Familia Marks #2 (H)

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Ya era domingo por la noche, la última cena en el camping. Los otros dos días lo habíamos pasado genial, la sonrisa no se me iba de la cara y cada vez que se podía, Jack se metía en mi habitación o si nadie miraba, aprovechaba de tocarme hasta el alma. Había sido sin duda uno de los mejores fines de semana.

Estábamos todos sentados en sillas alrededor de la mesa. Mi padre en la cabeza de la mesa, mi madre y Damián a sus lados. Al lado de mi madre está Clara, la madre de Jack, y Bryce, su hermano mayor. Entre mi suegro y mi novio estoy yo, no me es incómodo, he cenado un montón de veces con la familia Marks y son todos muy simpáticos.

La cena se pasa entre risas y diálogos entre los más mayores, peleas de comida entre los hijos y alguna que otra caricia por debajo de la mesa de parte de Jack.

—Que bien que hayáis decidido quedaros otra noche —comenta mi madre contenta.

—Sí, por suerte le han dado a Damián el día libre mañana sin ninguna consecuencia —contesta Clara feliz.

Miro al señor que está a mi lado y su cara con los destellos naranjas de la fogata de al lado es muy atractiva. Aparto la vista antes de quedarme embobada y sigo en lo mío.

—Eso se merece un brindis —alza la copa mi padre y los demás no tardan en unirse.

—Una noche más —dice Jack en mi oído haciendo que se me pongan los pelos de punta y sonría levemente.

Su hermano, que está frente a nosotros, nos mira con una ceja alzada.

—¿Qué? ¿No puedo reírme porque mi novio me ha dicho que se está cagando desde hace media hora? —Invento una excusa rápidamente y Bryce comienza a reír.

Al parecer lo he dicho muy alto porque mi madre me mira mal, mi padre sigue con la copa en la mano y las cejas alzadas, Damián con las manos en su regazo sin expresión alguna y Clara a punto de reír.

Miro a Jack para que disimule y se vaya al baño, este me mira con cara de: ¿No te has podido inventar algo mejor? Se levanta en silencio y se mete en la cabaña para disimular, los mayores empiezan a hablar de sus cosas y por más que intento prestarle atención no puedo.

Juego con una bola de patata mientras espero a mi novio, tendrá que tardar su rato.

Una mano que se posa en mi rodilla me hace salir del mundo de la bola de patata, sé quién es pero no lo miro. El pulso se me acelera, intento seguir jugando con la bola pero su mano metiéndose por debajo de mi vestido y acariciándome el muslo me distrae muchísimo. Siento el corazón en la garganta.

Sus caricias suben lentamente más y más arriba. Mi parte racional dice que me invente una excusa y me vaya sin decir nada, pero mis hormonas me gritan que me quede a ver qué pasa... Obviamente ganan mis hormonas.

La respiración se me acelera cuando lo siento muy cerca de mi zona, lo miro disimuladamente y veo que él está como si nada hablando con mis padres y su mujer. Se da cuenta de que lo estoy mirando y pasa sus dedos por la tela de mis bragas haciéndome estremecer y aplastar la bola de patatas.

No saca sus dedos de ahí y cada vez me masturba más rápido, las ganas de gemir me tienen mal y ya no me puedo quedar quieta. La excitación de saber que no es mi novio y de que corremos el peligro de que todos nos pillen es aún más placentera.

Hace la braga a un lado y lo siento piel con piel, algo que me hace estremecer del todo y agitar aún más la respiración. Mete un dedo y mis piernas empiezan a temblar, siento el orgasmo cerca cuando veo a Jack aparecer en mi campo de visión y al parecer en el de Damián también porque aparta la mano rápidamente.

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