Familia Marks #1 (H)

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—¡Nos vamos! —grita mi madre desde la puerta. Vuelvo a mirarme en el espejo para darme un último retoque, cojo mi mochila y bajo las escaleras.

Me llamo Abigail, tengo 17 años, pelo castaño claro bastante largo y ondulado, metro sesenta y delgada nivel normal.

La razón por la que mi madre está gritando es porque nos vamos tres días de vacaciones a unas cabañas en medio de la montaña no muy lejos de donde vivimos. Obviamente no vamos solos, han invitado a la familia de mi novio. Esto fue más bien una sorpresa, ya que si no hubiese sido por Jack, que no sabe guardar secretos, no me habría enterado hasta que hubiésemos llegado.

—No sé porqué te maquillas tanto si ahora vas a meterte en la piscina —reclama mi madre cerrando la puerta detrás de ella.

—No lo entenderías —digo subiéndome a la parte de atrás del coche—. ¿Por qué habéis traído tantas cosas? Después os quejáis de mí.

Mi madre se gira sonriente mientras mi padre arranca el coche.

—No lo entenderías.

Touche.

Al llegar veo a mi novio al que saludo con un beso largo, hace el ademán de apretarme una nalga con una mano, cuando aparece su hermano mayor.

—Relaja la mano fiera, que la viste ayer —los dos nos reímos—. Cuanto tiempo Abi, ya hasta has crecido desde la última vez que te vi —dice sonriente.

—Tú sigues igual de tonto que la última vez que te vi —sonrío sarcásticamente.

—¡Abi! —grita una voz femenina acercándose a nosotros.

—Hay viene la pesada, ha estado todo el viaje cantando a alguno de sus viejos cantantes —espeta Jack y yo evito reírme.

—Hola señora Marks.

—Te he dicho millones de veces que me llames Clara, el termino señora me hace sentir vieja —dice abrazándome.

—Siempre se me olvida —le correspondo el abrazo.

—Bueno mamá, ya está bien que la ahogas.

—¡Ay hijo! Deja un poco de Abi para los demás. Me alegro mucho de verte, seguro que estos dos días van a ser increíbles.

—¿Dos? —pregunto confusa.

—Sí. Damián tiene que trabajar el lunes, nos iremos mañana por la noche —miro a Jack y este se encoge de hombros —pero no pasa nada, hay que disfrutarlos al máximo. Ya volveremos a venir, el verano es muy largo.

Clara se va y Jack y yo nos volvemos a quedar solos.

—¿Me ayudas a llevar la mochila a mi habitación? —levanta una ceja pero entiende al instante.

—Vamos —me coge de la mano y nos dirigimos a la cabaña.

Una vez allí cierro la puerta detrás de mi y él se sienta en la cama, dejo la mochila en el suelo y me siento encima de él.

—Hace mucho tiempo que no nos veíamos —río y él me sigue el juego.

—Ya hasta se me ha olvidado lo que es sentirme dentro de ti —sus palabras al oído hacen que me estremezca y me ponga roja.

Empieza a besarme mientras sus dos manos aprietan mi culo contra él. Empiezo a frotar nuestras partes notando su erección contra mi entrepierna.

—Sigue haciendo eso y te empotraré aquí mismo, me da igual quién te oiga —me dice al oído haciéndome estremecer y provocándolo aún más. En ese momento alguien toca la puerta haciéndome sobresaltar.

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