08.

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Michael sonreía mientras veía cómo Luke jugaba nerviosamente con su pie, las únicas veces en las que lo había visto de esa manera era antes de hacer algún show, jamás por una chica.

"Hombre, todo irá bien." el rubio levantó la mirada para encontrare con divertidas miradas de todos sus compañeros de banda. Él sonrió un poco de lado, tratando de disfrazar una mueca.

"Eso espero." murmuró mientras por milésima vez giraba su cabeza en dirección hacia la puerta. Esta vez, Zoe venía caminando hacia ellos. Tenía unos shorts cortos y rojos, unas converse blancas y una blusa con el logo de The Rolling Stones. Su sonrisa brillaba a miles de kilómetros de distancia.

"Buenos días." cantó animadamente, escogió el asiento vacío junto a Luke para sentarse. Y al instante en el que la piel de sus brazos chocó ligeramente y aunque fuera por un momento, ambos sintieron una energía diferente.

"Zoe, hemos pedido hot-cakes para todos, junto con café. Espero no te molete." Michael sonrió. Le fascinaba esta chica, la encontraba muy tierna y le recordaba a una chica que solía gustarle durante la secundaria. Claro está que no le gustaba Zoe, sólo la encontraba interesante y le agradaba,

"No hay problema, amo los panques." ella añadió amablemente mientras tomaba con cuidado la taza de porcelana blanca repleta con un líquido oscuro, Luke la observaba demasiado sin intención de ocultarlo, sus ojos no se apartaban de ella. Trataba de memorizarla, pronto tendrían que irse. Un avión más y otro país. La trágica historia de su vida. Aquello le preocupaba demasiado, antes le parecía una aventura poder ir a conocer más lugaes, ahora no quería y por primera vez deseó poder alargar una visita en Inglaterra. No era su lugar favorito, siempre lloviendo y el frío. Pero lo haría por Zoe.

Al llegar los hot-cakes todos sonrieron y comieron entre bromas y risas, Zoe no recordaba la última vez que rió tanto. Las risas no formaban parte de su rutina desde que tiene memoria. Ese fue el pretexto para que su padre la dejara salir nuevamente: Me la he pasado muy bien, reí mucho. Él sabía que los momentos de felicidad escaseaban en la vida de su pequeña y odiaba que a la corta edad de catorce años ella tuviera que cargar con tanto peso sobre sus pequeños y débiles hombros. Eso no es lo que su madre querría. De hecho, nadie querría eso.

"Zoe, ¿Podemos hablar? Me refiero a hablar en privado." aclaró Luke. Ella lo miró con una ceja enarcada, pero al final asintió suavemente con su cabeza y ambos se levantaron para ir a un lugar un poco apartado del resto del restaurante.

"¿Qué sucede, Lucas?" él sonrió ante el pequeño apodo que ella le había puesto. "Lo siento, Lucas es la manera en la que te llamamos a veces las chicas del fandom..." nuevamente estaba nerviosa. Odiaba ser tan nerviosa y tímida.

"Me gusta." fue lo único que dijo. Se formó un agradable silencio a la vez que ambos miraban a los ojos del otro y se regalaban sonrisas. Luke pasaba sus ojos de vez en cuando hacia los labios de Zoe. "Al igual que me gustas tú." ninguno de los dos dijo nada más. Luke se arrepintió de haberlo dicho. Zoe no estaba acostumbrada a que los chicos sintieran ninguna clase de emoción por ella, excepto la lástima, y menos un chico como él. Un chico de revista, malditamente perfecto desde donde lo vieras. Él se inclinó hacia delante y cerró los ojos. El corazón de Zoe comenzaba a palpitar cada vez más fuerte; su primer beso, y con su ídolo. Esa persona tan perfecta que solía mirar en YouTube, estaba allí frente a ella, y quería besarla. Finalmente el momento llegó, sus labios se juntaron. Al instante Luke notó que ella era inexperta en eso, por lo que tomó el control y decidió llevarlo con calma, sin demasiada lengua. Y fue perfecto, para ambos. 

Morning rain //l.h |book 1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora