Supuesto cartero (Trío)

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—Debería abrir —digo en sus labios al escuchar la segunda vez que tocan el timbre.

—Deberías, pero nadie te obliga —dice Drake cogiéndome de la cintura para no dejarme escapar. Le doy un ultimo beso antes de zafarme de su agarre e ir a abrir la puerta.

—Buenas tardes, paquete para... ¿Sophia? —dice mirando la especie de tablet que tiene en la mano.

En frente de mi pequeño ser, se presenta un repartidor de FedEx —lo sé por la gorra y su camiseta— de unos 25 años, metro ochenta y cinco, moreno y de cuerpo no tan musculoso, pero tampoco tan dejado. 

Al no contestar por el asombro de tanta belleza me mira confundido dejándome apreciar poco sus ojos color miel preciosos. 

—Sí soy yo —intento contestar normal, pero su cara de confusión pasa a una leve sorprendida mueca en instantes ¿será por mí? Lo dudo, tendré ciertas curvas no tan visibles y mis pechos son de tamaño normal, ni muy grandes ni muy pequeños, castaña y ojos color caca. Lo que más resalta de mí es mi estatura; 22 años y no he pasado del metro sesenta. Parezco una cría de 15.

Después de un par de segundos con su mirada clavada en mí y sin que ninguno de los dos dijera nada, me doy cuenta de que no soy yo en sí lo que le llama la atención, si no mi típico outfit de andar por casa. Mi pequeña camiseta blanca de tirantes sin sujetador y el tanga negro. ¿Por qué Drake no me ha dicho nada?

Intento esconderme detrás de la puerta todo lo posible sin dejar de mirarlo y sin parecer estúpida. Pero es un intento fallido. 

—Me llamo Ned —dice el chico, lo que no tiene mucho que ver con la situación aunque agradezco saberlo. Carraspea la garganta y sigue. —T-toma, esto es para ti —me da el paquete y la verdad es que no recuerdo haber pedido nada.

—Gracias —me lo pasa y el tacto en ese pequeño instante que hace su mano con la mía hace que se me erice la piel.

—Serán 1,99 gastos de envío.

Me giro para coger el monedero de mi cartera y siento su mirada pero no le doy importancia. Ahí es cuando, por segunda vez en menos de 5 minutos, caigo en la cuenta de que estoy en tanga. Me olvido por un momento del chico que está en mi salón esperándome y decido jugar con este, me agacho aún más buscando las monedas entre mis bolsos, dándole una vista amplia de mis nalgas. Cojo las monedas después de unos segundos largos y me giro, vuelve a carraspear la garganta y vuelve la vista a su tablet rápidamente.

Drake aparece, de repente, preguntando que por qué estaba tardando tanto. Miró al repartidor y que lo saludara me sorprendió:

—Está en varias asignaturas conmigo en la universidad —me dice al ver mi cara de confundida y yo asiento.

—No sabía que tenías novia y menos una tan guapa —me mira y sonríe. Como si la timidez de antes se hubiera esfumado y ahora estuvieran en una lucha por quién de los dos es mejor o algo por el estilo. Me siento... como un objeto, sin embargo, la idea hace que una pequeña parte de mí se excite.

—Bastante —me pone la mano en la cintura apegándome a él y dándome un beso. Al separarme de él miro a Ned, este me devuelve la mirada. La sangre se me hiela y el cuerpo reacciona ardiente. Estaba llena de lujuria, de excitación, de deseo...

—Un gusto verte Drake. Será mejor que me vaya —dice Ned sin dejar de intentar desnudarme con la mirada... Aunque tampoco hay mucho que quitar.

—No hace falta que te vayas —dice Drake , nunca ha sido posesivo, pero que sea así de liberal me sorprende un poco. 

—Si me lo pides así —veo como en sus ojos la lujuria se hace más presente y se adentra en mi piso acercándose a mí con pasos seguros. Y sin darme cuenta, sin ser consciente de lo que pasaba y analizando toda la situación, me besa.

Mi consciencia, débilmente, me pedía que parara, estaba mi novio presente y no conocía a este chico, pero mis hormonas y mis labios decían otra cosa. Le seguí el beso e incluso lo aumenté.

Al sentir la mirada atravesándome de mi novio al hacer eso, me acerco sin separarme de los labios del repartidor y le empiezo a tocar la polla por encima del pantalón.

Nos adentramos más al departamento y Drake cierra la puerta detrás nuestra, los guio hasta el sofá donde los dos se sientan y yo me arrodillo delante de ellos bajando las prendas de ropa, con desesperación, que ocultan sus miembros ya erectos.

Empecé chupándosela a ambos. Mientras se la chupaba a uno masturbaba al otro. Así estuvimos durante varios minutos. Podía sentir lo mojada que estaba sin a penas tocarme yo o alguno de los titanes que tenía enfrente. 

Me levantan y me llevan a la cama. Me empiezan a besar y mientras Drake me besaba, Ned se sacaba la ropa restante. Este último al terminar de desvestirse, hizo lo mismo conmigo sacándome el tanga y la camiseta de tirantes, quedando completamente desnuda ante los dos. 

Vuelvo a chupársela a Ned mientras mi novio me chupaba la zona sensible. Yo estaba en cuatro. Drake detrás y su amigo acostado. 

—Tengo que ir a por el condón, está en el salón —dice Drake separándose de mí.

—Tengo pastillas para el día de después... —digo entre gemidos de desesperación, pero no había terminado de decírselo cuando ya me la había clavado entera. En cada embestida que me daba mi novio, la polla de Ned se metía mas en mi boca. Por un momento pensé que me quedaba sin respiración.

Varios minutos después en esa posición, siento como el líquido blanco, espeso y caliente de Drake llena mi interior. En ese momento el repartidor me coge de la cintura y de un movimiento me sube arriba de él. Agarro su polla de tamaño bastante grande y me la acomodo justo en la entrada de mi vagina. Mientras lo montaba podía sentir como el semen de mi novio salía de mí interior, deslizándose por mis muslos. Ned se va al baño y Drake aprovecha de empujarme sobre él de manera de que mis tetas quedaran al alcance de su boca.

Antes de hacer cualquier movimiento se acerca a mi oído :
—Me alegro de que no le hayas dejado ir, también tenía ganas de hacer un trío hace tiempo. Mi pequeña zorra —me pellizca un pezón y un gemido se me escapa y se agacha para atacarlas, mordiendo, succionando y lamiendo.

En ese momento vuelve Ned, y al ver la situación, ataca el otro pecho que Drake no podía atacar con su boca.

Me dan la vuelta y me ponen a cuatro de espaldas a ellos, Ned ya había empezado a jugar con sus dedos en mi culo, y yo explotaba de placer. En ese momento tuve mi primer orgasmo. Lo debo haber gritado fuerte porque mi novio se acercó y me tapo la boca.

Estuvieron así un rato, sujetándome de las piernas porque estas ya temblaban después del primer orgasmo. En eso alguno de los dos escupe dentro de mi ano y por alrededor y comienza a jugar con sus dedos. En poco tiempo sentí que ya había varios dentro, algo que me hacía gemir constantemente de placer, más las nalgadas que proporcionaban de vez en cuando provocándome aún más.

Ned le dice algo a mi novio que no logro oír, pero enseguida siento que empieza a tratar de meterme la polla por el culo. No era virgen de ahí, pero realmente me dolía. La forma de su cabeza era enorme. Pero no opuse resistencia y conforme me penetraba, más se la chupaba a mi novio. En un momento Drake me pregunta si me dolía, le respondí que me encantaba, y propusieron hacerme la penetración doble, algo a lo que no me pude negar y que llevaba mucho tiempo deseando. Se puso debajo de mí y Ned aún detrás, ya me había sacado la polla del ano pero no tardaría en volver a hacerlo.

Se acomodaron en mis dos entradas y como si estuvieran sincronizados mentalmente me las metieron de una estocada hasta el fondo. Entró hasta mis entrañas; por supuesto noté dolor aunque me aguanté. Ned, tras la suavidad inicial, empezó a dar violentos empujones en el culo en combinación con la polla de Drake que seguía alojada en la vagina. Uno empujaba el culo y el otro lo hacía después; notaba las dos pollas que llegaban hasta mi garganta. Sentí la crispación del repartidor y casi a la vez la polla de mi novio que se hinchaba en el culo; los tres nos corrimos a la vez con un orgasmo que desearía volver a repetir.

Caigo rendida y exhausta en la cama, los dos hombres que me acaban de hacer estar en el paraíso se tumban a mis dos lados y me duermo con una sonrisa. Volveremos a repetirlo sin duda y espero que sea igual que ahora porque no me la puedo imaginar mejor.

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