Cabaña Siete - Minwon

7. Un diferente dolor

Si alguien quisiera saber cómo se siente estar tumbado en el suelo del bosque durante horas, muy probablemente, podría asegurarles que no era tan divertido como sentarse en el sofá para jugar juegos de consola, ni mucho menos se comparaba con dormir suavemente. Cada vez que Mingyu intentaba levantarse del suelo, su tobillo lo obligaba a establecerse en la tierra una vez más por el dolor. Debido a ello, en algún momento dejó de intentarlo, reconociendo que estaba mejor en la tierra de un bosque del que no tenía idea cómo escapar.

Suspirando mientras se agachaba para quitarse otro insecto que se arrastraba en su pierna, Mingyu no podía decir qué le había pasado en el tobillo, solo rezaba para que no fuera tan grave como para evitar que trabajara en el campamento. Claro, el campamento había sido una molestia, pero le dolería irse ahora más que el tobillo si no podía enviarle a su madre sus cheques porque se perdió en el bosque.

No sabía si debía culpar a Hyejeong o a sí mismo, así que se decidió por ninguno. Ambos tenían las mejores intenciones.

El cielo se había vuelto de un suave tono azul desde que comenzó la caminata, por lo que solo supuso que recién acababa de atardecer. La suciedad había encontrado su camino en extrañas grietas de la ropa de Mingyu, y el sudor había cubierto cada centímetro de su frente. Lo único por lo que estaba agradecido en este momento era que los árboles proporcionaban suficiente sombra para protegerlo del calor del sol.

Cada vez que sonaba un susurro, Mingyu pensaba que podría haber sido alguien, alguien, deslizándose a través de la extensión de plantas, pero siempre era solo un animal o el viento. Sin Hyejeong, sin Wonwoo, sin Consejeros principales, sin nadie.

No es tan malo, Mingyu intentó consolarse, pero finalmente no pudo evitar pensar que sí. ¿Qué pasaría si le sucediera algo realmente terrible en el tobillo? todavía emitía pulsos de dolor cada pocos minutos y con cada pequeño movimiento le dolía más ¿Qué pasaría si lo buscaran por todas partes, pero no pudieran encontrarlo? ¿Y si se deshidrata?

Mingyu se asustó cuando una pequeña rana apareció de la nada y se acercó a él cada segundo. Lo que sea, suspiró cuando casi saltó sobre él. Lo último que necesito hoy es ser envenenado por una rana o algo así.

Acomodándose contra un árbol, posiblemente la almohada más dura y la peor que haya tenido, incluso peor que las que le proporciona el campamento, miró al cielo. El peor pensamiento de todos burbujeó en su cabeza: ¿Qué pasaría si ni siquiera lo estuvieran buscando?

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"Mingyu ... Mingyu ... tierra lllamando a Mingyu!" Una voz llamó, y ni siquiera pasaron segundos antes de que un pie se clavara en el costado de su estómago.

"¡Ay!" Él gimió de dolor, parpadeando desorientado. Por un minuto, pensó que estaba acostado en su cabaña, pero después de limpiarse los ojos, se dio cuenta de que todavía estaba tirado en la tierra.

Un pie lo pateó nuevamente, luciendo un par de zapatillas familiares, brillantes y duraderas. Solo una persona tenía zapatos tan impresionantes.

"¿Está vivo?" Alguien preguntó desde otra dirección.

"Probablemente. No me parece muerto". Yerim respondió de nuevo. Ella se arrodilló de rodillas, con la cara tan cerca de la de Mingyu que desafortunadamente podía sentirla casi respirando sobre él.

Su nivel de energía era tan bajo que no podría haberla alejado incluso si lo hubiera intentado.

Yerim sacudió los hombros varias veces, gimiendo de disgusto al sentir el sudor y la suciedad que se había acumulado en su camisa.