Capítulo 7: Viejos Hábitos.

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<<. Tras sentir como el sentimiento de la culpa la invadía, Annie no creía merecer una segunda oportunidad para redimir todo el daño que en el pasado causó con sus acciones, sus ex compañeros no confiaban en su lealtad y los miembros de la Legión de Reconocimiento tan solo la aceptaban por órdenes de la comandante Zoe.
Sin embargo, sin importar lo que sucediera siempre lo tendría a él, y al recuerdo de su padre .>>


Mientras la noche bañaba el cuartel del Cuerpo de Exploración, por sus pasillos vagaba una rubia, una chica con los sentimientos a flor de piel, derramaba lágrimas que hacían ver aquellos orbes color zafiro con más brillo de lo normal. Buscaba una respuesta por aquellos amplios y longevos pasillos, su cabeza se hundía en muchas preguntas, dudas e inseguridades, su identidad había sido inculcada a la fuerza, las acciones que hasta ese momento la ponían en culpa eran acciones que había realizado por lo que creía correcto.

Tras caminar unos largos y eternos minutos, la joven llegó al exterior del cuartel.
En otro momento aquel lugar sería la cita perfecta, aquel anticuado cuartel tenía un balcón que se veía privilegiado por una vista única de la luna, esta cubría con su luminoso manto causando un paisaje único.

— Padre. . . fracasé con la misión, no pude cumplir con tus expectativas, yo . . . la verdad es que no merezco esta segunda oportunidad, arruiné todo. . . no merezco volver contigo —. Dijo mirando al cielo, mientras caminaba hacia el barandal.

— Ellos . . . simplemente tienen razón, no pueden confiar en una traidora, una asquerosa asesina que mató a sus amigos ¡¡Debería morir ahora mismo!! —


Aquella última oración fue gritada al aire con toda la fuerza de sus pulmones acompañado por incesables sollozos. 
Aquel grito alcanzó a ser oído por el joven Jaeger que se encontraba buscando a la chica por todo el cuartel.

— Annie. . . te equivocas —. Habló para si mismo mientras se acercaba a la ubicación de la ex guerrera.
—Eren, te pedí que me dejes sola y no escucharás un por favor de mis labios —.

— Lo tengo más que claro, no eres ese tipo de persona. Al menos, no solías serlo, aquella Annie de la que tengo recuerdos era una mujer fría, inteligente y muy fuerte —
— Eren, yo . . . — Desvió la mirada mientras sostenía su propio brazo derecho.
— Pero eso era en el pasado Annie, no tienes porqué ser esa persona con una misión. De ahora en adelante tú puedes decidir que persona quieres ser.
La verdad, asesinaste a un montón de mis amigos, compañeros que dieron sus vidas por la humanidad, mi madre. . . — Tras nombrar a Carla, empuñó el puño.

Un pequeño viento pasó por el ambiente en silencio, moviendo así el cabello de ambos jóvenes e interrumpiendo aquel momento.
— Pero esa Annie quedó atrás, lo que hiciste lo puedes enmendar, estás a tiempo y tienes tu segunda oportunidad. De ahora en adelante tan solo sé la persona que tú quieras ser, pelea Annie, pelea con todas tus fuerzas — El castaño la miraba con aquellos ojos llenos de determinación.
— Eren . . . — Tras mencionar su nombre, el llanto comenzó a salir a mares por los ojos de la rubia, sollozaba y eso era lo peor que podía ver el soldado.


Al ver la situación frente a él, tuvo que suprimir sus sentimientos, deseaba finalmente explotar y declararse a la joven de la cuál tanto tiempo llevaba enamorado, deseaba poder acariciar aquellas blancas mejillas, de abrazarla para no soltarla nunca jamás, de besar aquellos rosados labios que parecían tan suaves. Pero sabía que aquel no era el momento adecuado, tan solo se acercó y para sorpresa de la joven la atrajo hacia él con sus fornidos brazos para brindarle un cálido abrazo.

— Annie, debes saber que jamás te dejaré sola, no te perderé nuevamente —. Habló bajo solo para que lo escuchase la joven, tras hablar apoyó el mentón en la cabellera rubia.

— Idiota, lo sé . . . — Annie correspondió al abrazo mientras escondió el rostro en el pecho de su amado castaño.

La luz a través del cristal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora