Hope At Beacon Hills [Scott McCall]

☪Chapter One☪

Capítulo 2
『••[Primer día]••』

Había llegado a Beacon Hills hace dos meses y mi vida no había cambiado tanto como había pensando. A excepción de que estaba en el 2012, año en el que había nacido, ¿irónico, no?

Habia utilizado esos dos meses para conseguir un departamento, estudiar sobre los seres sobrenaturales y acostumbrarme a estar en aquel lugar.

Cumpliendo con la promesa que le había hecho a mis padres. El primer día de clases, me dirigí a una de las dos secundarias que estaban en Beacon Hills.

La escuela era parecida a muchas otras escuelas al rededor del país. Aunque siempre fui al internado Salvatore, por lo que me pareció curiosa desde el momento que puse un pie en ella.

Toque la puerta del director y esperé a ser atendida. Unos momentos más tarde, un hombre rubio y con gafas abrió la puerta y me sonrió.

―Debes de ser Hope Mikaelson ―dijo el director sonriendo.

Había llamado hace una semana fingiendo ser propia mi madre, le había dicho que estaría de viaje durante un tiempo y que mi hija, osea yo, iría a inscribirse.

―Buenos días, señor. Si soy Hope ― estreche su mano y sonreí con cortesía, para luego buscar en mi bolso la carpeta que tenía mis datos ligeramente editados para que las fechas coincidiera con la actual.

―Tu madre llamo la semana pasada, Hayley Marshall ¿No? ―preguntó haciendome entrar en la oficina.

Entre al cuarto y tome asiento frente al escritorio, dejando la carpeta sobre la mesa. Ignore el dolor que sentía cada vez que escuchaba el nombre de mi madre.

―Está todo ahí ―señalé.

El director tomó la carpeta y comenzó a hojearla en silencio, de vez en cuando levantaba la cabeza para mirarme, pero fueron pocas esas veces.

―Está todo bien, señorita Mikaelson.  ―dejó la carpeta sobre el escritorio y me miró mientras cruzaba sus dedos sobre la mesa―. Deberás mejorar tus notas en geografía, pero a demás de eso, encuentro todo muy bien.

―Lo se, levantaré todas mis notas ―puse un mechón de mi cabello tras mi oreja de manera nerviosa.

El director sonrió y negó levemente con la cabeza.

―No te preocupes, tus papeles son suficiente ―él se puso de pie y me tendió algunos papeles―. Empezará con inglés, ahí están tus horarios, el número de casillero y la combinación.

El ruido del teléfono comenzó a sonar, por lo que el director se disculpó antes de contestar la llamada.

No quise ser una entrometida, pero no pude evitar escuchar la voz de una mujer al otro lado de la línea.