fue, empezamos a buscar a mi gatita; Spongy, pero sigue sin aparecer.

Mi casa es amplia, pero no lo suficiente para que un gato desaparezca. En la entrada hay un pequeño jardín, rodeado de una reja blanca. La sala está a la izquierda; tiene tres pequeños sillones azules y una mesita café en medio, A mi derecha hay un gran librero que abarca la mitad de la pared y una silla en frente de él. Al fondo esta la cocina; con una estufa blanca y el comedor de cristal. En seguida están las escaleras. En la segunda planta hay un largo pasillo que lleva a tres recamaras y un cuarto de limpieza.

Lara y yo estamos buscando por todas partes. De pronto Lara me llama desde el cuarto de limpieza y corro hacia ahí.

* Buscador de Mascotas Extraviadas (BME); es un grupo de Facebook y Twitter que brinda sugerencias y difusión de información sobre perros y gatos perdidos.



— ¿Qué es esto?— dice Lara, señalando una caja de cartón mediana con pequeños agujeros y cerrada con cinta adhesiva.

Me sobresalto un poco, pues no había encargado ningún paquete.

Decido abrirla. Lara empieza a llorar al ver lo que hay dentro. Veo a... Spongy, mi gatita, esta inconsciente. Palidezco al tomarla en mis brazos y montones de lágrimas empiezan a brotar de mis ojos. Miro a Lara y temblorosamente le digo –ahora, tenemos que buscar al culpable que hizo esto-. 


Sábado 19 de febrero del 2005

Ya han pasado tres semanas desde que había encontrado a mi gatita Spongy inconsciente. La había llevado con el veterinario, y dijo que alguien la había tratado de asfixiar. Eso me espanta demasiado.

Lo peor de todo es que no he podido encontrar nada del responsable de todo esto. Ni siquiera he podido encontrar sospechosos. He estado investigando como loca; preguntando a personas, buscando evidencias, buscando algo que me lleve al culpable por medio de redes sociales, pero nada. No he encontrado nada.

Podría llamar a un detective, pero los detectives no investigan sobre gatos, a ellos se les haría una pérdida de tiempo este caso.

En fin, estoy empezando a dejar las cosas así como están, y mejor preocuparme por cuidar a Spongy.

Llega la noche y me preparo para ir a dormir. Me pongo el pijama, apago la luz y me quedo dormida profundamente, casi como si quedará inconsciente.

Remolino de coloresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora